11 de julio de 2009

Correspondencia Anna Rossell-Xec Marquès (11-07-2009)

CARTA D'ANNA ROSSELL AL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS (A continuación del texto catalán sigue su traducción al español)

A la Galeria d'Art Aimara, presentació del llibre Mi viaje a Togo, abril del 2006 / En la Galeria de Arte Aimara, presentación del libro Mi viaje a Togo, abril 2006

Català

El Masnou, 11-07-2009

Estimat Xec,

ja tornem a ser a casa després del nostre habitual recés menorquí. Però sortir de la rutina, malgrat que desitjable, també costa, descol·loca i desorienta, i la tornada als hàbits agradables acull i dóna tranquil·litat.

[...]

Ja he perdut el fil amb què teixíem últimament la nostra sovintejada correspondència. Sé que estàvem amb allò de la puresa i la impuresa, la relació que aquests conceptes tenen amb la sexualitat i les seves connotacions negatives en les societats patriarcals, que consideren impur tot allò relacionat amb el cos femení i la seva sexualitat. Et parlava de la mirada masculina-patriarcal sobre el món, una mirada que s'ha imposat a través de la Història mil·lenària i que, al meu entendre, ha fet i fa molt de mal. Començant pel mite d'Adam i Eva, que carrega amb la culpa del pecat original a Eva i amb tots els mals que han assolat la humanitat, el revers complementari del qual és la mitificació positiva de la virginitat de Maria, mare de Déu. També et parlava de la interiorització que han fet fins i tot moltes dones d'aquesta càrrega negativa sobre elles mateixes i de la necessitat de construir una mirada justa sobre les actuacions humanes i les coses, que retornés als éssers humans el sentit d'allò que naturalment són i els deslliurés de la negativitat genèricament imposada com una llosa inevitable i biològicament heretada. En aquest sentit i aprofitant les reflexions que m'havia impulsat aquella trobada d'intel·lectuals al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, jo feia una lloança de la impuresa i del gregarisme. L'admiració de la virginitat que sent la teologia cristiana-catòlica de Maria -la qual ha de ser verge per poder ser digne de parir el fill de Déu- sempre m'ha semblat, des que tinc el que se'n diu "ús de raó", l'altra cara de la mateixa moneda, la del pecat original sobre Eva (que tempta Adam). La virginitat hauria de deixar de ser una virtud: per què hauria de ser-ho? I en aquest sentit voldria citar-te unes paraules de Juan Goytisolo, unes paraules que jo llegia fa uns dies, quan ell parlava d'un poeta (Sánchez Robayna) i de dos pintors (José María Sicilia i Frederic Amat). En Goytisolo alaba sempre la descentralització en tots els camps, polític i humà en general, perquè entén la importància essencial de la diferència. No és casualitat que Juan Goytisolo sigui homosexual, crec que té una mirada més crítica, matisada i sensible sobre tots aquests temes:

"Como observa el poeta [...] tinerfeño [Sánchez Robayna], 'la obra de Frederic Amat aparece marcada por el 'viaje', un viaje físico y mental, fruto de la curiosidad voraz y de su apertura a otros espacios culturales [...] que desestabiliza y descentra la mirada etnocéntrica y, como a través de los ojos de las moscas, impone una vertiginosa mirada poliédrica' [...]. Sin dejarse apriscar en la calidez del pequeño contexto de los valores ensalzados por el esencialismo identitario, su arte tiende a asimilar la diversidad de manifestaciones artísticas de la especie humana. Asume la impureza y la mezcla frente al narcisismo castizo."

I, referint-se a José María Sicilia, Goytisolo cita Sánchez Robayna:

"Ese trasiego de sociedades y civilizaciones, esa migración de culturas, interesa al pintor como modo de acercarse a la complejidad del mundo contemporáneo y a sus símbolos más universales."

A mi em sembla que aquesta lloança de la diversitat, de l'obertura al món d'una mirada, és absolutament sanejadora de qualsevol cultura, sanejadora en el sentit més ample de la paraula, per a tots els àmbits de l'activitat humana, també del polític. És per això que, segons la manera de sentir i de pensar de Goytisolo, la defensa del respecte a una manera de ser diferent exclou el "esencialismo identitario", la "mirada etnocéntrica" i el "esencialismo castizo", que, traduït a l'àmbit de la relació entre els gèneres, diríem el "machismo". Aquesta és una combinació que no entenen molts polítics a Madrid, que confonen la reivindicació del respecte a la diferència amb l'enrocament nacionalista -per utilitzar una expressió molt plàstica dels escacs-, quan el que fan ells és precisament enrocar-se en el seu nacionalisme. El vertader respecte a la diferència obre la mirada vers qualsevol altre, i no la tanca, com molts, erròniament, pensen.

