29 de septiembre de 2009

Chad, cuaderno de bitácora (4). Anotaciones de una médica voluntaria en Chad

Chad, cuaderno de bitácora (4). Anotaciones de una médica voluntaria en Chad

Anónimo

Domingo 6 de septiembre

Acabamos de volver de cenar en casa de Denis, el enfermero responsable del laboratorio del hospital. Por primera vez una esposa se ha sentado a comer con nosotros. Con una luna casi llena como testigo y con el rumor mágico de las noches de campo africanas de fondo, nos ha contado sus malabarismos para llegar a fin de mes. Tiene 7 hijos y sueña con que el varón mayor pueda ir a Europa a estudiar. De momento lo ha mandado por cuarto año a Sarh, al colegio de los jesuitas.
Nos ha explicado las dificultades que tuvo que sortear en junio. Como estaba de vacaciones, no cobró sus 70000 CFC de salario (cerca de 105 euros), pero tuvo que devolver 10000 CFC (unos 15 euros) de la beca de estudios que paga por último año desde que terminó su formación hace 9 años. Además tuvo que reembolsar 10000 CFC de un préstamo que la ACTP (Association Tchadienne Communauté pour le Progrès, la asociación local que gestiona el hospital) concedió a sus empleados. La liquidez económica es un gran problema para unas economías familiares que son de mera subsistencia. Además no existen entidades financieras que proporcionen dinero para hacer compras de bienes de cierto valor. Una manera de organizarse para poder comprar un pequeño terreno para cultivar o alguna cabeza de ganado o para pagar la escolaridad anual de un hijo, son las llamadas “tantins” (o algo así). Mensualmente los miembros de esta especie de cooperativa aportan 10000 CFC a un fondo común, que cada mes por turnos recibirá uno de los asociados. Denis tuvo también que pagar en junio su aportación a la “tantin” que, llegado el momento, le dará liquidez a él.
La semana pasada fue el cumpleaños de Lluís. Para celebrarlo invitamos a cenar a los jesuitas y a una monja (las otras estaban de retiro) a la Maison des Cooperants. Lo pasamos muy bien. Abrimos un paquete de jamón de Jabugo: qué delicia, qué placer para los sentidos… La simplicidad de recursos agudiza el ingenio a la hora de regalar y fue muy divertido ver como el protagonista abría sorprendido un paquete de leche, una nocilla, unas chanclas made in china, un paipái, un vaso de plástico y otro muy hortera de cristal, al son del “Cumpleaños feliz” de Parchís y del “Anys i anys” del Club Super 3. No podía faltar un toque surrealista y en medio de la cena llamaron de la maternidad por un parto de gemelos. Leopoldo y la soeur se ausentaron unos minutos (no llegó al cuarto de hora) y volvieron para responder al cuestionario que Lluís había preparado haciendo broma de las manías, expresiones y peculiaridades de cada uno, que todos conocemos al dedillo después de dos meses de convivencia estrecha.
Hace unos días ha llegado otra cooperante francesa. Es un reto recomponer los equilibrios de espacios, compañías, soledades, aburrimiento, diversión, buenos y malos momentos, cuando llega un cooperante nuevo y se enfrenta por primera vez a las dificultades que entraña la vida aquí. También es bonito ser testigo de cómo va descubriendo las cosas, cómo va cediendo a sus miedos, cómo se va abriendo a la gente… Es un camino que yo empecé a recorrer hace muy poco. De manera sutil, lenta y vacilante, uno aprende a observar la realidad sin permitir que su crudeza acongoje o paralice demasiado, a no angustiarse en exceso por lo que está fuera de la propia capacidad de respuesta, que es casi todo, a aceptar que la escasez y la optimización de los recursos deja inevitablemente vidas por el camino y que pararse demasiado tiempo para lamentarlo puede tener consecuencias fatales. A veces da un poco de miedo que este proceso pueda terminar en insensibilidad o indiferencia, pero parece que es necesario para la estabilidad psicológica y para ser operativo y eficaz.

(La autora es médica cooperante en Chad desde julio de 2009)

28 de septiembre de 2009

REFLEXIONES SOBRE LA GRIPE A, por Nani Vall-Llosera

REFLEXIONES SOBRE LA GRIPE A , por Nani Vall-Llosera

Desde que el 22 de abril se hizo público el primer caso de gripe A, hemos asistido al goteo continuo de cifras de afectados y fallecidos a causa del nuevo virus. Hasta hoy el número de casos confirmados es de 5.728, con 61 fallecidos en todo el mundo (www.who.int).

Hay que recordar que durante las epidemias invernales habituales de gripe en nuestras ciudades la afectación oscila entre el 5 y el 20% de la población general y puede alcanzar a más del 50% de las personas internadas en instituciones cerradas, estando relacionada con aproximadamente 3.000 muertes anuales en España, fundamentalmente entre personas mayores con factores de riesgo preexistentes (Departament de Salut, Generalitat de Catalunya).

Este hecho suscita múltiples reflexiones desde puntos de vista variados. El tratamiento informativo de la noticia ha sido y todavía es en muchos casos efectista. Durante varios días nos ha sido retransmitida la escalada en los niveles de alerta de pandemia de la OMS, sin informar del significado real de esos niveles, en cuanto que simplemente constituyen una clasificación epidemiológica de la distribución geográfica de la infección. Cada nivel de la clasificación conlleva la adopción de determinadas medidas de salud pública. Existe una importante desproporción entre la alarma y el protagonismo inicial otorgado a la noticia por los medios de comunicación, y el número y gravedad de los afectados a escala mundial. Cabe preguntarse también si la pérdida de protagonismo informativo de los últimos días se corresponde a una situación real de control de la pandemia.

También hay que cuestionar el papel de algunos científicos, que se han aventurado a dar como ciertas predicciones basadas en modelos estimativos, dejando de lado la prudencia deseable y exigible en estos casos. La realidad es que hoy por hoy se desconoce el comportamiento que va a tener la infección. Por lo menos sí parece que la OMS ha aprendido de los errores cometidos con la gripe aviar en 2005 cuando contribuyó a la alarma general con previsiones catastrofistas que no se cumplieron. En esta ocasión la ponderación y la mesura rigen sus declaraciones.

Observando los mapas que la OMS actualiza a diario, llama la atención que no hay ningún caso confirmado en el continente africano. No sabemos si es que África está inmunizada o es que no hay sistemas de detección. Sin duda alguna África está afectada por otras gripes, las de siempre, con nula repercusión mediática. Desde principios de año, más de 1.900 personas han fallecido a causa de la meningitis en el área del África Subsahariana conocida como el “cinturón de la meningitis”, en la peor epidemia de los últimos años. Sólo en Nigeria, Níger y Chad, se han registrado más de 56.000 casos (www.msf.es). Cada año hay 2,7 millones de nuevos casos de infección por el VIH y 2 millones de fallecimientos relacionados con el SIDA. El África subsahariana soporta el 72% de las muertes y el 67% de las personas que viven con el VIH en todo el mundo (informe UNAIDS 2008). Allí la malaria mata a 900.000 personas al año, el 85% niños y niñas menores de 5 años. Desde que empezó la pandemia por gripe A han muerto por malaria 75.000 menores (3.000 muertes diarias, www.who.int). Estos datos no son portada de nuestros telediarios, ni ocupan espacio en nuestros periódicos porque no interesan.

(Nani Vall-llossera está trabajando como médico en el Hospital de Goundi (Chad, África del Oeste) desde julio de 2009).

Más información sobre la gripe A en:
http://www.youtube.com/watchv=nTgyakGAddM

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http://vimeo.com/6790193

SI HUBIERA NACIDO EN GOUNDI, por Nani Vall-Llosera

SI HUBIERA NACIDO EN GOUNDI, por
Nani Vall-llosera
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Si en vez de en Barcelona hubiera nacido en Goundi (Chad rural), hoy sería una superviviente. Habría nacido en casa con la ayuda de una partera tradicional que muy posiblemente habría recibido la formación justa para cortar mi cordón umbilical con un objeto no contaminado. Así me ahorraba el tétanos neonatal (14% de las muertes neonatales) que corría el riesgo de contraer porque, con mucha probabilidad, mi madre no estaría vacunada (40% de neonatos no protegidos). El SIDA en este punto no habría sido lo más preocupante porque en el Chad la prevalencia de adultos seropositivos es relativamente baja (4’8%), en comparación con otros países del África subsahariana (p. Ej. Zimbabwe 15’3%, Botswana 23’9%).

Durante mis primeros años de vida, sobre todo durante la estación de lluvias, habría sufrido unos 3 o 4 episodios de malaria anuales, inicialmente graves, con una anemia que habría requerido transfusión de algún pariente compatible. Con los test rápidos de VIH y sífilis, no me habrían transmitido estas enfermedades, pero sí probablemente la hepatitis B, si tenemos en cuenta que no se hace cribado porque el gobierno no suministra la cantidad suficiente de tests, que hay una prevalencia estimada de portadores de más del 90% y que sólo ahora se empieza a vacunar. De la hepatitis C ni siquiera hay estimaciones.

Gracias a las malarias que habría pasado, poniendo mi vida en peligro cada una de ellas hasta los 5 años aproximadamente, a estas alturas tendría un grado de inmunidad suficiente como para vivir los episodios de manera prácticamente asintomática, dolor de cabeza o cansancio acentuado a todo tirar.

Al terminar las lluvias, pero con el frío todavía (aquí llamamos frío a toda temperatura inferior a 25º), empezarían a circular los resfriados entre los hermanos y alguna bronquitis fea me habría tocado a mí. Mis padres habrían recaudado el dinero suficiente entre familiares y amigos para llevarme al hospital y tras unos días de antibiótico y un poco de ventolín, habría vuelto a casa habiendo superado una batalla más.

Con el destete habrían llegado las primeras diarreas por los parásitos que habitan el agua. Si ninguna de ellas hubiera acabado conmigo por deshidratación, mis nuevos compañeros de viaje (los parásitos) habrían condicionado mi estado nutricional y, por ende, mi crecimiento físico e intelectual. También mi capacidad (inmunidad) para hacer frente a nuevos enemigos habría quedado mermada.

Alguna de las estaciones secas de mi primera infancia habría venido acompañada de una epidemia de meningitis o sarampión. Con suerte, yo los habría sufrido una vez un cierto número de muertes hubiera hecho saltar las alarmas que ponen en marcha las campañas de vacunación de MSF o de alguna otra institución unas semanas (o meses) después del inicio del brote, y mi caso no habría revestido gravedad.

En los años sucesivos, mi cuerpo habría batallado casi a solas con las infecciones típicas de cada edad y las de todas las edades, anginas, otitis, más resfriados, malarias y diarreas, y ahora me dispondría a afrontar el último tercio de mi vida con una inmunidad a prueba de bombas pero con las secuelas de tanta guerra en forma de tumor de hígado (frecuente sobre una hepatitis crónica por virus B +/- C), insuficiencia cardíaca por valvulopatía reumática (complicación de anginas no tratadas), parálisis post-poliomielitis …

Una historia similar podría ser la mía si, en vez de en Barcelona, hubiera nacido en Goundi en 2009. Estamos hablando de antibióticos de los más sencillos (nuestro arsenal más pesado se compone de ampicilina, gentamicina, ceftriaxona, penicilina cristalina y del cloranfenicol proscrito en Europa), vacunas, agua, comida e higiene como medio para que las cosas sean de otra manera. Aunque no se debe hablar alegremente de higiene como “déficit cultural” cuando el agua que tienes en casa es la que has ido a buscar al pozo del barrio, cuando tus condiciones de vida se parecen demasiado a las de tus animales, cuando nada está asfaltado, cuando el suelo es siempre la tierra que se cuela por todas partes, cuando no hay apenas letrinas, ni pañales ni compresas.

