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Pues que he sabido que sois "mujer del aire" me afano y me apresuro a saludaros, que nada es tan grato a mi persona como el oxígeno elemento que a nuestro pecho alimenta y da la vida. Y pues que el aire es etéreo e intangible lo tengo por un don de poesía, que eterno es -o eso parece- y a metáforas dado, y es materia tan preciosa y tan preciada que al oro pudiera compararse. Dígoos, mi señora caballera, que quien el aire aprecia habrá de ser por siempre amiga mía, pues con él hacemos poesía quienes con él y en él queremos abrazarnos; que el aire sin la vida nada es, y la vida sin aire no sería.
Noches Blancas, Fedor Dostoievski
Hace 15 horas