8 de agosto de 2008

Ruby Slipperjack, Honrar al sol

PARAÍSO ROTO

Ruby Slipperjack, HONRAR AL SOL
(Fragmento revisado del diario de la Lechuza)

Trad. de Laura Brasó Fàbregas, Takusan Ediciones, Barcelona, 2007, 304 págs.

Anna Rossell

Se leen con relajación y placer las trescientas páginas de esta novela, la primera de la escritora canadiense Ruby Slipperjack (Whitewater Lake, Ontario, 1952), con la que se ganó amplio reconocimiento de los lectores de su país. Y es que de sus páginas emana fuerza, convicción y autenticidad. No cabe duda de que el privilegiado marco natural de la pequeña localidad al norte de Ontario, donde transcurre la acción de la historia narrada, es un lugar venerado por su autora, un lugar que ella erige en la quintaesencia de sí misma, el crisol donde se formó, siendo como es una novela sin duda en buena parte autobiográfica. Honrar al sol transporta en el título el lema programático con el que la autora rinde homenaje a la cultura que la engendró, la ojibwa, que le proporciona una infancia feliz en consonancia y armonía con la naturaleza. Construida al estilo de un diario en el que la protagonista anota en primera persona los acontecimientos importantes en función de las cuatro estaciones del año, la narración abarca desde el verano de 1962 al de 1968. El lector se convierte así casi más en actor y coprotagonista que en espectador, deviene un miembro más de la numerosísima familia que habita la cabaña de la niña y la acompaña en su desarrollo desde sus diez a sus dieciséis años. El estilo vivo y fresco de la prosa, redactada siempre en presente, fruto de la elevada capacidad de observación de la protagonista y sensible reflejo de sus estados de ánimo y de los cambios que se obran en su evolución, proporciona la empatía necesaria para zambullirse en la trama de principio a fin. Lechuza, sobrenombre que recibe la niña, es, como la autora, una aborigen ojibwa, que crece en un pueblecito al norte de Ontario donde vive con su madre, sus hermanos y otros tres niños, que se crían y educan bajo el mismo techo. El generoso espacio de libertad que supone la vida de la pequeña en constante convivencia con otros muchos niños en el espléndido marco natural de esta región canadiense, con su clima extremo, agudiza los sentidos y potencia el carácter despierto y resuelto de la protagonista, que se refleja en la prosa asimismo inteligente, decidida y simpática de sus anotaciones, muy bien traducida al español. Sin embargo el pequeño pueblo de cabañas dispersas en las cercanías de un lago y una isla, rodeado de bosque, adonde llega el tren, no es en ningún momento una pintura idílica, un paraíso propiciador de virtudes y de buenas almas rousseaunianas. Lejos de idealizar el lugar de sus orígenes, la autora describe con mirada lúcida la realidad y presenta la dureza de la vida tal cual es, y, si bien esto sucede desde el principio, la crudeza y la degeneración van en aumento a medida que avanza la novela. Así el alcoholismo y sus consecuencias –el abandono de los hijos y los malos tratos a los más débiles-, que antes amenazaba desde fuera la paz y la felicidad en casa, acaban por minarlas desde dentro y van haciendo mella en sus círculos más íntimos de manera progresiva. Honrar al sol reúne las cualidades de la buena literatura y es por sus características una novela ideal para cualquier adolescente, aunque no sólo para él. No es de extrañar que forme parte de los programas de lectura de muchas de las escuelas de su país. Celebramos la publicación de esta novela, lo único de la autora que ha visto la luz en español, y animamos desde aquí a Takusan Ediciones a editar otros títulos de Slipperjack.