13 de noviembre de 2009

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Huérfanos de sentido común
(Título del artículo, no es el comentario de la foto)


Miquel Bonet (derecha), con Xec Marquès (julio, 2008)
Por Miquel Bonet, Director Programa de Competencias de la Universidad de Barcelona y L3

De verdad que no quiero repetirme con el tópico del "no vamos bien", sólo asumo mi papel, aunque sea por deformación profesional, por algo, y muy humildemente, cumplo la bicefalia profesional de jurista y denunciante habitual y profesor de competencias, por tanto, proveedor o, cuanto menos, facilitador de conocimientos.
Lo malo es que el "poder" sigue en otro planeta, con trifulcas diarias con la oposición sobre "quien la tiene mas larga", parcheando los estatutos autonómicos, pero sin aportar soluciones a los problemas reales. Con lo fácil que sería hablar claro, en serio, ¿por qué no lo prueban? Vamos a ver:
La primera es que este país sólo funcionará asumiendo un modelo federal, o sea apréndanse aquello de "cada uno en su casa y Dios en la de todos", nada tan fácil como que cada uno se administre sus recursos y contribuya solidariamente con los servicios comunes.
La segunda: a los Bancos, cuerda tensa -aunque éstos aún tienen accionistas-, pero a las Cajas mucho más, porque estas suculentas plusvalías generadas en operaciones de riesgo ¿a dónde han ido a parar en estos años? ¿Quién controla esto? ¡Ah!, ¡que es obra social!, pero ¿para quiénes? Ya, pues nos lo vamos a creer...
La tercera: la reforma laboral, ¡para YA!, aunque sólo sea para ponerse al día, ahora tienen la oportunidad, o ¿no saben que somos un país de estacionalidad?, no se preocupen tanto por las palabras "contrato fijo", porque en el paro se está peor, pues al final de lo que se trata es de tener trabajo continuado y por tanto la estabilidad puede ganarse simplemente siendo "empleable", o sea, estando preparado y aportando valor a la empresa, favoreciendo su flexibilidad y competitividad, pues las que dan trabajo son las empresas, ustedes, los políticos, dan empleo público, pero eso hoy, sólo sirve para vaciar las arcas de todos y justificarse. El empleo en el mundo lo dan los empresarios, ¿lo sabían?
Un contrato indefinido, con una indemnización de veinte días, es mejor que los 8 días que hay ahora, ya que en la actual situación, nadie va a emplear a un trabajador con un contrato fijo de 45 días y 42 mensualidades, pues nadie sabe lo que va a pasar mañana y, si no hay dinero, no se pagan indemnizaciones ni se paga nada.
Naturalmente que debemos innovar para ser más competitivos y también necesitamos estimular el espíritu emprendedor, pero para que todos lo entiendan deberíamos empezar por mejorar el modelo educativo, pues cualquier innovación empieza con la "calidad del capital humano", ¿no les dicen nada los datos del fracaso escolar en secundaria?, ¿y que sólo el 60 % de los universitarios acabe la carrera? ¿o el "atraso social" al que se ha condenado la FP, ¿se han preguntado lo que nos cuesta que cada estudiante esté en la universidad pública? Pues sobre 7.000 €, para que luego menos de la mitad trabaje en lo que ha estudiado.
Como conclusión, es importante, urgente y necesario que se apliquen soluciones de raíz, que se identifiquen cuanto antes las capacidades y futuras competencias de los estudiantes, para conseguir que trabajen en aquello que se les da mejor, y creo que esto se mueve desde el poder público, siempre y cuando se lo crea, y empezando por los padres, a fin de que aprendan la lección de la crisis. Estimulemos a los emprendedores asumiendo riesgos y fracasos, pero facilitando medios al que anteponga el trabajo en equipo y la posibilidad de compartir conocimiento desde el inicio de la educación. Quizás por éste camino al final serán los propios políticos los que se contagiarán del sentido común. Si ello fuera posible.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor universitario de técnicas de la comunicación)

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Huérfanos de sentido común
(Título del artículo, no es el comentario de la foto)
Miquel Bonet (derecha), con Xec Marquès (julio, 2008)
Por Miquel Bonet, Director Programa de Competencias de la Universidad de Barcelona y L3.

