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Joseph Roth, Job. Història d’un home senzill,
Trad. de Judith Vilar,
L’Avenç, Barcelona, 2012, 174 págs.
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por Anna Rossell
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Magistral esta novela del gran narrador centroeuropeo Joseph Roth (Brody –Galicia del este, Imperio Austrohúngaro-, 1894; París, 1939), que a partir de un argumento sencillo sabe contar un capítulo de la historia con mayúsculas, la de los judíos del este europeo en las primeras décadas del siglo XX. Nada como la buena literatura para documentar unos hechos, un comportamiento, una forma de ser y de vivir, las consecuencias de los sucesos sobre la vida de los individuos. Porque sólo un observador preciso dirige su mirada hacia el detalle significativo, hacia lo sutil y lo inefable, sabe que la verdadera historia está en los repliegues, y sólo una pluma sensible es capaz de transmitirla. La historiografía al uso carece de herramientas para ello. Roth pertenece a ese linaje de escritores de la llamada generación perdida europea del siglo XX que asistió a las grandes transformaciones político-sociales de su continente, acontecimientos que él quiso y logró documentar magníficamente. Nadie como él supo retratar el desmoronamiento del imperio austro-húngaro (La marcha de Radetzky, 1932), nadie predijo, diez años antes, la ascensión del nazismo al poder (La tela de araña, 1923). Coetáneo y amigo de Stefan Zweig -como él, judío-, sus diferencias radicaban en su posicionamiento ante los acontecimientos, en el caso de Roth de simpatía decididamente socialista durante muchos años, antes de que en 1926 -desencantado por su estancia en la Unión Soviética- su escritura diera un vuelco melancólico de nostalgia hacia la desaparecida monarquía. Roth es el narrador por excelencia que dominó y practicó todo tipo de registros (reportaje, glosa, crítica teatral, cinematográfica y literaria). Dedicado tanto al periodismo –trabajó para los periódicos más importantes de su tiempo- como a la ficción literaria, algunos estudiosos valoran por igual la alta calidad de sus crónicas periodísticas y la de su narrativa más estrictamente literaria. La sagacidad y precisión de sus artículos lo sitúan a la altura de otros coetáneos de renombre como Egon Erwin Kisch y Kurt Tucholsky. Este dominio de los géneros, unido a la extraordinaria capacidad de recepción de Roth, cristaliza en una prosa a menudo poética, de gran belleza, magníficamente vertida al catalán por la traductora, que nos permite acercarnos a personajes vivos y a ambientes intimistas, descritos con la profundidad psicológica y la precisión de quien pinta un cuadro tras cuya prolijidad de detalles y gestos se esconde lo verdaderamente importante de una historia. Job, relata como reza el subtítulo, el devenir de un hombre sencillo, un judío –Mendel Singer-, que vive humildemente con su esposa y sus cuatro hijos en la pequeña localidad de Zuchnov, en la Rusia de los zares. Como la figura del Job bíblico, Singer es un hombre piadoso y temeroso de Dios, al que progresivamente asolan todas las desgracias, que, como Job, asume como voluntad divina, hasta que la acumulación de adversidades le lleva a ver en el cielo a su enemigo más acérrimo y a perder la fe. La familia de Singer no se nos presenta como un caso aislado. De la mano de Roth conocemos los avatares que aquejaron a tantas otras familias de su condición y creencias en la Rusia campesina de los años anteriores a la Gran Guerra, la emigración a los Estados Unidos, su acogimiento allí por parte de la comunidad judía, la fraterna cordialidad reinante en el barrio de sus correligionarios, las consecuencias de la campaña bélica, … . Sólo el final, un tanto sorprendente y poco realista, testimonia –la novela vio la luz en 1930- la regresión de Roth a una fe ciega en valores ancestrales como tabla de salvación para el humano.
En España se dio a conocer muy pronto (desde los años treinta del siglo pasado) la literatura de este gran narrador centroeuropeo, en cambio los estudios sobre ella y su vida se han hecho esperar. Pero entretanto al renovado interés por su obra –veinticinco libros sólo a partir del año 2000, doce en Acantilado- se han añadido estudios (dos de ellos, de Géza von Cziffra, también en Acantilado) como los de Pilar Estelrich, Visió d’Àustria a Joseph Roth (Universidad de Barcelona, 1992), Soma Morgenstern, Huida y fin de Joseph Roth (Pre-Textos, 1999, 2008), Géza von Cziffra, El santo bebedor. Recuerdos de Joseph Roth (Trea, 2000; Acantilado, 2009), Claudio Magris, Lejos de donde. Joseph Roth y la tradición hebraico-oriental (Eunsa, 2002, 2003, 2004), Olga García, La obra de Joseph Roth, Liceus, 2006), Géza von Cziffra, Joseph Roth, cuentista extraordinario (Acantilado, 2009) y la biografía de Helmut Nürnberger, Joseph Roth (Alfons el Magnànim, 1995).
© Anna Rossell
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