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Hola a tod@s. Os doy la bienvenida a tod@s a la vez, porque os habéis hecho seguidores tod@s casi al mismo tiempo, y tod@s (casi) habéis participado con vuestros comentarios en el debate de los términos "español" vs. "castellano", que tanto malentendido da en la piel de toro y tantas enemistades y malestares suscita. Estoy encantada de teneros por seguidores y amig@s y os invito a hacer propuestas. Un fuerte abrazo desde aquí en todas direcciones. Las vuestras.
La Nouvelle Revue Française, Jacques Copeau
Hace 4 horas
14 comentarios:
Querida Anna, he de confesarte que lo de la @ me puede. ¿A quiénes te refieres cuando utilizas vosotr@s "castellano"? ¡Lo ves, ya estamos liándola de nuevo, yo prefiero el ustedes que se utiliza por aquí! En serio, no soporto ver la @ en un escrito.
Un beso.
Noray, gracias por iniciar una nueva polémica.
Veo que eres especialmente susceptible en esta cuestión. Yo he intentado contestarte a esto en el otro foro, pero me he confundido y me he dirigido a Pedro, creyendo que había sido él quien sugería que no utilizara @ del modo como lo hago.
Pues, yo argüía en mi argumentación que lo utilizaba precisamente con la intención de sensibilizar sobre el sexismo en el lenguaje, pero sé que entre algunas personas lo que consigo es precismente lo contrario. Y es que una no sabe nunca que plato pesa más en la balanza. En el tema éste del sexismo en el lenguaje, y en el de las diferentes propuestas que se han venido practicando para combatirlo, he de reconocer que casi todo me parece mal. A veces yo misma he desarrollado una reacción alérgica, pero más grave me parece no alertar sobre el hecho objetivo de que el lenguaje ES sexista, aunque la mayoría de sus usuarios y consumidores no sean conscientes de ello. Y que precisamente este 'no ser consciente' es lo más grave, porque ello no significa que no sea sexista, sino que se ha interiorizado, lo cual es mucho peor. Sobre este tema me he extendido bastante en mis últimas cartas a mi amigo, el teólogo, Xec Marquè, con quien me escribo con mucha frecuencia. Si te interesa, encontrarás nuestra correspondencia en mi blog, bajo la etiqueta: "Reflexiones en torno a la moral sexual católica: Correspondencia Xec Marquès-Anna Rossell". De nuevo, gracias por animar el foro.
Un abrazo
Novedades sobre el IV Encuentro de poesía en Red en Granada
Saludos
http://ivencuentrodepoesiaenred.blogspot.com/
¡Granada! Una preciosa ciudad, un marco divino para el encuentro.
¡Esto es divino! Ya tenemos otra polémica y muy buena, por cierto, jejeje. Primero que todo, Anna, el placer es mío en haberte conocido a través de Amelia Díaz y me resulta sumamente estimulante encontrar una página que precisamente propicie y estimule este tipo de intercambios. En cuanto a la utilización de @ para denotar asexuación en el género de una palabra, tengo que nadar hacia la orilla de Noray, porque hay una realidad anatómica y fisiológica que nos separa en dos grupos: varones y hembras, o sea, creo que el sexismo de la lengua es basado no necesariamente en una decisión socio-política, sino en una necesidad etnológica y sociológicamente empírica, para evitar confusiones de identidad y género, sobre todo en el dominio de la lengua escrita, donde carecemos de contexto visual o referente que nos indique si los sujetos son masculinos o femeninos. He de salir ahora a realizar algunas diligencias que urgen, pero regreso luego a ver por dónde estamos en este nuevo tópico. Un abrazo para todos, especialmente para ti, Anna.
Pedro, muchas gracias por seguir. Ahora te retomo el hilo:
Como le decía a Noray, me cuesta hablar sobre este tema, porque a los hombres no os sucede lo mismo que a las mujeres con esto del lenguaje sexista. A los hombres, ni con la mejor voluntad ni a los más sensibles e inteligentes, os ha de parecer lo mismo, porque no lo sentís, y lo que no se siente no puede entenderse igual.
El hecho de que usemos la forma masculina para referirnos a ambos géneros hace que inconscientemente se asocie siempre casi todo al hombre, y se excluya a la mujer. Se expande una visión del mundo absolutamente masculina, que no sólo se refleja en la forma masculina del lenguaje, sino también en la semántica. Afirmaciones tales como: "Tahití es una tierra de sol y colorido y de hermosas mujeres" abundan. Y ¿no se supone que lo que dice la frase debiera ir dirigido a hombres y a mujeres? La mujer tiene muy poca representación. Las imágenes que se asocian inconscientemente al oír cosas así son siempre masculinas. Se interioriza una visión del mundo absolutamente masculina, y también lo hace la propia mujer. Esto es gravísimo. Muchas mujeres tampoco son conscientes de ello. Pero me he extendido mucho más y mejor sobre el particular, como ya le decía a Noray, en la correspondencia que sostengo con mi amigo el teólogo, Xec Marquès, correspondencia que etá publicada en el blog y que podéis encontrar bajo la etiqueta: "Reflexiones en torno a la moral sexual católica. Correspondencia Xec Marquès-Anna Rossell". Y es que la moral sexual católica me parece el paradigma más claro para dirimir sobre el tema.
De nuevo gracias por estar y escribir y un fuerte abrazo.
