Inmaculada Díaz Narbona, Asunción Aragón Varo (eds.), Otras mujeres. Otras literaturas (por Anna Rossell)
Etiquetas: Recensiones-Artículos
Literatura africana de autoras, Inmaculada Díaz NarbonaAsunción Aragón Varo (Eds.)Otras mujeres, Otras literaturas, Ediciones Zanzíbar, Madrid, 2005, 189 pp.
Anna Rossell
Aunque con lentitud y reticencia, finalmente en nuestro país se aprecia un interés progresivamente creciente por unas literaturas a las que hace ya tiempo hubiera debido prestarse la atención que merecen. Aun siendo muy largo el camino que queda por recorrer para ponernos al día del ritmo que ha seguido la producción literaria africana hasta la actualidad –sobre todo de la que corresponde a África subsahariana-, algún avance se detecta en el goteo de traducciones que se van publicando de autores y autoras de este continente en España.Los lectores inquietos, interesados en procesos de escritura de tradiciones culturales para él desconocidas, han podido gozar en los últimos años de una oferta algo más amplia y de calidad para su deleite intelectual y literario. Desde 2003: Mariama Bâ, Mi carta más larga (Zanzíbar, 2003) –en catalán Una carta molt llarga, de reciente publicación en Takusan Ediciones-; Amma Darko, Más allá del horizonte (Ediciones del Cobre, 2003); Véronique Tadjo, La sombra de Imana (Ediciones del Cobre, 2003); Ananda Devi, Suspiro (Ediciones del Cobre, 2004); Fatou Diomé, En un lugar del Atlántico -en catalán El ventre de l’Atlàntic- (Lumen, 2004 y Pagès Editors respectivamente); Buchi Emecheta, Las delicias de la maternidad (Zanzíbar, 2004); Ken Bugul, Riwan o el camino de arena (Zanzíbar, 2005); Ahmadou Kourouma, Los soles de las independencias (Alpha Decay, 2005). Sin ser exhaustiva, la lista desde luego podría (debería) ser muchísimo más larga, tanto más cuanto que me refiero a autores de un continente que no es precisamente de dimensiones reducidas y ha dado entretanto un considerable plantel de escritores.Si el desajuste entre el ritmo de nueva producción de estos autores y el volumen de publicación de sus obras en España ya es considerable, la desproporción se agranda con creces si consideramos el retraso acumulado desde que, con la independencia de la mayoría de los países subsaharianos de las metrópolis europeas en los años sesenta, fue surgiendo la primera generación de novelistas y poetas africanos.No es casualidad que los sellos editoriales que se encargan de estas publicaciones sean casi siempre los mismos y tampoco lo es que muchos de ellos, conscientes de la necesidad, nacieran justamente por ellas y para ellas. Lamentablemente alguno ha sucumbido a las dificultades. Aunque su desaparición se haya visto recientemente compensada por el nacimiento de otra prometedora iniciativa de similares características –Takusan Ediciones- a la que deseamos larga y menos accidentada vida, el panorama no es aún alentador. El hecho de que un proyecto como el que la “Asociación Cultural Translit” –dedicada a dar a conocer en España las buenas literaturas de otros continentes que en nuestro país pasan desapercibidas con demasiada frecuencia- esté dando síntomas de agotamiento, no augura nada bueno. Los magníficos y excepcionales encuentros literarios que bianualmente venía celebrando en Barcelona esta asociación desde el año 1993 parecen haber quedado interrumpidos por falta de la mínima financiación necesaria y extenuación general del reducido pero eficiente equipo organizativo. Queremos creer que se trata tan sólo de una interrupción. La última edición de estos encuentros literarios, celebrados en diciembre de 2003 en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) bajo el nombre de Mercat d’històries-Translit ’03, dedicado a las literaturas subsaharianas y caribeñas, reunieron a veintiún autores de estas regiones y otros tantos de Cataluña y la variedad de los formatos en que se nos ofrecieron las actividades programadas y la diversificación y el interés temático que abarcaron fueron el reflejo directo de unos conocimientos literarios y una profesionalidad en la gestión cultural cuya pérdida no puede permitirse una ciudad cosmopolita como Barcelona. En España el proyecto de Translit desde luego era pionero en el año 1993, pero lo sigue siendo actualmente, y 2005 se ha quedado ya sin la correspondiente edición de tan esperados encuentros.Que Francia y Gran Bretaña presten mayor atención a estos autores puede que se explique por el hecho de que estos países fueran dos de los antiguos