Según los datos más recientes de la OMS (WHOSIS y Country Health System Fact Sheet 2006 CHAD), la esperanza de vida al nacer en el Chad es de 46 años. El 48% de la población tiene acceso a fuentes de agua potable y el 9% a instalaciones de saneamiento. El 14% de los partos es atendido por personal capacitado y se estima que aproximadamente en 1 de cada 100, muere la madre. El 20% de los niños muere antes de los 5 años (22’8% por infecciones respiratorias, 22’3% por malaria, 18% por diarrea, 7% por sarampión). El 23% de los niños menores de 1 año están vacunados contra el sarampión (en España, el 97%) y el 20% contra la difteria-tétanos-tos ferina (en España, el 96%). La última epidemia de meningitis notificada por la OMS se declaró en el primer trimestre de 2009.

Este artículo ha sido publicado en la web de Cristianisme i Justícia:
http://www.cristianismeijusticia.net/bloc/-1/


(Nani Vall-llossera está trabajando como médico en el Hospital de Goundi desde julio de 2009).

Entrevista a un tuareg

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO,
entrevista realizada por VÍCTOR M. AMELA a MOUSSA AGASSARID,


-MOUSSA AGASSARID: No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo

-VÍCTOR M. AMELA: ¡Qué turbante tan hermoso...!

-Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

-Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa.... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di.. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.

(Entrevista enviada al blog por Glòria Rodoreda)

19 de septiembre de 2009

Correspondencia Anna Rossell-Xec Marquès (19-09-2009)

CARTA D'ANNA ROSSELL AL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS (A continuación del texto catalán sigue su traducción al español)

Cisco Ubach i Xec Marquès (amb la càmara) amb Anna Rossell a l'aeroport de Conakry (desembre del 2008) / Cisco Ubach y Xec Marquès (con la cámara) con Anna Rossell en el aeropuerto de Conakry (diciembre de 2008)


Català

El Masnou, 19-09-09


Estimat Xec,

voldria encara respondre a les teves dues últimes cartes, que m’has enviat seguides, abans d’emprendre viatge cap a Conakry. Com saps serà ben curt i ben segur que gaudim de més tranquil·litat cadascun assegut al nostre escriptori, que no pas quan serem junts i ens veurem. Llavors no tindrem temps per parlar i estendre’ns en les nostres reflexions, haurem de parlar d’altres coses, com ara sobre el teu projecte, de com aconseguir els diners i complir els terminis per a la construcció de la casa de tres plantes que l’ha d’acollir.

Rellegint el nostre últim intercanvi de cartes me n’adono que arriba un moment en què les nostres posicions ja no s’acosten, sinó que, amb matisacions més o menys variades, perseveren en el nucli dur que cadascuna té de més fonamental, s’enroquen(per utilitzar una imatge molt plàstica dels escacs) i defensen la seva tesi, l’essència de la qual es revela com a inamovible: d’una manera breu i esquemàtica podríem dir que tu defenses a capa i espasa que el text bíblic és intocable, que admets la seva interpretació metafòrica i una traducció cada vegada més millorada, però no cedeixes ni un pèl a la proposta d’un canvi del text que inclogués, en el propi text, la interpretació metafòrica i la traducció millorada que tu mateix proposes. Jo, per part meva, no faig concessions a la meva tesi de què els mecanismes psicològics de l’empatia marquen a sang i a foc de tal manera les persones, que les determinen per a tota la vida i em rebel·lo contra un text mitològic tan essencial com la Bíblia que, concebut, escrit, tractat i manipulat sempre per homes (‘homes’ en el sentit sexuat del terme, no entès com a genèric), amb mentalitat eminentment patriarcal, han reflectit i transmès una imatge de la dona i de l'home que ha perpetuat una idea absolutament androcèntrica del món i de la vida i el gènere femení com el causant del pecat original i de la culpa. Res no em pot moure d’aquesta convicció, que experimento en la meva vida quotidiana i a cada moment.

No sé si és que en les meves cartes anteriors no m’he explicat bé, perquè tu dius: “Però el que no es pot pretendre és que la construcció social del fet de la diferència es resolgui negant la paraula a la realitat de la diferència dels sexes (n’hi ha varis i els més estesos són el masculí i el femení).” Hom diria, llegint aquestes paraules teves, que jo m’entesto a negar la diferència entre els sexes. No, mai no l’he volgut negar: qui podria negar el que és una evidència? El que no puc acceptar és que la definició de la diferència –parlem de diferència psicològica, la física és evident- la faci sempre el mateix sexe (el masculí). Com tu molt bé dius “justament per poder relativitzar el que és socialment construït, i apareix com injust, necessitem una referència comuna. El primer principi, em sembla, és de la igual dignitat del sexes. Quan diem 'igual dignitat' estem ja afirmant que hi ha una diferència, hi ha sexes. I la igualtat la referim a la dignitat. I aquí tenim un d’aquests conceptes que fan de mal definir i que estem contínuament aprofundint. És objectiu i subjectiu al mateix temps. És objectiu perquè jo el rebo de l’altre i és subjectiu perquè és l’altre que me’l defineix. És subjectiu perquè és relatiu al meu sentiment de “dignitat” i és objectiu perquè no sóc jo que en defineix el fonament i l’abast. Necessitem el que és objectiu (el fonament i l’abast) i hem de treballar el subjectiu: el “sentiment”, la “reconeixença”, l’expressió de la igual dignitat en termes de drets i de deures.” Ho dius perfectament. No entenc com, després d’escriure això, podem estar en desacord amb segons què: precisament perquè “és objectiu i subjectiu al mateix temps. És objectiu perquè jo el rebo de l’altre i és subjectiu perquè és l’altre que me’l defineix [...] i és objectiu perquè no sóc jo que en defineix el fonament i l’abast. Necessitem el que és objectiu [...]”. Justament, Xec, justament..., això que tu dius aquí és EL QUE HAURIA DE SER, però NO ÉS EL QUE PASSA. A la Bíblia hi manca absolutament aquest joc entre l’objectiu i el subjectiu, perquè tota la història està descrita i escrita des de la perspectiva de l’UN, mai de l’ALTRE.

Dius: "No faig una lectura ‘asexuada’ del text, justament crec que la diversitat expressada per la diferència sexual és l’esquerda per on s’introdueix el “diable”. El que no accepto és una lectura de gènere respecte a la “culpa”. No hi ha culpa en primer lloc, sinó repte”. És clar que no, no fas una lectura asexuada del text, perquè no es pot fer, perquè el text NO és asexuat, no és innocent, la lectura –com la descripció- ÉS sexuada.
També dius: “Els exemples que poses, el nen (masculí), que s’identifica amb les imatges on és representat el seu gènere, o el canvi de nom en contraure matrimoni, no es refereixen a mecanismes psicològics “obligatoris”. Crec en la llibertat fins i tot en medis molt condicionats, i això és el que em sembla que s’ha d’educar.” (la negreta és meva). Aquestes expressions que fas servir “el que no accepto és...”, “crec en...” remeten sempre a una concepció masculina del món. Com a home que ets, tu pots descriure la teva manera de veure-ho, però jo diria que mai no pots dir “no accepto que”, perquè precisament això és el que cal -us cal a tots els homes- “acceptar que” el món té una altra perspectiva -la femenina-, que manca en tots els textos heretats de l’antiguitat. I aquí els homes no hi teniu res a dir, podeu donar la vostra humil opinió, però res més, perquè l’opinió de l’altre l’ha de donar aquest altre, i sobre aquesta opinió no hi ha res a discutir; s’hi pot reflexionar, pot ajudar a canviar els punts de vista a través de la discussió sobre el tema, però l’opinió de l’altre és aquesta i prou. En el cas de què ara parlem, la meva opinió, femenina, del Gènesi, és que sí que hi ha una lectura de gènere respecte a la culpa. De la mateixa manera que insisteixo en què no hi ha identificació de la part femenina quan s’utilitza el masculí com a genèric o quan veiem una imatge representada associada al sexe masculí: l’empatia funciona com un mecanisme inapel·lable, automàtic. És per això que tampoc estic d’acord amb això que dius que els exemples que jo poso “no es refereixen a mecanismes psicològics ‘obligatoris’ “. Sí, sí que s’hi refereixen, insisteixo. Lamentablement –i això és precisament el que ho fa tan greu- els mecanismes són automàtics, no ens en podem escapar, només podem aconseguir una distància quan en som conscients, però mai no escapem a l’associació immediata, inconscient. En aquest sentit són “obligatoris”.

Coneixes les meves profundes diferències amb l’Església catòlica, una de les quals –no pas l’única, però una de les més importants- rau en el fet que sento i considero que l’Església catòlica no m’hi vol a mi (i quan dic ‘a mi’ vull dir ‘cap dona’). El dia que jo podés ser monja i el fet de ser-ho em permetés de dir missa i consagrar, llavors –si cregués en Déu- em plantejaria formar part com a membre actiu de l’Església catòlica. Però fins que no arribi aquest dia jo no sóc tractada de manera igualitària amb tu, per exemple. Me’n faig creus com hi ha monges catòliques, a mi sempre m’han semblat una mica (molt) massoquistes.

Encara hi ha dues cites teves a què em vull referir. Dius:
Penso en els colors: l’espectre de colors és infinit, però els definim tots amb termes de referència: vermell, blau, groc, verd ... blanc i negre. Necessitem aquesta referència perquè hi hagi possibilitat de diàleg i, amb el diàleg, possibilitat de descobrir nous matisos i de fer més rica la nostra percepció de la realitat i més justa l’organització de la societat.” Em sembla un exemple molt ben trobat. Una de les descobertes que sempre m’han fet pensar molt és el fet que cultures allunyades de la nostra (o la nostra de la seva) tenen un lèxic molt diferent per referir-se a la gamma de colors, un lèxic que reflecteix que la seva percepció dels colors (la seva percepció del món) és ben diferent de la nostra. Sé que hi ha cultures que no distingeixen lèxicament entre el verd i el blau, per exemple. Tenen una sola paraula per a referir-se als dos. La pregunta és, doncs: només en veuen un allà on jo en veig dos? L’important no és tant la resposta, sinó el fet de poder-se plantejar la pregunta. I, com tu molt bé dius, ens cal la percepció de l’altre per poder dialogar i avançar en el nostre creixement humà i moral.

Dius també: “Però també puc descobrir que hi ha “drets” que són propis de l’altre perquè és justament diferent, que hi ha drets i obligacions que sí que estan lligats a característiques físiques, a determinacions biològiques. D’altres estan lligats a la cultura, a la realitat social (funcions, responsabilitats, història) concreta, i no per això son discriminatoris”. Hi estic absolutament d’acord. La justícia no consisteix, paradoxalment, a tractar tothom per igual, sinó a tractar-lo diferent, tenint en compte les seves diferències. Llavors és quan tractem tothom “igual”.

