12 de mayo de 2009

Hasta siempre...

El pasado sábado, día 3 de mayo, nos dejó el profesor y amigo Karl-Heinz Trost. Hispanista y germanista de formación, Karl-Heinz Trost había recalado en la Universidad de Barcelona en los años setenta y allí, en la Facultad de Filosofía y Letras, ejerció docencia en el área de Filología Alemana hasta su jubilación. Con la profundidad de miras, la delicadeza y la elegancia de espíritu que le caracterizaban acompañó la formación de las primeras promociones de germanistas barceloneses en los últimos estertores de la dictadura franquista, siguió con nosotros los avatares de aquellos aciagos años, no como mero y distante profesor, sino como amigo cercano y a la vez como maestro. Karl-Heinz fue siempre el profesor abierto y dialogante, fomentador de la reflexión y la discusión enriquecedora, una persona entrañable y emocional, que no entendía la relación profesor-alumno como compartimiento estanco; se esforzaba por mantenerla más allá de los ambientes universitarios y más allá de los años de estricta formación. Lo facilitaba el reducido número que éramos aquellas promociones de primeros germanistas, y en su casa encontrábamos un lugar de acogida en la que podíamos seguir gozando de su calidez y de sus enseñanzas: ¿Quién no recuerda las prolongadas tardes de la calle Mandri acompañadas de la deliciosa sangría, que él tan bien sabía preparar? Allí estaban también la constante y hospitalaria afabilidad de Hildegard y el contrapunto infantil primero de Andreas y más tarde de Gabo. Mientras escribo estas líneas me viene a la memoria el recuerdo de toda mi escasa pero inolvidable promoción: Helena, Margarita, José Luis, Josep, Mercè, Gloria, Pilar, Isa. A todos nos dejó su sello, sus rigurosas enseñanzas como germanista y la impronta de su profundo calado humano, que sigue acompañándonos.