De verdad que no quiero repetirme con el tópico del "no vamos bien", sólo asumo mi papel, aunque sea por deformación profesional, por algo, y muy humildemente, cumplo la bicefalia profesional de jurista y denunciante habitual y profesor de competencias, por tanto, proveedor o, cuanto menos, facilitador de conocimientos.
Lo malo es que el "poder" sigue en otro planeta, con trifulcas diarias con la oposición sobre "quien la tiene mas larga", parcheando los estatutos autonómicos, pero sin aportar soluciones a los problemas reales. Con lo fácil que sería hablar claro, en serio, ¿por qué no lo prueban? Vamos a ver:
La primera es que este país sólo funcionará asumiendo un modelo federal, o sea apréndanse aquello de "cada uno en su casa y Dios en la de todos", nada tan fácil como que cada uno se administre sus recursos y contribuya solidariamente con los servicios comunes.
La segunda: a los Bancos, cuerda tensa -aunque éstos aún tienen accionistas-, pero a las Cajas mucho más, porque estas suculentas plusvalías generadas en operaciones de riesgo ¿a dónde han ido a parar en estos años? ¿Quién controla esto? ¡Ah!, ¡que es obra social!, pero ¿para quiénes? Ya, pues nos lo vamos a creer...
La tercera: la reforma laboral ¡para YA!, aunque sólo sea para ponerse al día, ahora tienen la oportunidad, o ¿no saben que somos un país de estacionalidad?, no se preocupen tanto por las palabras "contrato fijo", porque en el paro se está peor, pues al final de lo que se trata es de tener trabajo continuado y por tanto la estabilidad puede ganarse simplemente siendo "empleable", o sea, estando preparado y aportando valor a la empresa, favoreciendo su flexibilidad y competitividad, pues las que dan trabajo son las empresas, ustedes ,los políticos, dan empleo público, pero eso hoy, sólo sirve para vaciar las arcas de todos y justificarse. El empleo en el mundo lo dan los empresarios, ¿lo sabían?
Un contrato indefinido, con una indemnización de veinte días, es mejor que los 8 días que hay ahora, ya que en la actual situación, nadie va a emplear a un trabajador con un contrato fijo de 45 días y 42 mensualidades, pues nadie sabe lo que va a pasar mañana y, si no hay dinero, no se pagan indemnizaciones ni se paga nada.
Naturalmente que debemos innovar para ser más competitivos y también necesitamos estimular el espíritu emprendedor, pero para que todos lo entiendan deberíamos empezar por mejorar el modelo educativo, pues cualquier innovación empieza con la "calidad del capital humano", ¿no les dicen nada los datos del fracaso escolar en secundaria?, ¿y que sólo el 60 % de los universitarios acabe la carrera? ¿o el "atraso social" al que se ha condenado la FP, ¿se han preguntado lo que nos cuesta que cada estudiante esté en la universidad pública? Pues sobre 7.000 €, para que luego menos de la mitad trabaje en lo que ha estudiado.
Como conclusión, es importante, urgente y necesario que se apliquen soluciones de raíz, que se identifiquen cuanto antes las capacidades y futuras competencias de los estudiantes, para conseguir que trabajen en aquello que se les da mejor, y creo que esto se mueve desde el poder público, siempre y cuando se lo crea, y empezando por los padres, a fin de que aprendan la lección de la crisis. Estimulemos a los emprendedores asumiendo riesgos y fracasos, pero facilitando medios al que anteponga el trabajo en equipo y la posibilidad de compartir conocimiento desde el inicio de la educación. Quizás por éste camino al final serán los propios políticos los que se contagiarán del sentido común. Si ello fuera posible.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor universitario de técnicas de la comunicación)

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Panem et circenses

Por Miquel Bonet, abogado, Director. del Pr. Competencias Universidad de Barcelona y L3