I aquí ho torno a deixar, Xec. Ben aviat ens veurem, i en tinc ganes. Però sé que les reflexions sobre aquestes coses nostres les haurem de deixar per la tornada. Posa’t tu ara ja a la resposta, abans no arribi a casa teva.

Una forta abraçada,

Anna

***

CARTA DE ANNA ROSSELL AL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS (Traducción al español de Anna Rossell)

El Masnou, 19-09-09

Querido Xec,

quisiera reponder aún a tus dos últimas cartas, que me has enviado seguidas, antes de emprender mi viaje a Conakry. Como sabes, serà corto y seguro que gozaramos de mayor tranquilidad cada uno sentado a su escritorio, que cuando estemos juntos y nos veamos. Entonces no tendremos tiempo para charlar y extendernos en nuestras reflexiones, tendremos que hablar de otras cosas, como por ejemplo de tu proyecto, de cómo conseguir el dinero y cumplir con los plazos para la construcción de la casa de tres plantas que lo ha de albergar.

Releyendo nuestro último intercambio de cartas me doy cuenta de que llega un momento en que nuestras posiciones ya no se acercan, sino que, con matizaciones más o menos variadas, perseveran en el núcleo duro que cada una tiene de más fundamental, se enrocan (por utilizar una imagen muy plástica del ajedrez) y defienden su tesis, cuya esencia se revela como inamovible: de un modo breve y esquemático podríamos decir que tú defiendes a capa y espada que el texto bíblico es intocable, que admites su interpretación metafórica y una traducción cada vez más mejorada, pero no cedes ni un pelo a la propuesta de un cambio del texto que incluyera en el propio texto la interpretación metafórica y la traducción mejorada que tú mismo propones. Yo, por mi parte, no hago concesiones a mi tesis de que los mecanismos sicológicos de la empatía marcan a sangre y fuego de tal manera a las personas, que las determinan para toda la vida y me rebelo contra un texto mitológico tan esencial como la Biblia que, concebido, escrito, tratado y manipulado siempre por hombres ('hombres' en el sentido sexuado del término, no entendido como genérico), con mentalidad eminentemente patriarcal, ha reflejado y transmitido una imagen de la mujer y del hombre que ha perpetuado una idea absolutamente androcéntrica del mundo y de la vida, y del género femenino como el causante del pecado original y de la culpa. Nada puede apartarme de esta convicción, que experimento en mi vida cotidiana y a cada momento.

No sé si es que en mis cartas anteriores no me he explicado con la suficiente claridad, porque tú dices: "Pero lo que no puede pretenderse es que la construccíón social del hecho de la diferencia se resuelva neganado la palabra a la realidad de la diferencia de los sexos (hay varios, y los más extendidos son el masculino y el femenino)". Se diría, leyendo estas palabras tuyas, que yo insisto en negar la diferencia entre los sexos. No, nunca la he querido negar: ¿quién podría negar lo que es una evidencia? Lo que no puedo aceptar es que la definición de la diferencia -hablamos de la diferencia sicológica, la física es evidente- la haga siempre el mismo sexo (el masculino). Como tú dices muy bien "justamente para poder relativizar lo que se ha construido socialmente, y aparece como injusto, necesitamos una referencia común. El primer principio, así lo creo, es de la igual dignidad de los sexos. Cuando decimos 'igual dignidad' estamos ya afirmando que hay una diferencia, hay sexos. Y la igualdad la referimos a la dignidad. Y aquí tenemos uno de estos conceptos de difícil definición y en los que estamos profundizando constantemente. Es objetivo y subjetivo al mismo tiempo. Es objetivo porque yo lo recibo del otro, y es subjetivo porque es el otro quien me lo define. Es subjetivo porque es relativo a mi sentimiento de "dignidad" y es objetivo porque no soy yo quien define su fundamento y su alcance. Necesitamos lo que es objetivo (el fundamento y el ámbito de influencia) y debemos trabajar lo subjetivo: el "sentimiento", el "reconocimiento", la expresión de la igual dignidad en términos de derechos y de deberes". Lo dices muy bien. No entiendo cómo, después de escribir esto, podemos estar en desacuerdo en según qué cosas: precisamente porque "es objetivo y subjetivo al mismo tiempo. Es objetivo porque yo lo recibo del otro y es subjetivo porque es el otro quien me lo define [...] y es objetivo porque no soy yo quien define su fundamento ni su alcance. Necesitamos lo que es objetivo [...]". Justamente, Xec, justamente..., esto que tú dices aquí es LO QUE DEBERÍA SER, pero NO ES LO QUE SUCEDE. A la Biblia le falta absolutamente este juego entre lo objetivo y lo subjetivo, porque toda la historia está descrita y escrita desde la perspectiva de UNO, nunca del OTRO.

Dices: "No hago una lectura 'asexuada' del texto, justamente creo que la diversidad expresada por la diferencia sexual es el resquicio por donde se cuela el "diablo". Lo que no acepto es una lectura del género respecto a la "culpa". No es culpa lo que hay en primer término, sino reto". Claro que no haces una lectura asexuada del texto, porque no puede hacerse, porque el texto NO es axexuado, no es inocente, la lectura -como la descripción- ES sexuada.
También dices: "Los ejemplos que aduces, el niño (masculino), que se identifica con las imágenes en las que se representa su género, o el cambio de nombre al contraer matrimonio, no se refieren a mecanismos sicológicos "obligatorios". Creo en la libertad, incluso en medios muy condicionados, y esto es lo que creo que se debe educar" (la negrita es mía). Estas expresiones que utilizas "lo que no acepto es...", "creo en..." remiten siempre a una concepción masculina del mundo. Como hombre que eres, tú puedes describir tu modo de verlo, pero yo diría que nunca puedes decir "no acepto que", porque precisamente esto es lo que hace falta -les hace falta a todos los hombres- "aceptar que" el mundo tiene otra perspectiva -la femenina-, de la que adolecen todos los textos heredados de la antigüedad. Y aquí los hombres no tenéis nada que decir, podéis dar vuestra humilde opinión, pero nada más, porque la opinión del otro la debe dar ese otro, y sobre esta opinión no cabe discutir nada; puede reflexionarse sobre ella, puede ayudar a cambiar los puntos de vista a través de la discusión sobre el tema, pero la opinión del otro es ésta y punto. En el caso del que ahora hablamos, mi opinión, femenina, del Génesis, es que sí que hay una lectura de género respecto de la culpa. Del mismo modo que insisto en que no hay identificación de la parte femenina cuando se utiliza el masculino como genérico o cuando vemos una imagen representada asociada al sexo masculino: la empatía funciona como mecanismo inapelable, automático. Por esto tampoco estoy de acuerdo con lo que dices sobre los ejemplos que aduzco, que "no se refieren a mecanismos sicológicos 'obligatorios' ". Sí, sí que se refieren a mecanismos sicológicos obligatorios -y esto es precisamente lo que hace que la cosa revista tanta gravedad-, los mecanismos son automáticos, no podemos escapar a ellos, sólo podemos conseguir una distancia de ellos cuando nos hacemos conscientes de su funcionamiento, pero jamás escapamos a la asociación inmediata, incosciente. En este sentido son "obligatorios".

Sabes de mis profundas diferencias con la Iglesia católica, una de las cuales -desde luego no la única, pero sí una de las más importantes- radica en el hecho de que siento y considero que la Iglesia católica no me quiere a mí (y cuando digo 'a mí' quiero decir 'a ninguna mujer'). El día en que yo pueda ser monja y el hecho de serlo me permita decir misa y consagrar, entonces -si creyera en Dios- me plantearía formar parte de la Iglesia católica como miembro activo. Pero hasta que este día no llegue, a mí no se me trata de modo igualitario, de modo igual a ti, por ejemplo. No consigo comprender cómo hay monjas católicas, a mí siempre se me han antojado un poco (muy) masoquistas.

Hay aún dos citas tuyas a las que quiero referirme. Dices:"Pienso en los colores: el espectro de colores es infinito, pero los definimos todos en términos de referencia: rojo, azul, amarillo, verde... blanco y negro. Necesitamos esta referencia para que haya posibilidad de diálogo y, con el diálogo, posibilidad de descubrir nuevos matices y de hacer más rica nuestra percepción de la realidad y más justa la organización de la sociedad." Me parece un ejemplo muy acertado. Uno de los descubrimientos que siempre me han hecho pensar mucho es el hecho de que culturas alejadas de la nuestra (o la nuestra de la suya) tienen un léxico muy diferente para referirse a la gama de colores, un léxico que refleja que su percepción de los colores (su percepción del mundo) es bien diferente de la nuestra. Sé que hay culturas que no distinguen léxicamente entre el verde y el azul, por ejemplo. Tienen una sola palabra para referirse a los dos. La pregunta es, pues: ¿sólo ven uno donde yo veo dos? Lo importanet no es tanto la respuesta, como el hecho de poder plantearnos la pregunta. Y, como tú dices muy bien, necesitamos la percepción del otro para poder dialogar y avanzar en nuestro crecimiento humano y moral.

Dices aún: "Pero también puedo descubrir que hay 'derechos' que son propios del otro porque es justamente diferente, que hay derechos y obligaciones que sí que están ligados a características físicas, a determinaciones biológicas. Otros están ligados a la cultura, a la realidad social (funciones, responsabilidades, historia) concreta, y no por esto son discriminatorios". Estoy absolutamente de acuerdo. La justicia no consiste, paradójicamente, en tratar a todo el mundo por igual, sino en tratarlo diferente, en función de sus diferencias. Entonces es cuando tratamos a todo el mundo "por igual".

Y aquí vuelvo a dejarlo, Xec. Pronto nos veremos, y tengo ganas. Pero sé que las reflexiones sobre estas cosas nuestras deberemos aplazarlas hasta la vuelta. Ponte tú ahora a responder, antes de que llegue yo a tu casa.

Un fuerte abrazo,

Anna

Correspondencia Xec Marquès-Anna Rossell (19-09-2009)

CARTA DEL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (A continuación del texto catalán sigue su traducción al español)

D'esquerra a dreta / De izquierda a derecha: Xec Marquès, Miquel Bonet, Giovanni Albertocchi, Montse Duran, Anna Rossell, Pilar Millán, Mª Antònia Sagalés, Pepe Guillem. Ajupits / Agachados: Glòria Rodoreda i Manuel Àvila

Català

Conakry, 17 setembre 09

Benvolguda Anna,

l'última carta no està acabada i segurament, escrita a estonetes, manca de fil conductor. Ho sento. Vull ara tocar un altre tema, perquè en la teva carta del primer de setembre tornes a evocar la necessitat de canviar el text de la Paraula perquè avui tenim molt més clars els mecanismes psicològics de l’empatia i entenem que la determinació de gènere no és inofensiva:"I crec que caldria canviar el text, i tant que sí! La Bíblia no és cap obra d’art. És, des dels seus orígens, una interpretació de la Paraula o, molt millor dit, de les Paraules, i no només una interpretació, sinó una selecció, una tria (moltes de les Paraules han quedat fora, s’han exclòs, finalment, de l’última versió acceptada que ha acabat sent la Bíblia que coneixem). Qualsevol traducció és una interpretació, i qualsevol interpretació –precisament perquè cal fer-la metafòricament, com dius tu mateix- admet una versió corregida de la lletra."