colonizadores de muchos de aquellos territorios africanos y porque viven allí una buena parte de ellos que escriben originalmente en francés y en inglés. Pero no es éste el caso de Alemania, y sin embargo nos lleva una enorme ventaja tanto en la traducción a su lengua de estas literaturas como en su difusión e investigación. Y no sólo en la investigación de los textos literarios, sino en general de temas que atañen al continente africano.A la vista de este precario panorama hay que felicitarse por la aparición de un libro que no sólo destaca porque es el primero de sus características en España, sino también por ser un evidente reflejo de una larga trayectoria profesional dedicada al estudio de las literaturas africanas de su especialidad por parte del colectivo de autores que suscriben sus capítulos.Otras mujeres, otras literaturas reúne a mi juicio un buen cúmulo de virtudes: En la parva extensión de 185 páginas, producto de un ingente y nada simple esfuerzo de condensación, da cuenta del recorrido literario de las diversas generaciones de las escritoras más destacadas del continente africano desde sus inicios, a partir de los primeros años de la independencia de los respectivos países, hasta la actualidad. Dividida en cuatro grandes apartados de equilibrada distribución –Narrativa subsahariana en lengua francesa, Narrativa subsahariana en lengua inglesa, Narrativa magrebí en lengua francesa y Bibliografía-, la obra ofrece a los lectores una visión panorámica de su trayectoria, una visión general pero cautelosa con las generalizaciones y atenta a las particularidades significativas. La subdivisión a su vez de cada uno de los apartados en Origen y evolución y Tendencias actuales respectivamente –a cargo cada uno de un investigador distinto- invita a la comparación y contribuye a poner de manifiesto los rasgos comunes inherentes a los textos literarios y a las generaciones de unas autoras que proyectan en su imaginario de ficción unas experiencias traumáticas, personales e históricas, demasiado parecidas. Mérito añadido es que, al hilo del análisis y del comentario literarios, se nos informa además de la polémica en torno al feminismo desde el punto de vista de las autoras africanas, de sus diferencias y de sus propuestas alternativas.Por sus características el libro viene a ser una especie de manual, una introducción para quienes quieran iniciarse con buen fundamento en el tema. Se distingue sin embargo de los manuales clásicos en que, a pesar de ser producto de seis plumas distintas, desarrolla un estilo de escritura ameno y fluido, y accesible también a los legos -sin ir por ello dirigido exclusivamente a no iniciados-, sabe despertar el interés del lector que, lejos de contentarse con una consulta puntual, se siente cautivado por la lectura y motivado a seguir leyendo.Es por otro lado una obra que cabe valorar en su conjunto, y no aisladamente por capítulos, puesto que su mayor mérito reside, a mi entender, en las conclusiones que pueden extraerse precisamente de la comparación. Aun tratándose de un libro ágil, accesible y de discreta extensión, no pasa inadvertido el amplio bagaje de conocimientos que lo sustenta ni el rigor metodológico que subyace al trabajo que desarrollan sus autores. Sólo algunas referencias repetidas en los dos primeros subcapítulos parecen subsanables.Trabajo tan encomiable se debe a un equipo formado por Landry-Wilfrid Miampika (Universidad de Alcalá), Inmaculada Díaz Narbona (Universidad de Cádiz), Marta Sofía López Rodríguez (Universidad de León), Cristina Boidard Boisson (Universidad de Cádiz) y Josefina Bueno Alonso (Universidad de Alicante).El hecho de que sólo tres autoras del colectivo pertenezcan a la misma institución parece un buen augurio, ya que es motivo de esperanza de que la semilla, distribuida en diversos campus, fructifique y cree escuela. Aún es más loable el esfuerzo en la medida en que en él confluyen energías desde distintas Universidades. Conviene trabajar en equipo. Nos consta que la Universidad de Cádiz cuenta desde hace tiempo con un grupo de investigadoras que lo hace y la publicación ahora de Otras mujeres, otras literaturas da fe de que sabe hacerlo incluso en el nivel interuniversitario. Esperamos que este libro, publicado por la editorial Zanzíbar fuera de colección, sea la primera piedra en una larga lista de ensayos literarios en esta misma línea.(2005)
Publicado por Anna Rossell en 13:36
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