También a mí se me atraviesa la @, pero te entiendo, Anna, que intenta ser un revulsivo que, ojalá, inspire a alguien una solución genial. De todas formas los genéricos están también ligados a cada lengua, siendo en otras lenguas más neutros, y en este contexto también se ha de hacer notar que en español existen muchos gentilicios femeninos... por desgracia no referidos a personas, sino más al mundo animal y vegetal. Los adjetivos genéricos referidos al “hombre” son masculinos porque el genérico base lo es. ¿Cómo sería si empezáramos a sustituir “hombre” por “persona”? ¿No pasarían automáticamente todos los adjetivos genéricos a ser femeninos? Yo creo que esta sería una manera de empezar a cambiar situaciones: coexistirían genéricos de ambos sexos (difícil sería en español introducir genéricos neutros) que arrastrarían a su concordancia a los adjetivos correspondientes. Lo mismo podría pasar con gente, niñez, adolescencia e tutti quanti (o, en este caso, tutte quante) palabras a las que, cambiándoles o añadiendo un pequeño matiz a su significado, se llegaría a habituar a los 500 y pico millones de personas que disfrutamos de nuestra lengua. Ya veis qué fácilmente introducen cambios las Academias de la Lengua.
Donde dije "existen muchos gentilicios femeninos" quería decir "existen muchos genéricos femeninos"
¿Se entiende, verdad?
Manolo, gracias por seguir.
Pues sí, la que tú sugieres sería una buena idea. Algo hay -como indicación a los medios de comunicación- en este sentido (se aconseja sustiturir "los hombres", en el sentido genérico, por "seres humanos", cosas así). Sin embargo este gesto se reduce a un contadísimo número de expresiones y se queda en esto, un gesto, un ademán, que lava la cara a algunas instituciones. Tu idea es mucho más amplia y mejor. Haría falta una voluntad real de generalizar este tipo de mentalidad, que a su vez cristalizaría en el lenguaje. Porque se trata más de una mentalidad. Ésta es primero, luego viene el reflejo en el lenguaje y éste, a su vez, vuelve a influir sobre aquella. Y ya tenemos formado el círculo vicioso.
Un abrazo.
Anna, agradezco tu intervención, esa valentía y franqueza la admiro, me gusta y la valoro.
Como eres nueva en mi blog, no sabes que yo soy además de autodidacta, disléxica, ignoras que estoy en Francia escribiendo con un ordenador francés, que no me marca las tildes, o las marca de revés y con esfuerzo.
Voy enseguida a hacerle ver al personal mis faltas de las que no me avergüenzo jejeje
Antes sì ahora ya no!!
Muchas gracias y un abrazo
Anna, valoro enormemente y entiendo y acepto tu muy bien expresado planteamiento y en ese sentido, sí veo absoluto sexismo por parte de nuestra lengua, sin embargo, creo que mi objeción y la de Noray está más bien dirigida al empleo de un símbolo como "@" para neutralizar el género de una palabra. Tal vez la sugerencia de Manolo se acerca a una solución más aceptable desde el punto de vista contextual y estético. Yo no tengo inconveniente ninguno con la neutralidad de géneros a la hora de designar vocablos y establecer definiciones, siempre y cuando tengan sentido semántico claro y lo más inequívoco posible. ¿Pero llegaremos a extremos con intentar ser políticamente correctos? En Estados Unidos, por ejemplo, ya no designan a quien preside un comité, una asamblea o una junta de administradores como "Chairman" o "Chairwoman", sino como "Chairperson" o simplemente"Chair", lo que se presta a los más jocosos y a veces lamentables equívocos, pues no sabes a veces si la persona es hombre o mujer. Yo, en lo particular, prefiero que me clasifiquen de cualquier manear, menos como "una silla" (chair). Tal vez al neutralizarnos perdemos un poco de humanismo y un poco de nosotros mismos, independientemente de si somos mujeres u hombres. Y yo, en particular, podría lanzar otra brasa al fuego de la polémica: ¿qué hacer entonces con todas esas otras personas que siendo hombres y mujeres responden también a otras sensibilidades y están también sujetas a injusticias y zancadillas de la lengua? Un abrazo, grande, grande. Cuando disponga de más tiempo, salto a leer el artículo que recomiendas. Aprecio y comparto sobremanera tu forma de pensar y de exponer.
Don Vito, buenos días. Gracias por estar aquí. Visitaré tu blog con mucho gusto. Agradecida por tu invitación. Un abrazo.
MarianGardi, hola. Debo disculparme, pues, con mayúsculas. Ignoraba estos impedimentos... Ocurre que estamos cada vez más acostumbrados a eso de las faltas de todo tipo -y cada vez más- en todo lo que se publica en internet. Y esto ha fomentado también toda clase de errores lingüísticos en lo que se publica en los medios tradicionales, en papel: estoy leyendo una novela, impresa en papel, donde hay un sinfín de faltas de todo tipo: de puntuación, tipográficos, incoherencias estilísticas..., tremendo. Y cada vez vamos disculpando más todo esto porque nos vamos haciendo a ello. Yo no quisiera contribuir a fomentarlo. De ahí mi observación en el comentario de tu blog. Perdona, lo que tú me dices es otra cosa. Y gracias por tu comprensión y amistad.
Pedro, buenos días. Gracias por tu intervención y por tu sopesada y respetuosa forma de formular tu idea. Me encanta saber que, también tú eres sensible al tema y que entiendes lo que yo intento transmitir. Yo comprendo lo que tú y Noray decís, la irritación que puede produciros la @. Mi intención al usar este signo no es introducirlo en la lengua, sino, como ya dije, llamar la atención sobre el asunto. Pero quizás tengáis razón y ya va siendo hora que me plantee una solución, no transitoria, sino más definitiva. Me convence especialmente lo que dices en relación a las personas que se identifican con "otras sensibilidades genéricas": ¿dónde quedan representadas ellas?. En cuanto a lo de tender a practicar un uso lingüístico más neutro, a mí me parecería muy bien. A eso precisamente creo que hay que llegar, sólo en los casos en los que quisiera especificarse concretamente el género habría que marcarlo, pienso.
Un fuerte abrazo.
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