La fe cristiana (i la fe jueva) ,que són les portadores de la Bíblia, no són només religions del llibre. Són també religions de la història. Des d’aquesta perspectiva, el Llibre Sagrat no és l'única font de la Revelació de Déu. El Llibre Sagrat no és només un text mitològic, al·legòric, és la Paraula que diu aquesta història. Déu continua passejant-se enmig dels homes (hauríem d’entrar aquí en la teologia de la Trinitat) i després de Jesús, en un procés històric, social, cultural, però també en un procés de “descoberta”, d' “inspiració”, el text sagrat s’enriqueix dels Evangelis i dels altres documents del que noltros anomenem el Nou Testament. La revelació, en la seva forma de paraula, queda fixada una vegada per sempre.
Malauradament durant segles aquesta Paraula serà relegada a un segon terme (o tercer o quart). La institució (l’Església cada cop més estructurada i jerarquitzada), la teologia (l’oficial) prendran el davant. Luther es revoltarà contra aquesta marginalització de la Paraula. L’Església romana és amb el Concili Vaticà II que redescobrirà i ferà de nou lloc a la Paraula.
Amb el Vaticà II també s’obriran portes i finestres per a l’escolta de la Revelació i situarà la comunitat cristiana compromesa en l’alliberació dels pobres i de tota forma d’injustícia com el lloc d’escolta, d’interpretació i de la Paraula. Amèrica Llatina ha produït noves lectures de la Paraula i noves traduccions. Estic d’acord que el treball de traducció no s’acaba mai, que el llenguatge canvia i l’antiga paraula no és diu de la mateixa manera avui que fa un segle.

Per lluitar contra la transmissió de models patriarcals, masclistes i discriminatoris, ens cal comprendre els mecanismes de transmissió d’aquests models i formar les persones. La solució no és de “corregir” la Bíblia (estic d’acord que es tradueixi millor), sinó d’educar les persones.
Justament una intel·ligència millor dels mecanismes de transmissió de valors que no ho són ens pot ajudar a educar millor. Trobo que el risc a evitar és de projectar els nostres propis sentiments i traumatismes i d’alguna manera instrumentalitzar textos que tenen vocació de “fonament”. Els exemples que poses, el nen (masculí), que s’identifica amb les imatges on és representat el seu gènere, o el canvi de nom en contraure matrimoni, no es refereixen a mecanismes psicològics “obligatoris”. Crec en la llibertat fins i tot en medis molt condicionats, i això és el que em sembla que s’ha d’educar. Una llibertat que és capaç de produir i donar sentit, capacitat d’establir una distància, entre l’ambigüitat de la paraula i la Paraula, per donar sentit, no des de la paraula, sinó des de la Paraula.

No faig una lectura “asexuada” del text, justament crec que la diversitat expressada per la diferència sexual és l’esquerda per on s’introdueix el “diable”. El que no accepto és una lectura de gènere respecte a la “culpa”. No hi ha culpa en primer lloc, sinó repte. El repte de la diversitat, de la diferència, d’això que som a la vegada: totalitat i fragment. Crec que és alliberador d’assumir el repte i la possibilitat d’error i de pecat en tota relació. El diàleg entre els gèneres, la dinàmica social de més de justícia i veritat en totes les relacions on hi ha “construccions socials-econòmiques” que discriminen i oprimeixen, passa també pel perdó i la reconciliació. Avui ens cal acollir cultures, realitats socials i econòmiques que no es poden canviar per un cop de màgia, que es resisteixen a tota forma d’imposició, que recelen de la cultura occidental-liberal, per dominació ideològica, quan denúncia formes de respecte, d’expressió de la identitat i de la diferència que no coincideixen amb els principis de gènere, de filiació, de paternitat i de maternitat propis de la seva cultura.
Hi ha camí a fer en tots els fronts i tots són portadors de veritat.

Xec

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CARTA DEL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (Traducción al español de Anna Rossell)

Conakry, 17 septiembre 09

Querida Anna,

la última carta no está terminade y seguramente -como está escrita a ratos muertos- adolece de hilo conductor. Lo siento. Ahora quiero tocar otro tema, porque en tu carta del día uno de septiembre vuelves a evocar la necesidad de cambiar el texto de la Palabra porque hoy tenemos mucho más claros los mecanismos psicológicos de la empatía y entendemos que la determinación de género no es inofensiva: "Y creo que es necesario cambiar el texto, ¡y tanto que lo es! La Biblia no es ninguna obra de arte. Es, desde sus orígenes, una interpretaciónn de la Palabra o, mucho mejor dicho, de las Palabras, y no sólo una interpretación, sino una selección, una criba (muchas Palabras han quedado fuera, han sido excluídas, finalmente, de la última versión aceptada que ha terminado siendo la Biblia que conocemos). Cualquier traducción es una interpretación, y cualquier interpretación -precisamente porque es necesario hacerla metafóricamente, como tú mismo dices- admite una versión corregida de la letra."

La fe cristiana (y la fe judía), que son las portadoras de la Biblia, no son sólo religiones del libro.
Son también religiones de la historia. Desde esta perspectiva, el Libro Sagrado no es la única fuente de la Revelación de Dios. El Libro Sagrado no es únicamente un texto mitológico, alegórico, es la Palabra que dice esta historia. Dios continúa paseándose en medio de los hombres (deberíamos entrar aquí en la teología de la Trinidad) y después de Jesús, en un proceso histórico, social, cultural, pero también en un proceso de "descubrimiento", de "inspiración, el texto sagrado se enriquece con los Evangelios y con los otros documentos de lo que nosotros llamamos el Nuevo Testamento. La revelación, en su forma de palabra, queda fijada una vez y para siempre. Desgraciadamente durante siglos esta Palabra será relegada a un segundo término (o tercero o cuarto). La institución (la Iglesia cada vez más estructurada y jerarquizada), la teología (la oficial) tomarán la iniciativa. Lutero se rebelará contra esta marginación de la Palabra. La Iglesia romana, con el Concilio Vaticano II, redescubrirá y abrirá de nuevo espacio para la Palabra. Con el Vaticano II se abrirán también puertas y ventanas para escuchar la Revelación y situará a la comunidad cristiana comprometida en la liberación de los pobres y de toda forma de injusticia como el lugar de escucha, de interpretación y de la Palabra. América Latina ha producido nuevas lecturas de la Palabra y nuevas traducciones. Estoy de acuerdo en que el trabajo de traducción no se acaba nunca, que el lenguaje cambia y la palabra antigua no se dice de la misma manera hoy que hace un siglo.

Para luchar contra la transmisión de modelos patriarcales, machistas y discriminatorios, es necesario que comprendamos los mecanismos de transmisión de estos modelos y formar a las personas. La solución no radica en "corregir" la Biblia (estoy de acuerdo en que se traduzca mejor), sino en educar a las personas. Justamente una comprensión mejor de los mecanismos de transmisión de los valores que no lo son nos puede ayudar a educar mejor. Pienso que el riesgo que debemos evitar es el de proyectar nuestros propios sentimientos y traumatismos y de alguna manera instrumentalizar textos que tienen vocación de "fundamento". Los ejemplos que pones, en niño (masculino), que se identifica con las imágenes que representan a su género, o el cambio de nombre al contraer matrimonio, no se refieren a mecanismos sicológicos "obligatorios". Creo en la libertad, incluso en medios muy condicionados, y esto es en lo que creo que hay que educar. Una libertad que es capaz de producir y dar sentido, capacidad de establecer una distancia, entre la ambigüedad de la palabra y la Palabra, para dar sentido, no desde la palabra, sino desde la Palabra.

No hago una lectura "asexuada" del texto, justamente creo que la diversidad expresada por la diferencia sexual es el resquicio por donde se cuela el "diablo". Lo que no acepto es una lectura de género respecto a la "culpa". No hay culpa en primer lugar, sino reto. El reto de la diversidad, de la diferencia, de lo que somos a la vez: totalidad y fragmento. Creo que es liberador asumir el reto y la posibilidad de error y de pecado en toda relación. El diálogo entre los géneros, la dinámica social de más justicia y verdad en todas las relaciones donde hay "construcciones socio-económicas" que discriminan y oprimen, pasa también por el perdón y la reconciliación. Hoy es necesario acoger culturas, realidades sociales y económicas que no se pueden cambiar con un golpe de magia, que se resisten a toda forma de imposición, que recelan de la cultura occidental-liberal -por dominación ideológica-, cuando denuncia formas de respeto, de expresión de la identidad y de la diferencia que no coinciden con los principios de género, de filiación, de paternidad y de maternidad propios de su cultura. Queda camino por hacer en todos los frentes y todos son portadores de verdad.

Xec

18 de septiembre de 2009

Correspondencia Xec Marquès-Anna Rossell (18-09-2009)

CARTA DEL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (A continuación del texto catalán sigue su traducción al español)

Xec Marquès i Manolo Àvila a l'aeroport de Conakry, desembre 2008 / Xec Marquès y Manolo Ávila en el aeropuerto de Conakry, diciembre 2008
Català

Conakry, 07-09-2009

Benvolguda Anna,

"Le terme 'gender' a été inventé dans les années 1970 par un certain courant féministe qui voulait distinguer les différences physiques entre l’homme et la femme, inscrites dans la biologie et donc inchangeables (« sexe ») des différences qui seraient « socialement construites » et donc relatives et changeables (gender) (…) Le consensus de la conférence de Pékin de 1995 a mis le « gender » au cœur des priorités de la coopération internationale".
« Nous sommes dans une civilisation du virtuel, qui a perdu le sens de la réalité. Cette virtualité s’exprime par l’emphase sur l’accès (et non l’objet auquel on accède), la possibilité (et non la réalité), le choix (et non ce qui est choisi), le processus (et non le contenu), le changement (et non l’identité stable), les aspirations (et non leur concrétisation), la capacité et le potentiel (et non l’engagement). L’individu se construit un sentiment de toute-puissance, un monde de rêve où il aurait en permanence accès à tous les choix, un monde lui permettant de ne jamais s’engager personnellement. »

