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(Català) A la Judith, una nena de dotze anys, víctima d’un genocidi
Estimat pare,
vull dir-te adéu,
adéu per sempre, pare,
ja ens ha arribat la mort,
i jo voldria viure, pare, i tinc tanta por
d’aquesta mort d’aquesta mort diuen
que els nens petits els llencen vius
al fossar.
Adéu per sempre pare pare
ich habe solche Angst
vor diesem Tod.
(© Anna Rossell.
Última carta de Judith, del poemari
Àlbum d'absències)
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(Español) A Judith, una niña de doce años, víctima de un genocidio
Querido padre,
quiero decirte adiós,
adiós por siempre, padre,
ya nos llegó la muerte, padre,
y yo quiero vivir, y tengo tanto miedo
de esta muerte de esta muerte dicen
que a los niños los tiran vivos
a la fosa.
Adiós por siempre padre padre
ich habe solche Angst
vor diesem Tod.
(© Anna Rossell.
Última carta de Judith, del poemario
Àlbum d'absències)
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Curiosamente estos días un amigo mío -gran poeta-, Alexis Díaz Pimienta- al oír este poema mío me ha comentado que él había escrito uno muy parecido, probablemente inspirándose en la misma fuente. En su caso fue un artículo de Rosa Montero, que a buen seguro conoció la misma carta que leí yo en el pequeño museo subterráneo que hay debajo del monumento a los judíos del holocausto nazi, en Berlín.
Éste es el poema de mi amigo: Alexis Díaz Pimienta:
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Nazis en un campo de concentración-exterminio
(Foto motivo del comentario de Rosa Montero)
Los verdugos felices
(para Anna Rosell)
Algo me ha puesto aún más los pelos de punta:
las fotos de la “normalidad de los monstruos”.
(Rosa Montero)
Mientras el asesino toca el acordeón
y las verdugas bailan
una niña de la edad de Alejandro
escribe a su padre:
Papá, me gustaría tanto volver a verte
pero sé que no podré hacerlo.
Mientras el asesino toca el acordeón
y las verdugas posan con posturas muy sexys.
Papá, no quiero morir
pero estas personas nos van a matar.
Mientras el asesino toca el acordeón
y el fotógrafo toma la instantánea.
Esta muerte me da tanto miedo
porque a los niños pequeños
nos arrojan vivos al hueco.
Mientras el asesino toca el acordeón...
Mientras el asesino toca el acordeón...
Mientras el asesino toca el acordeón...
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Ésta es la carta de la niña, escrita originalmente en polaco, en sus versiones inglesa, alemana y española:
Inglés
In July 1942, the twelve-year-old Judith Wischnjatskaja, from Byten in eastern Poland, wrote to her father in America:
Dear Father! I take my leave of you before death. We would so much like to live, but they won't let us, we will perish. I am so afraid of this death, for the small children are thrown alive into the grave. Goodbye forever. I kiss you.
Your J.
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AlemánNachschrift der zwölfjährigen Judith Wischnjatskaja unter den Brief ihrer Mutter Slata an den Vater; gefunden von einem sowjetischen Soldaten in Byten nahe Baranowicze in Ostpolen (heute Weißrussland). In Byten wurden über 1.900 Juden von deutschen Einheiten erschossen. Abschrift in Russisch, das Original ist verschollen.«
Lieber Vater! Vor dem Tod nehme ich Abschied von dir. Wir möchten so gerne leben, doch man lässt uns nicht, wir werden umkommen. Ich habe solche Angst vor diesem Tod, denn die kleinen Kinder werden lebend in die Grube geworfen. Auf Wiedersehen für immer. Ich küsse dich innigst.
Deine J.
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Español
Copia de la carta que Judith Wischnjatskaja, de doce años, escribió a su padre, a continuación del escrito de su madre Slata. La encontró un soldado soviético en Byten, cerca de Baranowicze, en Polonia oriental (hoy Bielorusia). En Byten los nazis fusilaron a más de 1900 judíos. Existe la copia en ruso, el original se ha perdido.
Querido padre,
ante la muerte me despido de ti. Tenemos tantas ganas de vivir, pero no nos dejan; moriremos. Tengo tanto miedo de esta muerte, porque a los niños los tiran vivos al foso. Un beso muy , muy fuerte.
Tu J.