No hemos cambiado tanto en los últimos 2000 años y, en este país, aún menos de lo que nos creemos en los últimos 34 años post-dictadura. Naturalmente ha habido evoluciones, pero la más notable quizás sea haber cambiado el nombre de las cosas.
No sé si tenemos mejores políticos, la verdad, ni tampoco mejores publicitarios, lo que pasa es que con la tecnología e Internet todo parece más cercano, aunque en realidad no es así pues, por mucha tecno-comunicación que tengamos, al final la gente ha acabado aislándose más y comunicándose menos.
La última es la del fútbol: que el país más pobre -en términos de recesión y caída del PIB- sea precisamente el que gasta más dinero en fútbol y quizás en otros espectáculos pone en evidencia que el “panem et circenses” sigue tan vigente como los espectáculos del 1 de mayo de las décadas de los 60: servían para acallar las protestas de la clase trabajadora.
Seamos realistas amigos, lo único que ha cambiado es el escenario, con más tiendas, más escaparates y más edificios, pero el dueño de todo sigue siendo el marketing , como lo era antes, pero esto sí, disfrazado de otras guisas.
No voy a volver con el discurso de la pérdida de valores, del fracaso escolar, del respeto a los demás cada vez más debilitado en nuestra sociedad, pero veamos en lo que nos hemos convertido con tanta perversión disfrazada de prepotencia gracias a la vaca inconsistente de la construcción. Mucho presumir de calidad de vida emulando a los países nórdicos, pero todo el mundo quiere pagar los impuestos de Marruecos, lo malo es que eso ha funcionado mientras el consumo ha sido “el camino a la felicidad”, pero cuando eso falla ya no nos queda otra cosa que el fútbol y consolarnos en las miserias televisadas de los “famosillos”.
Algunos filósofos invocan la crisis como terapia para desaprender los vicios que nos han llevado hasta ella, pero no servirá de nada, porqué el hedonismo y la batalla por el ego gobiernan la vida, hace ya 6000 años: hemos inventado más de 100.000 tóxicos, sigue la hambruna, tiembla el ecosistema, pero en esta lucha contra la naturaleza hemos olvidado que nosotros necesitamos cosas para sobrevivir y ordeñamos nuestro entorno hasta el límite, olvidando que la naturaleza no nos necesita a nosotros para medrar.
El escándalo de las cifras millonarias del fútbol y también en otros deportes evidencia la enorme pobreza del ser humano, ya sabes que en esta liga de los excesos, sólo cuenta el ganar y que detrás existe el enorme Gargantúa de los derechos televisivos, los decodificadores y todo este espectáculo, para robarle al ser humano el tiempo para pensar, ¿de qué nos va a servir tanta distracción si ni siquiera sabemos quiénes somos ni cuál es el sentido de nuestra vida? .
Puesto que cada semana sólo tiene un domingo, nos quedan más de cinco días para trabajar y ganarnos la vida intentando ser de los afortunados que entienden el trabajo como una vocación o como una llamada interior, que diría Lutero, y disfrutando un poco. No debemos olvidar que un 20 % de los ciudadanos en edad laboral está parado y que del resto más de la mitad trabaja en algo que no le gusta , quizás el fútbol y la tele ayuden a sobrevivir. Porque disfrutar de la vida es otra cosa.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor de técnicas de comunicación en la Universidad de Barcelona)

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Panem et circenses
Por Miquel Bonet, abogado, Director. del Pr. Competencias Universidad de Barcelona y L3