Entenc que des del 1970, quan un cert corrent feminista posa en circulació el concepte de “gènere» (gender, en anglès) per distingir-lo del concepte de « sexe »; el primer determinat per la biologia, el segon construït socialment i amb signes evidents de discriminació (en termes de dret), de determinació (en termes de funció social) i d’exclusió (en termes de poder) del gènere “femení”. Es una porta que s’obra perquè la humanitat faci un pas endavant. Però el que no es pot pretendre és que la construcció social del fet de la diferència es resolgui negant la paraula a la realitat de la diferència dels sexes (n’hi ha varis i els més estesos són el masculí i el femení).
Justament per poder relativitzar el que és socialment construït, i apareix com injust, necessitem una referència comuna. El primer principi, em sembla, és de la igual dignitat del sexes. Quan diem 'igual dignitat' estem ja afirmant que hi ha una diferència, hi ha sexes. I la igualtat la referim a la dignitat. I aquí tenim un d’aquests conceptes que fan de mal definir i que estem contínuament aprofundint. És objectiu i subjectiu al mateix temps.
És objectiu perquè jo el rebo de l’altre i és subjectiu perquè és l’altra que me’l defineix. És subjectiu perquè és relatiu al meu sentiment de “dignitat” i és objectiu perquè no sóc jo que en defineix el fonament i l’abast.
Necessitem el que és objectiu (el fonament i l’abast) i hem de treballar el subjectiu: el “sentiment”, la “reconeixença”, l’expressió de la igual dignitat en termes de drets i de deures.
Penso en els colors: l’espectre de colors és infinit, però els definim tots amb termes de referència: vermell, blau, groc, verd... blanc i negre. Necessitem aquesta referència perquè hi hagi possibilitat de diàleg i, amb el diàleg, possibilitat de descobrir nous matisos i de fer més rica la nostra percepció de la realitat i més justa l’organització de la societat.
Una de les dinàmiques que ens ajuden a créixer i a descobrir-nos és la de mirar-nos à partir dels drets de l’altre. Així em puc preguntar per què ell pot fer això i jo no. Puc descobrir que el dret que m’és negat no té res a veure amb el “sexe” sinó amb el que és “socialment construït”. Té a veure amb una mentalitat que discrimina perquè només reconeix el dret allà on hi ha força, poder i domini, i el nega allà on hi ha dependència i feblesa, i aquests lligats a característiques físiques relacionades amb el sexe i el sistema de producció de riquesa.
Però també puc descobrir que hi ha “drets” que són propis de l’altre perquè és justament diferent, que hi ha drets i obligacions que sí que estan lligats a característiques físiques, a determinacions biològiques. D’altres estan lligats a la cultura, a la realitat social (funcions, responsabilitats, història) concreta, i no per això son discriminatoris. A vegades, ens sembla que és necessari lligar-los a certes característiques i parlem de discriminació positiva.
La paternitat-maternitat, la filiació, la “conjugalitat” no son drets i obligacions absoluts. I algunes propostes i reivindicacions semblen considerar-los així.
Les noves tecnologies, les noves ciències, la mundialització... ens fan pensar que tot és possible, que la llibertat consisteix a trencar barreres, a obrir constantment nous camins. Només que aquestes barreres i els camins nous oberts ens estalvien la tasca més noble de la llibertat, que és la d’escollir, d’assumir-se i d’assumir límits i obstacles.
Les noves malalties (per a la ciència), l’inevitable mort (per a cadascú), la consciència ecològica, la diversitat de cultures i de religions (per a la reflexió), la immigració clandestina, l’abisme entre pobres i rics, societats riques i societats pobres, ens convoquen a un diàleg per definir límits i fronteres, normes ètiques i obligacions morals.
Les diferents crisis socials, culturals, econòmiques, no les podem atribuir a una única causa.
La teologia cristiana (parlo de la teologia oficial, el que anomenem magisteri de l’Església), té una paraula a dir a partir de la seva fe en Jesús. El darrer gran document és l’encíclica de Benet XVI, Caritas in Veritatis. Proposa dues referències que semblen ser el rerafons de tota la teologia pròpia al teòleg Ratzinger des de que és Benet XVI , es tracta de l’Amor i de la Veritat. No he acabat de llegir la darrera encíclica, però em sembla que la reflexió és profunda i pertinent. Ja en parlarem.
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CARTA DEL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (Traducción al español de Anna Rossell)


Conakry, 07-09-2009

Apreciada Anna,

"Le terme 'gender' a été inventé dans les années 1970 par un certain courant féministe qui voulait distinguer les différences physiques entre l’homme et la femme, inscrites dans la biologie et donc inchangeables (« sexe ») des différences qui seraient « socialement construites » et donc relatives et changeables (gender) (…) Le consensus de la conférence de Pékin de 1995 a mis le « gender » au cœur des priorités de la coopération internationale".
« Nous sommes dans une civilisation du virtuel, qui a perdu le sens de la réalité. Cette virtualité s’exprime par l’emphase sur l’accès (et non l’objet auquel on accède), la possibilité (et non la réalité), le choix (et non ce qui est choisi), le processus (et non le contenu), le changement (et non l’identité stable), les aspirations (et non leur concrétisation), la capacité et le potentiel (et non l’engagement). L’individu se construit un sentiment de toute-puissance, un monde de rêve où il aurait en permanence accès à tous les choix, un monde lui permettant de ne jamais s’engager personnellement. »

Entiendo que desde 1970, cuando una cierta corriente feminista pone en circulación el concepto de "género" ('gender' en inglés) para distinguirlo del concepto de "sexo", el primero determinado por la biología, el segundo construído socialmente y con signos evidentes de discriminación (en términos de derecho), de determinación (en términos de función social) y de exclusión (en términos de poder del género "femenino". Es una puerta que se abre para que la humanidad dé un paso hacia delante. Pero lo que no puede pretenderse es que la construcción social del hecho de la diferencia se resuelva negando la palabra a la realidad de la diferencia de los sexos (hay varios y los más extendidos son el masculino y el femenino).
Justamente para poder relativizar lo que se ha construido socialmente, y a parece como injusto, necesitamos una referencia común. El primer principio, me parece, es el de la igual dignidad de los sexos. Cuando decimos 'igual dignidad' estamos afirmando ya que hay una diferencia, hay sexos. Y la igualdad la referimos a la dignidad. Y aquí tenemos uno de estos conceptos que se resisten a una definición fácil y en el cual estamos profundizando continuamente. Es objetivo y subjetivo al mismo tiempo.
Es objetivo porque yo lo recibo del otro y es subjetivo porque es el otro quien me lo define. Es subjetivo porque es relativo a mi sentimiento de "dignidad" y es objetivo porque no soy yo el que define su fundamento y su alcance.
Necesitamos lo que es objetivo (el fundamento y el alcance) y hemos de trabajar lo subjetivo: el "sentimiento", el "reconocimiento", la expresión de la igual dignidad en términos de derechos y de deberes.
Pienso en los colores: el espectro de colores es infinito, pero los definimos todos en términos de referencia: rojo, azul, amarillo, verde... blanco y negro. Necesitamos esta referencia para que haya posibilidad de diálogo y, con el diálogo, posibilidad de descubrir nuevos matices y de hacer más rica nuestra percepción de la realidad y más justa la organización de la sociedad.
Una de las dinámicas que nos ayudan a crecer y a descubrirnos es la de mirarnos a partir de los derechos del otro. Así me puedo preguntar por qué él puede hacer esto y yo no. Puedo decubrir que el derecho que me es negado no tiene nada que ver con el "sexo" sino con lo que es una "construcción social". Tiene que ver con una mentalidad que discrimina porque sólo reconoce el derecho donde hay fuerza, poder y dominación, y lo niega donde hay dependecia y debilidad, y esto ligado a características físicas relacionadas con el sexo y el sistema de producción de riqueza. Pero también puedo descubrir que hay "derechos" que son propios del otro justamente porque es diferente, que hay derechos y obligaciones que sí que están ligados a características físicas, a determinaciones biológicas. Otros están ligados a la cultura, a la realidad social (funciones, responsabilidades, historia) concreta, y no por eso son discriminatorios. A veces nos parece que es necesario relacionarlos con ciertas características y hablamos de discriminación positiva.
La paternidad-maternidad, la filiación, la "conyugalidad" no son derechos y obligaciones absolutos. Y algunas propuestas y reivindicaciones parecen considerarlos así.
Las nuevas tecnologías, las nuevas ciencias, la mundialización... nos hacen pensar que todo es posible, que la libertad consiste en romper barreras, en abrir constantemente nuevos caminos. Sólo que estas barreras y los nuevos caminoses abiertos nos ahorran la tarea más noble de la libertad, que es la de escoger, asumirse y asumir límites y obstáculos.
Las nuevas enfermedades (para la ciencia), la muerte inevitable (para cada uno de nosotros), la conciencia ecológica, la diversidad de culturas y de religiones (para la reflexión), la inmigración clandestina, el abismo entre pobres y ricos, sociedades ricas y sociedades pobres, nos convocan a un diálogo para definir límites y fronteras, normas éticas y obligaciones morales. Las diferentes crisis sociales, culturales, económicas, no las podemos atribuir a una única causa
La teologia cristiana (hablo de la teología oficial, lo que llamamos magisterio de la Iglesia), tiene algo que decir a partir de su fe en Jesús. El último gran documento es la encíclica de Benedicto XVI, Caritas in Veritatis. Propone dos referencias que parecen ser el trasfondo de toda la teología propia del teólogo Ratzinger desde que es Benedicto, se trata del Amor y de la Verdad. No he terminado de leer la última encíclica, pero me parece que la reflexión es profunda y pertinente. Hablaremos de ello.

16 de septiembre de 2009

Fleur Jaeggy, Los hermosos años del castigo

Acaba de publicarse la novela de la escritora suiza Fleur Jaeggy (Zúrich, 1940), Los hermosos años del castigo. Traducción de Juana Bignozzi. Tusquets. Barcelona, 2009, 120 págs., 13 Euros.

Encontraréis un extenso artículo-reseña de Enrique Vila-Matas, Educando mujeres correctas, en el suplemento cultural de El País, Babelia, núm. 929, sábado 12 de septiembre 2009, pág. 23

Algunas afirmaciones de Vila-Matas:

"Fleur Jaeggy va siempre a lo esencial y, como si tuviera bien aprendida la involuntaria lección de Kafka, consigue muchas veces en una sola página, y a veces en una sola línea, que se haga visible de golpe, a modo de repentina revelación, la estructura desnuda de la verdad. Ese pavoroso desvelamiento siempre llega acompañado de la inevitable crueldad, jamás desligada de la rutinaria, aunque secreta, vida de la verdad. tal vez por eso se dice a veces de esta escritora que es tan peligrosa. Pero es que su arte, al dejar sólo en pie lo esencial, no tiene a veces salida más natural que la inteligencia y la crueldad. La frialdad la añade la propia Jaeggy, [...]"

"Fleur Jaeggy es deliciosamente maligna y a todas luces distinta. En su libro autobiográfico Los hermosos años del castigo, una niña de catorce años trata de vivir su propia novela de formación mientras se mira en el espejo de la realidad".

"Suiza como gran lugar apacible, lugar de formación de esposas perfectas y, en el fondo, monstruoso manicomio"

14 de septiembre de 2009

Brigitte Burmeister, Bajo el nombre de Norma

Brigitte Burmeister, Bajo el nombre de Norma, 451 Editores, Madrid, 2009.
La novela narra las transformaciones de la sociedad de la antigua RDA durante los primeros años de la reunificación alemana.
(Para más información leer la reseña bajo la etiqueta "Brigitte Burmeister", que publicaré en el blog a partir de septiembre)

Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung

Bernd F.W. Springer, Alexander Fidora (Eds.), Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung, Lit Verlag (Literatur: Forschung und Wissenschaft, Bd. 18), Berlin, 2009, 339 pág.

El libro reúne artículos de profesores universitarios de la Unión Europea sobre el tema de la tolerancia religiosa en la literatura universal.

