Heinrich Böll, El honor perdido de Katharina Blum (por Anna Rossell)
Etiquetas: Recensiones-Artículos
UN ESTUDIO SOBRE LA VIOLENCIA
EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM O CÓMO SURGE LA VIOLENCIA Y ADÓNDE PUEDE CONDUCIR, Trad. de Helene Katendahl. Trad. del epílogo de Bárbara Serrano. Seix Barral, Barcelona, 2007, 154 págs.
Anna Rossell
Heinrich Böll (Colonia, 1917-Colonia, 1985) fue el último de los escritores alemanes occidentales que desde los primeros años de la posguerra hasta su muerte representó la voz de la otra Alemania, aquella que pasó revista con ojo crítico a todos y cada uno de los momentos de la reconstrucción social y política del país después del nacionalsocialismo y de la guerra. Su literatura retrata con distante ironía, de modo pormenorizado, ambientes de un tiempo y una geografía íntimamente ligados a su entorno más directo, y sin embargo es a la vez universal. El honor perdido de Katharina Blum vuelve a dar fe de esta trayectoria. Este relato, publicado por primera vez en 1974 en el semanario Spiegel, fue el producto de la tensión que desencadenaron los métodos de persecución policial de los miembros de la RAF, la guerrilla urbana de extrema izquierda que en los años setenta del siglo pasado sembró el terror en Alemania occidental en nombre del antiimperialismo. Los asesinatos y atentados perpetrados por el grupo así como la actuación de la policía para acabar con ellos propiciaron un clima de tensión antes desconocido en Alemania y desencadenaron una fuerte polémica acerca de la violencia. La historia de Katharina Blum surgió como reacción del autor al acoso a que se vio sometido por parte del diario amarillo Bild-Zeitung, que en 1971 y 1972 había publicado artículos que le acusaban de simpatizar con la RAF. Cuando los manipuladores de la opinión pública tildan directamente de terrorista a quien critica a los órganos de seguridad del Estado por sus prácticas abusivas para combatir el terrorismo un gran peligro se cierne sobre la democracia, cuya buena salud tanto depende del buen periodismo. Böll, difamado como simpatizante del terrorismo y comparado con Goebbels en las páginas del Bild-Zeitung, vivió en carne propia las consecuencias del periodismo amarillo hasta el punto de que el día de la detención de Baader, uno de los fundadores de la RAF, la policía llegó a cercar su vivienda. El autor, que atento siempre a la contradicción humana y a los comportamientos deshonestos, abominaba de la hipocresía individual y social, por lo que se ganó merecidamente la fama de moralista, no podía dejar pasar la oportunidad de mostrar cómo surge la violencia y adónde puede conducir, como reza el subtítulo del relato. Con la historia del personaje ficticio de Katharina Blum, Böll pone al descubierto cómo el poder manipulador de un periodismo sensacionalista y sin escrúpulos consigue hundir el honor de la más inocente de las criaturas hasta el punto de llevarla a cometer homicidio movida precisamente por la condición sencilla y transparente de su naturaleza. A Katharina, una mujer joven de clase media, trabajadora e íntegra, se le transforma la vida a partir del día en que, en una fiesta de carnaval, conoce al hombre de su vida, un prófugo, Ludwig, que huye de la justicia por deserción y robo de dinero al ejército. Su amor es correspondido y empieza así un idilio que será el comienzo de su desgracia. Por amor Blum incurre en el delito de ayudar a escapar a Ludwig, al que además facilitará la segunda vivienda de un acosador suyo que, contra su voluntad, le ha dejado la llave. Lo demás vendrá rodado: el Bild-Zeitung transforma una vida honrada y sin complicaciones en una existencia de moral dudosa y de ascendencia más que sospechosa. Katharina acabará encarcelada por asesinato, perderá a su madre y a sus amigos, que sucumben al envenenamiento de la noticia fácil. Adelantándose a sus detractores, de derechas y de izquierdas, en el epílogo que escribió diez años después de la primera publicación para una reedición del libro, Böll llamó irónicamente „panfleto“ a su relato, un relato cuya vigencia sigue tristemente en boga. Lejos de ser un panfleto, la historia de Katharina es una narración lúcida que, a modo de artículo periodístico a la contra del que combate, desenmascara los mecanismos que generan la violencia cuando ésta se ejerce con la supuesta intención de combatirla.
(En: Quimera. Revista de Literatura)
Publicado por Anna Rossell en 13:16
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