No hemos cambiado tanto en los últimos 2000 años y, en este país, aún menos de lo que nos creemos en los últimos 34 años post-dictadura. Naturalmente ha habido evoluciones, pero la más notable quizás sea haber cambiado el nombre de las cosas.
No sé si tenemos mejores políticos, la verdad, ni tampoco mejores publicitarios, lo que pasa es que con la tecnología e Internet todo parece más cercano, aunque en realidad no es así pues, por mucha tecno-comunicación que tengamos, al final la gente ha acabado aislándose más y comunicándose menos.
La última es la del fútbol: que el país más pobre -en términos de recesión y caída del PIB- sea precisamente el que gasta más dinero en fútbol y quizás en otros espectáculos pone en evidencia que el “panem et circenses” sigue tan vigente como los espectáculos del 1 de mayo de las décadas de los 60: servían para acallar las protestas de la clase trabajadora.
Seamos realistas amigos, lo único que ha cambiado es el escenario, con más tiendas, más escaparates y más edificios, pero el dueño de todo sigue siendo el marketing , como lo era antes, pero esto sí, disfrazado de otras guisas.
No voy a volver con el discurso de la pérdida de valores, del fracaso escolar, del respeto a los demás cada vez más debilitado en nuestra sociedad, pero veamos en lo que nos hemos convertido con tanta perversión disfrazada de prepotencia gracias a la vaca inconsistente de la construcción. Mucho presumir de calidad de vida emulando a los países nórdicos, pero todo el mundo quiere pagar los impuestos de Marruecos, lo malo es que eso ha funcionado mientras el consumo ha sido “el camino a la felicidad”, pero cuando eso falla ya no nos queda otra cosa que el fútbol y consolarnos en las miserias televisadas de los “famosillos”.
Algunos filósofos invocan la crisis como terapia para desaprender los vicios que nos han llevado hasta ella, pero no servirá de nada, porqué el hedonismo y la batalla por el ego gobiernan la vida, hace ya 6000 años: hemos inventado más de 100.000 tóxicos, sigue la hambruna, tiembla el ecosistema, pero en esta lucha contra la naturaleza hemos olvidado que nosotros necesitamos cosas para sobrevivir y ordeñamos nuestro entorno hasta el límite, olvidando que la naturaleza no nos necesita a nosotros para medrar.
El escándalo de las cifras millonarias del fútbol y también en otros deportes evidencia la enorme pobreza del ser humano, ya sabes que en esta liga de los excesos, sólo cuenta el ganar y que detrás existe el enorme Gargantúa de los derechos televisivos, los decodificadores y todo este espectáculo, para robarle al ser humano el tiempo para pensar, ¿de qué nos va a servir tanta distracción si ni siquiera sabemos quiénes somos ni cuál es el sentido de nuestra vida? .
Puesto que cada semana sólo tiene un domingo, nos quedan más de cinco días para trabajar y ganarnos la vida intentando ser de los afortunados que entienden el trabajo como una vocación o como una llamada interior, que diría Lutero, y disfrutando un poco. No debemos olvidar que un 20 % de los ciudadanos en edad laboral está parado y que del resto más de la mitad trabaja en algo que no le gusta , quizás el fútbol y la tele ayuden a sobrevivir. Porque disfrutar de la vida es otra cosa.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor de técnicas de comunicación en la Universidad de Barcelona)

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Innove por favor

Por Miquel Bonet, abogado , Director. del Pr. Competencias Universidad de Barcelona y L3

Dos de los mayores problemas que arrastramos en este país, son la educación y la justicia , en educación tenemos números impresentables, por ejemplo en post-obligatoria, o sea, bachillerato o FP, y aunque por primera vez más de la mitad de los españoles hayan cursado estos estudios , casi un 35 % acaba dejándolos , es eso que llamamos el fracaso escolar , aunque nadie parece preocuparse demasiado, excepto las miles de empresas que necesitan puestos cualificados y gente de oficio, que incluso en la crisis, siguen haciendo falta.
De la justicia, precisamente porque soy abogado, voy a hablar poco, no importa que haya más de 2 millones de sentencias por dictar, que falten funcionarios, jueces y sobre todo voluntad política para arreglarlo, y seguro que no es un tema de dinero, quizás lo sea de convicción, yo soy de los que pienso que no hacen falta tantas leyes, simplemente que se cumplan, me temo que, como decía Tácito hace mas de 20 siglos, los excesos en leyes lleven más fácilmente a la corrupción.
Sigo creyendo en la gente honrada y creo que los órganos de la justicia lo son, aunque no es fácil tomar decisiones cuando existe una telaraña procedimental como la que tenemos aquí y se usa el Tribunal Constitucional con la ligereza con que se hace. Mucho me temo que los padres de la patria, desde sus cómodos escaños, debieran escuchar un poco más al pueblo, aplicar el “sentido común” y entender que la ley va detrás de la justicia y que ésta es un valor que nunca se aprende a golpe de reglamento, sino que nace y se desarrolla con la propia educación del individuo, por eso hay que educar en la infancia y reeducar padres, la gente no deja de robar porque lo diga la ley, sino porque lo dice su conciencia, éste es el tema.
Nos avisaba Robert G. Ingersoll, que “en la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias" y del “polvo” que venimos arrastrando durante siglos, pues tenemos los lodos actuales, somos el país de las revoluciones pendientes, porque siempre alguien las hizo por nosotros y cuando tuvimos la oportunidad en 1812, creímos que nuestra 1ª Constitución , que debía ser el marco de nuestro derecho, era una chirigota de Cádiz y dejamos que se la cargara un pésimo monarca, pero ¿no éramos republicanos? lo que sigue ya lo sabemos todos.
Hoy tenemos pendiente, la desamortización y siguen algunos latifundios y, a base de estrangular los pocos trabajadores del campo, hemos conseguido acabar con ellos y ya importamos naranjas de Marruecos y Brasil. Tampoco nos ha ido bien en bienes de consumo, de ser una potencia en juguetes ó calzado nos queda poco más que la distribución, porque otros países son más competitivos que nosotros. Incluso nuestra potencia turística está en entredicho, porque no estamos seguros de poder competir con otros países emergentes, ya que fuimos rebajando nuestra cuota de calidad, limando los servicios y sólo la agresividad comercial y el talante de muchos empresarios nos permite mantener la esperanza de ser un referente mundial.
Por si alguien quiere escuchar, creo que por el camino de la educación y de los valores es posible crear el clima de confianza para que se pueda innovar, gestionando mejor el conocimiento, especialmente el crítico, que tienen todas las empresas, confiando más en la gente que tenemos y apoyando sus ideas, copiando las de otros, y al final aplicándolas, seguro que aprenderemos todos y hasta puede que seamos más competitivos.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor de técnicas de la comunicación en la Universidad de Barcelona)