Más información:
http://www.uab.es/servlet/Satellite/noticies/detall-d-una-noticia/la-uab-dirigeix-el-primer-estudi-europeu-sobre-tolerancia-i-literatura-1090226434100.html?noticiaid=1252305562715

Índice de autores y artículos:

Jaume Flaquer (Barcelona), Religiöse Toleranz in Bibel und Koran

Amina González Costa (Sevilla), Die islamische Spiritualität und ihre Dichtung: ein Beispiel für Toleranz

Barbara Haupt (Düsseldorf), Heidenkrieg und Glaube. zur Toleranz im 'Eillehalm' Wolframs von Eschenbach

Cándida Ferrero Hernández (Barcelona), Muslime und Juden in den 'Partidas Alfons'X. Anmerkungen zu einer paradoxen Toleranz

Alexander Fidora (Barcelona), Das philosophische Religionsgespräch im Mittelalter: von Gilbert Crispin und Peter Abaelard zu Ramon Llull

Fulvio Ferrari (Trento), Der 'frum heiden' und sein kostbarer tisch: Jans Enikels Erzählung um Saladins Tod und die Darstellung des muslimischen Ostens in der deutschen Literatur des Mittelalters

Óscar de la Cruz Palma / Daniel Álvarez Gómez (Barcelona), Die Rhetorik der Eintracht bei Nikolaus von Kues (1401-1464)

Christine Christ-von Wedel (Basilea), Torheit und Häresie. Zum 'Moriae Encomium des Erasmus von Rotterdam

Thomas Eggensperger (Berlín), Bartolomé de Las Casas - Versuch des Respekts vor dem Anderen

Ans Schapendonk (Marburg), Religiöse Toleranz und Perfektibilität bei Dirck Coornhert (1522-1590)

Joan Curbet (Barcelona), Eine Poesie der Toleranz: Die 'Areopagitica' (1645) und ihr Fortleben im Werk John Miltons

Wilhelmina R.D. van Oostrum (Utrecht), Religiöse Toleranz in der niederländischen Literatur zwischen 1670-1815

David Owen (Barcelona), 'Gesegnet seien die Friedenstifter' - 'Mansfield Park' und Jane Austens Eintreten für religiöse Toleranz

Fátima Gutiérrez (Barcelona), 'Compelle Intrare' - Von den Religionskriegen zu Voltaires 'Traité sur la tolérance'

Bernd Witte (Düsseldorf), Moses Mendelssohn - Toleranz aus dem Geiste des Judentums

Bernd F.W. Springer (Barcelona), 'So glaube jeder sicher seinen Ring den echten' - Die Verbindung von absolutem Wahrheitsanspruch und Toleranzforderung in Lessings 'Nathan der Weise'

Klaus-Hinrich Roth (Düsseldorf), Kulturelle und religiöse Toleranz in Goethes 'West-östlichem Divan

Wilhelm Gössmann (Düsseldorf), Heinrich Heine - Aufklärerisches schreiben gegen intolerante religiöse Zustände und Verhaltensweisen

Anna Rossell (Barcelona), Stefan Zweig: 'Castellio gegen Calvin oder: Ein Gewissen gegen die Gewalt'

Ermenegildo Bidese (Trento), Die Figur der Toleranz aus dem Geist des Monotheismus in Chaim Potoks Roman 'My Name is Asher Lev'

Felicity Hand (Barcelona), 'Jeder betet auf seine eigene Art und Weise' - Lindsey Collens Porträt des zeitgenössischen Mauritius

Anna Akasoy (Oxford), Der Mut des Verlierers in Zeiten der Intoleranz. Die Krise der multikulturellen Gesellschaft in der neueren englischsprachigen Literatur

Felicity Hand (Barcelona), Miteinander und Geselligkeit in Salman Rushdies Roman 'Shalimar der Narr

Roman Eisele (Tübingen), Rhetorik und (In-)Toleranz. Überlegungen zu ihrem grundsätzlichen Verhältnis

Juan José Tamayo (Madrid), Humor als Selbstkritik und Weg zu einem Dialog zwischen den Religionen

Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung

*
Acaba de salir ahora mismo un libro sobre el tema de la tolerancia religiosa en la literatura. No sólo en la literatura alemana, sino en la literatura en general. Pero el libro en cuestión sí está escrito en lengua alemana:

Bernd F. W. Springer, Alexander Fidora (Hrsg.), Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung, Lit Verlag, Wien, Berlin, 2009, (Literatur Forschung und Wissenschaft, Bd. 18).

Veinticuatro autor@s, filólogos y teólogos de diversas Universidades europeas analizan el tema de la tolerancia religiosa en algunas obras de la literatura universal.

Mi contribución en este libro hace referencia al tratamiento de la tolerancia que el autor austriaco Stefan Zweig hace en su obra: Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia:

Anna Rossell, "Stefan Zweig. Castellio gegen Calvin oder Ein Gewissen gegen die Gewalt", pp. 257-268.

Encontraréis mi artículo en el blog, en español y en alemán (Buscando bajo las etiquetas: "Capítulos de libros" y/o "Stefan Zweig").Bernd F.W. Springer, Alexander Fidora (Eds.), Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung, Lit Verlag (Literatur: Forschung und Wissenschaft, Bd. 18), Berlin, Wien, 2009, 339 págs.

Más información:
http://www.uab.es/servlet/Satellite/noticies/detall-d-una-noticia/la-uab-dirigeix-el-primer-estudi-europeu-sobre-tolerancia-i-literatura-1090226434100.html?noticiaid=1252305562715


Índice de autores y artículos:

Jaume Flaquer (Barcelona), Religiöse Toleranz in Bibel und Koran

Amina González Costa (Sevilla), Die islamische Spiritualität und ihre Dichtung: ein Beispiel für Toleranz
Barbara Haupt (Düsseldorf), Heidenkrieg und Glaube. zur Toleranz im 'Eillehalm' Wolframs von Eschenbach
Cándida Ferrero Hernández (Barcelona), Muslime und Juden in den 'Partidas Alfons'X. Anmerkungen zu einer paradoxen Toleranz

Alexander Fidora (Barcelona), Das philosophische Religionsgespräch im Mittelalter: von Gilbert Crispin und Peter Abaelard zu Ramon Llull

Fulvio Ferrari (Trento), Der 'frum heiden' und sein kostbarer tisch: Jans Enikels Erzählung um Saladins Tod und die Darstellung des muslimischen Ostens in der deutschen Literatur des Mittelalters
Óscar de la Cruz Palma / Daniel Álvarez Gómez (Barcelona), Die Rhetorik der Eintracht bei Nikolaus von Kues (1401-1464)
Christine Christ-von Wedel (Basilea), Torheit und Häresie. Zum 'Moriae Encomium des Erasmus von Rotterdam
Thomas Eggensperger (Berlín), Bartolomé de Las Casas - Versuch des Respekts vor dem Anderen
Ans Schapendonk (Marburg), Religiöse Toleranz und Perfektibilität bei Dirck Coornhert (1522-1590)
Joan Curbet (Barcelona), Eine Poesie der Toleranz: Die 'Areopagitica' (1645) und ihr Fortleben im Werk John Miltons
Wilhelmina R.D. van Oostrum (Utrecht), Religiöse Toleranz in der niederländischen Literatur zwischen 1670-1815
David Owen (Barcelona), 'Gesegnet seien die Friedenstifter' - 'Mansfield Park' und Jane Austens Eintreten für religiöse Toleranz

Fátima Gutiérrez (Barcelona), 'Compelle Intrare' - Von den Religionskriegen zu Voltaires 'Traité sur la tolérance'
Bernd Witte (Düsseldorf), Moses Mendelssohn - Toleranz aus dem Geiste des Judentums

Bernd F.W. Springer (Barcelona), 'So glaube jeder sicher seinen Ring den echten' - Die Verbindung von absolutem Wahrheitsanspruch und Toleranzforderung in Lessings 'Nathan der Weise'
Klaus-Hinrich Roth (Düsseldorf), Kulturelle und religiöse Toleranz in Goethes 'West-östlichem Divan
Wilhelm Gössmann (Düsseldorf), Heinrich Heine - Aufklärerisches schreiben gegen intolerante religiöse Zustände und Verhaltensweisen

Anna Rossell (Barcelona), Stefan Zweig: 'Castellio gegen Calvin oder: Ein Gewissen gegen die Gewalt'

Ermenegildo Bidese (Trento), Die Figur der Toleranz aus dem Geist des Monotheismus in Chaim Potoks Roman 'My Name is Asher Lev'

Felicity Hand (Barcelona), 'Jeder betet auf seine eigene Art und Weise' - Lindsey Collens Porträt des zeitgenössischen Mauritius

Anna Akasoy (Oxford), Der Mut des Verlierers in Zeiten der Intoleranz. Die Krise der multikulturellen Gesellschaft in der neueren englischsprachigen Literatur

Felicity Hand (Barcelona), Miteinander und Geselligkeit in Salman Rushdies Roman 'Shalimar der Narr
Roman Eisele (Tübingen), Rhetorik und (In-)Toleranz. Überlegungen zu ihrem grundsätzlichen Verhältnis
Juan José Tamayo (Madrid), Humor als Selbstkritik und Weg zu einem Dialog zwischen den Religionen

Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung

Acaba de salir en agosto un libro sobre el tema de la tolerancia religiosa en la literatura. No sólo en la literatura alemana, sino en la literatura en general. Pero el libro en cuestión sí está escrito en lengua alemana:

Bernd F. W. Springer, Alexander Fidora (Hrsg.), Religiöse Toleranz im Spiegel der Literatur. Eine Idee und ihre ästhetische Gestaltung, Lit Verlag, (Literatur Forschung und Wissenschaft, Bd. 18), Wien, Berlin, 2009, 339 págs.

En él veinticuatro autor@s, filólogos y teólogos de diversas Universidades europeas analizan el tema de la tolerancia religiosa en algunas obras de la literatura universal.

Mi contribución en este libro hace referencia al tratamiento de la tolerancia que el autor austriaco Stefan Zweig hace en su obra: Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia

Mi artículo:
Anna Rossell, "Stefan Zweig. Castellio gegen Calvin oder Ein Gewissen gegen die Gewalt", pp. 257-268.

Encontraréis el artículo en el blog, en español y en alemán, (Buscando bajo las etiquetas: "Capítulos de libros" y/o "Stefan Zweig").

Más información:
http://www.uab.es/servlet/Satellite/noticies/detall-d-una-noticia/la-uab-dirigeix-el-primer-estudi-europeu-sobre-tolerancia-i-literatura-1090226434100.html?noticiaid=1252305562715

Índice de autores y artículos:

Jaume Flaquer (Barcelona), Religiöse Toleranz in Bibel und Koran

Amina González Costa (Sevilla), Die islamische Spiritualität und ihre Dichtung: ein Beispiel für Toleranz

Barbara Haupt (Düsseldorf), Heidenkrieg und Glaube. zur Toleranz im 'Eillehalm' Wolframs von Eschenbach

Cándida Ferrero Hernández (Barcelona), Muslime und Juden in den 'Partidas Alfons'X. Anmerkungen zu einer paradoxen Toleranz

Alexander Fidora (Barcelona), Das philosophische Religionsgespräch im Mittelalter: von Gilbert Crispin und Peter Abaelard zu Ramon Llull

Fulvio Ferrari (Trento), Der 'frum heiden' und sein kostbarer tisch: Jans Enikels Erzählung um Saladins Tod und die Darstellung des muslimischen Ostens in der deutschen Literatur des Mittelalters

Óscar de la Cruz Palma / Daniel Álvarez Gómez (Barcelona), die Rhetorik der Eintracht bei Nikolaus von Kues (1401-1464)

Christine Christ-von Wedel (Basilea), Torheit und Häresie. Zum 'Moriae Encomium des Erasmus von Rotterdam

Thomas Eggensperger (Berlín), Bartolomé de Las Casas - Versuch des Respekts vor dem Anderen

Ans Schapendonk (Marburg), Religiöse Toleranz und Perfektibilität bei Dirck Coornhert (1522-1590)

Joan Curbet (Barcelona), Eine Poesie der Toleranz: Die 'Areopagitica' (1645) und ihr Fortleben im Werk John Miltons

