Es conocido el papel fundamental que ejercieron las artes visuales en la obra de Rainer Maria Rilke, en particular la pintura del siglo XX. Sin embargo, mientras que la influencia de la escultura de Rodin y la pintura de Cézanne sobre Rilke ha sido estudiada con profusión, apenas existen referencias a la admiración que el poeta sentía por El Greco, razón por la que, en noviembre de 1912, viajó a España donde visitó numerosas ciudades (Toledo, Córdoba, Sevilla...). Permaneció dos meses en la ciudad malagueña de Ronda, donde trabajó en la sexta de las Duineser Elegien (Elegías de Duino). La contemplación de la obra de El Greco marcó un antes y un después en la producción poética de Rilke, la transición desde sus Neue Gedichte (Nuevos poemas), 1902-..., a las Duineser Elegien (Elegías de Duino), 1922, hasta tal punto que el escritor jugó con la idea de establecerse en España.
10 de agosto de 2009
Viaje de Rainer Maria Rilke a España en 1912
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