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Innove por favor

Por Miquel Bonet, abogado , Director. del Pr. Competencias Universidad de Barcelona y L3
Dos de los mayores problemas que arrastramos en este país, son la educación y la justicia , en educación tenemos números impresentables, por ejemplo en post-obligatoria, o sea, bachillerato o FP, y aunque por primera vez más de la mitad de los españoles hayan cursado estos estudios , casi un 35 % acaba dejándolos , es eso que llamamos el fracaso escolar , aunque nadie parece preocuparse demasiado, excepto las miles de empresas que necesitan puestos cualificados y gente de oficio, que incluso en la crisis, siguen haciendo falta.
De la justicia, precisamente porque soy abogado, voy a hablar poco, no importa que haya más de 2 millones de sentencias por dictar, que falten funcionarios, jueces y sobre todo voluntad política para arreglarlo, y seguro que no es un tema de dinero, quizás lo sea de convicción, yo soy de los que pienso que no hacen falta tantas leyes, simplemente que se cumplan, me temo que, como decía Tácito hace mas de 20 siglos, los excesos en leyes lleven más fácilmente a la corrupción.
Sigo creyendo en la gente honrada y creo que los órganos de la justicia lo son, aunque no es fácil tomar decisiones cuando existe una telaraña procedimental como la que tenemos aquí y se usa el Tribunal Constitucional con la ligereza con que se hace. Mucho me temo que los padres de la patria, desde sus cómodos escaños, debieran escuchar un poco más al pueblo, aplicar el “sentido común” y entender que la ley va detrás de la justicia y que ésta es un valor que nunca se aprende a golpe de reglamento, sino que nace y se desarrolla con la propia educación del individuo, por eso hay que educar en la infancia y reeducar padres, la gente no deja de robar porque lo diga la ley, sino porque lo dice su conciencia, éste es el tema.
Nos avisaba Robert G. Ingersoll, que “en la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias" y del “polvo” que venimos arrastrando durante siglos, pues tenemos los lodos actuales, somos el país de las revoluciones pendientes, porque siempre alguien las hizo por nosotros y cuando tuvimos la oportunidad en 1812, creímos que nuestra 1ª Constitución , que debía ser el marco de nuestro derecho, era una chirigota de Cádiz y dejamos que se la cargara un pésimo monarca, pero ¿no éramos republicanos? lo que sigue ya lo sabemos todos.
Hoy tenemos pendiente, la desamortización y siguen algunos latifundios y, a base de estrangular los pocos trabajadores del campo, hemos conseguido acabar con ellos y ya importamos naranjas de Marruecos y Brasil. Tampoco nos ha ido bien en bienes de consumo, de ser una potencia en juguetes ó calzado nos queda poco más que la distribución, porque otros países son más competitivos que nosotros. Incluso nuestra potencia turística está en entredicho, porque no estamos seguros de poder competir con otros países emergentes, ya que fuimos rebajando nuestra cuota de calidad, limando los servicios y sólo la agresividad comercial y el talante de muchos empresarios nos permite mantener la esperanza de ser un referente mundial.
Por si alguien quiere escuchar, creo que por el camino de la educación y de los valores es posible crear el clima de confianza para que se pueda innovar, gestionando mejor el conocimiento, especialmente el crítico, que tienen todas las empresas, confiando más en la gente que tenemos y apoyando sus ideas, copiando las de otros, y al final aplicándolas, seguro que aprenderemos todos y hasta puede que seamos más competitivos.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor de técnicas de la comunicación en la Universidad de Barcelona)