Wilhelmina R.D. van Oostrum (Utrecht), Religiöse Toleranz in der niederländischen Literatur zwischen 1670-1815

David Owen (Barcelona), 'Gesegnet seien die Friedenstifter' - 'Mansfield Park' und Jane Austens Eintreten für religiöse Toleranz

Fátima Gutiérrez (Barcelona), 'Compelle Intrare' - Von den Religionskriegen zu Voltaires 'Traité sur la tolérance'

Bernd Witte (Düsseldorf), Moses Mendelssohn - Toleranz aus dem Geiste des Judentums

Bernd F.W. Springer (Barcelona), 'So glaube jeder sicher seinen Ring den echten' - Die Verbindung von absolutem Wahrheitsanspruch und Toleranzforderung in Lessings 'Nathan der Weise'

Klaus-Hinrich Roth (Düsseldorf), Kulturelle und religiöse Toleranz in Goethes 'West-östlichem Divan

Wilhelm Gössmann (Düsseldorf), Heinrich Heine - Aufklärerisches schreiben gegen intolerante religiöse Zustände und Verhaltensweisen

Anna Rossell (Barcelona), Stefan Zweig: 'Castellio gegen Calvin oder: Ein Gewissen gegen die Gewalt'

Ermenegildo Bidese (Trento), Die Figur der Toleranz aus dem Geist des Monotheismus in Chaim Potoks Roman 'My Name is Asher Lev'

Felicity Hand (Barcelona), 'Jeder betet auf seine eigene Art und Weise' - Lindsey Collens Porträt des zeitgenössischen Mauritius

Anna Akasoy (Oxford), Der Mut des Verlierers in Zeiten der Intoleranz. Die Krise der multikulturellen Gesellschaft in der neueren englischsprachigen Literatur

Felicity Hand (Barcelona), Miteinander und Geselligkeit in Salman Rushdies Roman 'Shalimar der Narr

Roman Eisele (Tübingen), Rhetorik und (In-)Toleranz. Überlegungen zu ihrem grundsätzlichen Verhältnis

Juan José Tamayo (Madrid), Humor als Selbstkritik und Weg zu einem Dialog zwischen den Religionen



6 de septiembre de 2009

OPINIÓN DE UN CAMERUNÉS ACERCA DE LAS DECLARACIONES DEL PAPA SOBRE EL PRESERVATIVO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

S.O.S.: REHENES MEDIÁTICOS

JEAN DE DIEU TAGNE, Escolapio, master en Biblia, jddtagne1@yahoo.fr
CAMERÚN.
ECLESALIA, 15/05/09.-

Como camerunés, orgulloso de mi patria, me siento traicionado e insultado por estos hombres y mujeres mediáticos que han desviado mi atención sobre las cuestiones de Justicia y Reconciliación, a las que el Papa quiere invitar a África y al mundo.
El alboroto mediático sobre la utilización del preservativo, que ha acompañado al viaje de Benedicto XVI a África ha sido una maquinación organizada de golpe por los que saquean a África y quieren distraer la opinión pública cuando se quieren mostrar los verdaderos problemas. ¿Por qué distraer a África y al mundo con el preservativo, cuando el Papa llama a la Justicia y a la Reconciliación?
En un primer momento quise dejar pasar el problema, considerándolo como un malentendido cualquiera, pero la insistencia de los medios de comunicación, que han desviado la atención sobre este único punto, me condujo a la duda sobre las intenciones profundas de los autores de la manipulación.
Mirando de cerca, comprendí que no es solamente el Papa, sino que es también África y los africanos quienes somos analizados: todo se puede hacer para denigrar a África, para llamar la atención sobre problemas secundarios, cuando el Papa estudia la cuestión hasta el fondo. Los manipuladores han utilizado la más vieja técnica: separar extractos de su contexto original y después cargarles contenidos diferentes y erróneos; y manejarlos finalmente como palabras del Papa.
Pero los africanos se han dado cuenta y no cesan de reaccionar contra este acto de sabotaje, tejido de mentiras y manipulaciones de la opinión.
Es necesario volver al debate que interesa a los africanos:


1.- Un error grave: el olvido del texto íntegro.

Una gran mayoría de los que censuran las afirmaciones del Papa ignora que respondía a la pregunta de un periodista. Retomamos aquí la pregunta y la respuesta.

P.- S.S., entre los numerosos males que afligen a África, hay uno muy particular, el de la difusión del SIDA. La posición de la Iglesia católica sobre la lucha contra el mismo es a menudo considerada como ineficaz y no realista. ¿Afrontará S.S. este tema en el transcurso de este viaje?

R.-Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficaz, la más presente en el frente de lucha contra el SIDA es precisamente la Iglesia católica con sus movimientos, con sus diferentes realidades. Pienso en la Comunidad de San Egidio, que realiza tantas cosas de una manera visible e invisible también, en la lucha contra el SIDA; en los Camilos; en todas las Hermanas que están a disposición de los enfermos... Yo diría que no se puede vencer este problema del SIDA únicamente con eslóganes publicitarios. Si no se pone el alma, si los africanos no se ayudan recíprocamente no puede resolverse este azote con la distribución de preservativos; al contrario, el riesgo está en que aumente el problema. La solución no puede encontrarse más que en un doble compromiso: primero, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que aporte una nueva manera de comportarse consigo mismo y con el otro; y en segundo lugar, una verdadera amistad recíproca, pero, sobre todo, para con las personas que sufren, la disponibilidad incluso con sacrificios y las renuncias personales para estar junto a los que sufren. Tales son los factores que ayudan, y contribuyen a progresos palpables. Yo diría, pues, esta doble fuerza de renovar al hombre interiormente, de dar una fuerza espiritual y humana para con su propio cuerpo y el del otro, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de estar presentes en los momentos y situaciones de prueba. Me parece que es la respuesta justa y es lo que hace la Iglesia, ofreciendo así una contribución muy grande e importante. Damos las gracias a cuantos lo hacen”. (Fuente: VIS).


2.- ¿Por qué se tiene tanto miedo cuando se quiere hablar de la justicia?

Al leer las reacciones de las grandes cadenas de comunicación he quedado estupefacto: es en verdad sorprendente que los propósitos o intenciones del Papa hayan suscitado más polémica en ciertos países extranjeros que en el continente.
Afortunadamente los africanos han percibido bien las astucias de los detractores del Papa y de África. Todo se ha hecho para desviar la atención de la opinión internacional sobre la cuestión de la Justicia y de la Reconciliación. La visita del Papa a África y su mensaje es un acto de coraje y de amor hacia la dignidad de los africanos. No puede pretenderse salvar a África con la publicidad de los preservativos. Nosotros, africanos, necesitamos que nos tengan un respeto, justicia y reconciliación.
El Papa quiere palpar los problemas que se quieren camuflar o disfrazar. ¿Cómo han olvidado tan deprisa que la enfermedad que más vidas siega en África es la malaria o paludismo y no el SIDA? ¿Por qué no trabajamos mucho más en la erradicación de la malaria en África? ¿Por qué no recordamos a las firmas farmacéuticas que retienen las patentes de invención para que hagan que los tratamientos estén al alcance de los bolsillos africanos? Pienso que "los grandes de este mundo" tienen miedo de lo que África puede llegar a ser con una población numerosa y fuerte. Se ignora que el preservativo, mucho anterior al SIDA, nació para el control de nacimientos, y consiguientemente de la población, y continúa jugando este papel, incluso protegiendo contra el SIDA. ¿Por qué no se hace un vasto programa de cuidados a las víctimas del SIDA a precios razonables? Parece que la publicidad de la miseria africana consolaría a las masas desprovistas de los otros continentes. "Los grandes de este mundo" tienen miedo de no tener sitio donde puedan de vez en cuando desviar la atención de su propia población cuando exigen un mejor estar: es mejor hacer publicidad de los "sin papeles" que perecen en el Mediterráneo que hacer un reportaje serio sobre el saqueo del diamante, del oro, del petróleo y de otros recursos de los países africanos. ¿Podemos tener el valor y el coraje de remover los asuntos dolorosos, como la tentativa de sublevación de los jóvenes del Chad, que tuvo un resultado negativo a causa de la intervención del gobierno francés? ¿Podemos saber lo que pasó con las enfermeras búlgaras que estaban detenidas en Libia por haber inoculado el virus del SIDA a los niños?
Hace poco más de un año, cuando el presidente francés, en visita a Dakar, quiso dar sus lecciones en África, había olvidado por completo subrayar que su país forma parte de los que han arruinado el continente. Todas las potencias esclavizadoras y colonizadoras deben saber que el tiempo de la verdad, de la justicia y de la reconciliación ha llegado ya. Los africanos no necesitan potencias exteriores que tengan que comunicar al Papa lo que debe decir en África. Que los que cuidan de África reconozcan la esclavitud como un crimen contra la humanidad y paguen las reparaciones; que reconozcan la colonización como un crimen contra la dignidad humana y fuente del desequilibrio mundial.
¿Quieren ustedes saber de qué tiene necesidad África? No es de la publicidad de los que buscan prosperar y crecer, mostrando la miseria de los otros. África necesita un orden económico mundial justo; África necesita repatriación de los capitales que se han engullido en los banquetes extranjeros; África quiere que cese el mercado de armas que alimenta las guerras al olor de los petro-diamantes; África necesita que los mercenarios extranjeros, que desestabilizan los Estados, salgan de la sombra.
África quiere que las multinacionales practiquen un comercio justo, y que los bienes del suelo y del subsuelo beneficien a todos, comprendidos los propios niños que mueren en el sendero de la búsqueda de un mejor estar. El mensaje de África al mundo es el siguiente: Tengamos el coraje de aceptar la justicia y la reconciliación. No nos dejemos distraer por los que persiguen sus intereses inconfesables, usando y abusando de los africanos. El Papa ha ofrecido un instrumento de trabajo para la Justicia y la Reconciliación: inclinémonos ante este tema si tenemos valor para hacerlo.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

17/05/2009 22:54 Autor: ecleSALia.net. Tema: Actualidad.

OPINIÓN DE UN CAMERUNÉS ACERCA DE LAS DECLARACIONES DEL PAPA SOBRE EL PRESERVATIVO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

S.O.S.: REHENES MEDIÁTICOS

JEAN DE DIEU TAGNE, Escolapio, máster en Biblia, jddtagne1@yahoo.fr
CAMERÚN.
ECLESALIA, 15/05/09.-

Como camerunés, orgulloso de mi patria, me siento traicionado e insultado por estos hombres y mujeres mediáticos que han desviado mi atención sobre las cuestiones de Justicia y Reconciliación, a las que el Papa quiere invitar a África y al mundo.
El alboroto mediático sobre la utilización del preservativo, que ha acompañado al viaje de Benedicto XVI a África ha sido una maquinación organizada de golpe por los que saquean a África y quieren distraer la opinión pública cuando se quieren mostrar los verdaderos problemas. ¿Por qué distraer a África y al mundo con el preservativo, cuando el Papa llama a la Justicia y a la Reconciliación?
En un primer momento quise dejar pasar el problema, considerándolo como un malentendido cualquiera, pero la insistencia de los medios de comunicación, que han desviado la atención sobre este único punto, me condujo a la duda sobre las intenciones profundas de los autores de la manipulación.
Mirando de cerca, comprendí que no es solamente el Papa, sino que es también África y los africanos quienes somos analizados: todo se puede hacer para denigrar a África, para llamar la atención sobre problemas secundarios, cuando el Papa estudia la cuestión hasta el fondo. Los manipuladores han utilizado la más vieja técnica: separar extractos de su contexto original y después cargarles contenidos diferentes y erróneos; y manejarlos finalmente como palabras del Papa.
Pero los africanos se han dado cuenta y no cesan de reaccionar contra este acto de sabotaje, tejido de mentiras y manipulaciones de la opinión.
Es necesario volver al debate que interesa a los africanos:


1.- Un error grave: el olvido del texto íntegro.

Una gran mayoría de los que censuran las afirmaciones del Papa ignora que respondía a la pregunta de un periodista. Retomamos aquí la pregunta y la respuesta.

P.- S.S., entre los numerosos males que afligen a África, hay uno muy particular, el de la difusión del SIDA. La posición de la Iglesia católica sobre la lucha contra el mismo es a menudo considerada como ineficaz y no realista. ¿Afrontará S.S. este tema en el transcurso de este viaje?
R.-Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficaz, la más presente en el frente de lucha contra el SIDA es precisamente la Iglesia católica con sus movimientos, con sus diferentes realidades. Pienso en la Comunidad de San Egidio, que realiza tantas cosas de una manera visible e invisible también, en la lucha contra el SIDA; en los Camilos; en todas las Hermanas que están a disposición de los enfermos... Yo diría que no se puede vencer este problema del SIDA únicamente con eslóganes publicitarios. Si no se pone el alma, si los africanos no se ayudan recíprocamente no puede resolverse este azote con la distribución de preservativos; al contrario, el riesgo está en que aumente el problema. La solución no puede encontrarse más que en un doble compromiso: primero, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que aporte una nueva manera de comportarse consigo mismo y con el otro; y en segundo lugar, una verdadera amistad recíproca, pero, sobre todo, para con las personas que sufren, la disponibilidad incluso con sacrificios y las renuncias personales para estar junto a los que sufren. Tales son los factores que ayudan, y contribuyen a progresos palpables. Yo diría, pues, esta doble fuerza de renovar al hombre interiormente, de dar una fuerza espiritual y humana para con su propio cuerpo y el del otro, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de estar presentes en los momentos y situaciones de prueba. Me parece que es la respuesta justa y es lo que hace la Iglesia, ofreciendo así una contribución muy grande e importante. Damos las gracias a cuantos lo hacen”. (Fuente: VIS).


2.- ¿Por qué se tiene tanto miedo cuando se quiere hablar de la justicia?

Al leer las reacciones de las grandes cadenas de comunicación he quedado estupefacto: es en verdad sorprendente que los propósitos o intenciones del Papa hayan suscitado más polémica en ciertos países extranjeros que en el continente.
Afortunadamente los africanos han percibido bien las astucias de los detractores del Papa y de África. Todo se ha hecho para desviar la atención de la opinión internacional sobre la cuestión de la Justicia y de la Reconciliación. La visita del Papa a África y su mensaje es un acto de coraje y de amor hacia la dignidad de los africanos. No puede pretenderse salvar a África con la publicidad de los preservativos. Nosotros, africanos, necesitamos que nos tengan un respeto, justicia y reconciliación.
El Papa quiere palpar los problemas que se quieren camuflar o disfrazar. ¿Cómo han olvidado tan deprisa que la enfermedad que más vidas siega en África es la malaria o paludismo y no el SIDA? ¿Por qué no trabajamos mucho más en la erradicación de la malaria en África? ¿Por qué no recordamos a las firmas farmacéuticas que retienen las patentes de invención para que hagan que los tratamientos estén al alcance de los bolsillos africanos? Pienso que "los grandes de este mundo" tienen miedo de lo que África puede llegar a ser con una población numerosa y fuerte. Se ignora que el preservativo, mucho anterior al SIDA, nació para el control de nacimientos, y consiguientemente de la población, y continúa jugando este papel, incluso protegiendo contra el SIDA. ¿Por qué no se hace un vasto programa de cuidados a las víctimas del SIDA a precios razonables? Parece que la publicidad de la miseria africana consolaría a las masas desprovistas de los otros continentes. "Los grandes de este mundo" tienen miedo de no tener sitio donde puedan de vez en cuando desviar la atención de su propia población cuando exigen un mejor estar: es mejor hacer publicidad de los "sin papeles" que perecen en el Mediterráneo que hacer un reportaje serio sobre el saqueo del diamante, del oro, del petróleo y de otros recursos de los países africanos. ¿Podemos tener el valor y el coraje de remover los asuntos dolorosos, como la tentativa de sublevación de los jóvenes del Chad, que tuvo un resultado negativo a causa de la intervención del gobierno francés? ¿Podemos saber lo que pasó con las enfermeras búlgaras que estaban detenidas en Libia por haber inoculado el virus del SIDA a los niños?
Hace poco más de un año, cuando el presidente francés, en visita a Dakar, quiso dar sus lecciones en África, había olvidado por completo subrayar que su país forma parte de los que han arruinado el continente. Todas las potencias esclavizadoras y colonizadoras deben saber que el tiempo de la verdad, de la justicia y de la reconciliación ha llegado ya. Los africanos no necesitan potencias exteriores que tengan que comunicar al Papa lo que debe decir en África. Que los que cuidan de África reconozcan la esclavitud como un crimen contra la humanidad y paguen las reparaciones; que reconozcan la colonización como un crimen contra la dignidad humana y fuente del desequilibrio mundial.
¿Quieren ustedes saber de qué tiene necesidad África? No es de la publicidad de los que buscan prosperar y crecer, mostrando la miseria de los otros. África necesita un orden económico mundial justo; África necesita repatriación de los capitales que se han engullido en los banquetes extranjeros; África quiere que cese el mercado de armas que alimenta las guerras al olor de los petro-diamantes; África necesita que los mercenarios extranjeros, que desestabilizan los Estados, salgan de la sombra.
África quiere que las multinacionales practiquen un comercio justo, y que los bienes del suelo y del subsuelo beneficien a todos, comprendidos los propios niños que mueren en el sendero de la búsqueda de un mejor estar. El mensaje de África al mundo es el siguiente: Tengamos el coraje de aceptar la justicia y la reconciliación. No nos dejemos distraer por los que persiguen sus intereses inconfesables, usando y abusando de los africanos. El Papa ha ofrecido un instrumento de trabajo para la Justicia y la Reconciliación: inclinémonos ante este tema si tenemos valor para hacerlo.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

17/05/2009 22:54 Autor: ecleSALia.net. Tema: Actualidad.

5 de septiembre de 2009

A Edna Carol:

Edna Carol, hola. Gracias por hacerte seguidora. Te animo a colaborar activamente en el blog. También a opinar sobre las etiquetas (¿cuáles te parecen más interesantes?) y a tomar la iniciativa con ideas nuevas. ¡Hasta cada día!

1 de septiembre de 2009

Anna Rossell, Entre la historia de amor y la crónica

ANNA ROSSELL, ENTRE LA HISTORIA DE AMOR Y LA CRÓNICA

Hans Fallada, Pequeño hombre, ¿y ahora qué?
Trad. de Rosa Pilar Blanco,
Maeva, Barcelona, 2009, 351 págs.

“Lo más importante es lo que observamos”, escribía Joseph Roth en el prefacio a su novela Fuga sin fin (1927). Con estas palabras proclamaba su adscripción a la Nueva Objetividad, al tiempo que resumía las intenciones de la tendencia literaria en boga. La literatura alemana de los años veinte recupera la sobriedad estilística, la observación distante, el espíritu de crítica social que había caracterizado la vieja objetividad, el realismo. El narrador se erige en cronista. En esta línea se inscribe el trabajo literario de Hans Fallada, pseudónimo de Rudolf Wilhelm Friedrich Ditzen (Greifswald, 21-7-1893 / Berlín, 5-2-1947), cuya obra más lograda es Pequeño hombre, ¿y ahora qué? Publicado en 1932, el libro catapultó a su autor a la fama más allá de las fronteras de su país. Su clamoroso éxito –se tradujo a más de veinte lenguas y existen cuatro versiones distintas para el cine y la televisión- se explica por razones no exclusivamente literarias: reúne todos los ingredientes del revulsivo catártico que sin duda significó para el gran público en el momento de su aparición, cuando las consecuencias de la gran crisis económica de 1929 causaban estragos y se cebaban en la población más desfavorecida. Situada a principios de los años treinta, la novela se hace eco de la significativa monografía de Siegfried Kracauer, Los empleados del comercio (1930), a partir de la relación de una joven pareja, Hans Pinneberg y Emma Mörschel, de cuya historia se sirve el autor para dar cuenta del rápido deterioro de la realidad social y política y sus concretas trágicas repercusiones en la vida del ciudadano de a pie. Con la ternura amorosa que se profesan los dos personajes centrales y la minuciosa observación de los ambientes Fallada sabe ganarse a una clase media de asalariados, que simpatiza de inmediato con los protagonistas y encuentra en el realismo de las situaciones descritas un escenario perfecto para la identificación. En torno a la vida de la pareja la narración refleja fielmente -siguiendo el estudio sociológico de Kracauer- los rasgos característicos de aquella aciaga época: el vertiginoso incremento del paro, el rápido desclasamiento de los empleados de cuello blanco, el creciente antagonismo entre estos y los obreros industriales, la animadversión contra los judíos, la decidida pujanza del nacionalsocialismo, todo ello en los contrastados ambientes de una ciudad de provincias y la gran urbe de Berlín, incluido el paso por la nueva industria del ocio de las masas. Sin embargo, como acostumbra a suceder con las obras exitosas, la novela adolece de una descompensación entre lo que sirve a la estricta crónica social -sin duda la primera intención del autor- y el tributo al populismo pequeñoburgués. Pesa más el plato de este último, por lo que el tiempo invertido en la descripción de la primera etapa de la vida del joven matrimonio ocupa un espacio que no se corresponde con el objetivo crítico y obliga por consiguiente, hacia el final, a un desmoronamiento demasiado abrupto. Dividida en cuatro partes –Los despreocupados (Preludio), Una ciudad pequeña (Primera parte), Berlín (Segunda parte) y La vida sigue (Epílogo)- la obra parece responder a la estructura de una pieza teatral clásica, con sus respectivos momentos de planteamiento, nudo y desenlace, una impresión que se mantiene también estilísticamente en todo el recorrido de la novela, donde predominan los diálogos directos y la voz narradora se limita casi siempre a lo absolutamente indispensable y asemeja una acotación teatral. El interés por granjearse la simpatía del lector medio produce algunos momentos rayanos en el kitsch: “Y la consoló y la tranquilizó, y enjugó sus lágrimas, y empezaron a besarse despacio mientras oscurecía y caía la noche...”, así como un final feliz absolutamente inesperado e incoherente con el dramático epílogo que, consiguientemente, debería abocar a la tragedia: “Y de repente el frío se desvanece, una ola verde, de infinita suavidad, la levanta y a él con ella. Se deslizan hacia arriba, las estrellas titilan muy cerca.
-¡Puedes mirarme a mí! –susurra ella-. ¡Siempre! ¡Siempre! Estás conmigo, estamos juntos...”

Anna Rossell

(Publicado en: Quimera. Revista de Literatura, núm. 310 (septiembre 2009), p. 71)