I aquí ho deixo -no vull embolicar més la troca- per facilitar que tornem a reprendre les nostres reflexions.

Segueix bé, Marquès, i mira de buscar-te una estoneta en aquest teu dia a dia tan atrafegat.

Rep una molt forta abraçada. espero les teves lletres.

Anna


CARTA DE ANNA ROSSELL AL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÉS (Traducción al español de Anna Rossell)

El Masnou, 11-07-09

Querido Xec:

ja estamos de nuevo en casa después de nuestro habitual receso menorquín. Pero salir de la rutina, si bien deseable, también cuesta, descoloca y desorienta, y la vuelta a los hábitos agradables acoge y da tranquilidad.

[...]

Ya he perdido el hilo con el que tejíamos últimamente nuestra frecuente correspondencia. Sé que estábamos en aquello de la pureza y la impureza, la relación que estos conceptos tienen con la sexualidad y sus connotaciones negativas en las sociedades patriarcales, que consideran impuro todo lo relacionado con el cuerpo femenino y su sexualidad. te hablaba de la mirada masculina-patriarcal sobre el mundo, una mirada que se ha impuesto a través de la Historia milenaria y que, a mi entender, ha hecho y hace mucho daño. Empezando por el mito de Adán y Eva, que carga con la culpa del pecado original a Eva (que tienta a Adán) y con todos los males que han asolado a la humanidad, cuyo reverso complementario es la mitificación positiva de la virginidad de María, madre de Dios. También te hablaba de la interiorización que han hecho incluso muchas mujeres de esta carga negativa sobre sí mismas y de la necesidad de construir una mirada justa sobre las actuaciones humanas y las cosas que devolviera a los seres humanos el sentido de aquello que naturalmente son y los librara de la negatividad genéricamente impuesta como una losa inevitable y biológicamente heredada. En este sentido y aprovechando las reflexiones que me había impulsado aquel encuentro de intelectuales en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, yo hacía una alabanza de la impureza y de la gregariedad. La admiración de la virginidad que siente la teología cristiana-católica de María -la cual debe ser virgen para poder ser digna de parir al hijo de Dios- siempre me ha parecido, desde que tengo lo que damos en llamar "uso de razón", la otra cara de la misma moneda, la del pecado original sobre Eva. La virginidad debería dejar de ser una virtud: ¿por qué habría de serlo? Y en este sentido quisiera citarte unas palabras de Juan Goytisolo, unas palabras que yo leía hace pocos días, cuando él hablaba de un poeta (Sánchez Robayna) y de dos pintores (José María Sicilia y Frederic Amat). Goytisolo alaba siempre la descentralización en todos los campos, político y humano en general, porque entiende la importancia esencial de la diferencia. No es casualidad que Juan Goytisolo sea homosexual, creo que tiene una mirada más crítica, matizada y sensible sobre todos estos temas:

"Como observa el poeta [...] tinerfeño [Sánchez Robayna], 'la obra de Frederic Amat aparece marcada por el 'viaje', un viaje físico y mental, fruto de su curiosidad voraz y de su apertura a otros espacios culturales [...] que desestabiliza y descentra la mirada etnocéntrica y, como a través de los ojos de la moscas, impone una vertiginosa mirada poliédrica [...]. Sin dejarse apriscar en la calidez del pequeño contexto de los valores ensalzados por el esencialismo identitario, su arte tiende a asimilar la diversidad de manifestaciones artísticas de la especie humana. Asume la impureza y la mezcla frente al narcisismo castizo."

Y, refiriéndose a José María Sicilia, Goytisolo cita a Sánchez Robayna:

"Ese trasiego de sociedades y civilizaciones, esa migración de culturas, interesa al pintor como modo de acercarse a la complejidad del mundo contemporáneo y a sus símbolos más universales."

A mí me parece que esta alabanza de la diversidad, de la apertura al mundo de otra mirada, es absolutamente saneadora de cualquier cultura, saneadora en el sentido más amplio de la palabra, para todos los ámbitos de la actividad humana, también del político. Es por ello por lo que, según la manera de sentir y pensar de Goytisolo, la defensa del respeto a una manera de ser diferente excluye el "esencialismo identitario", la "mirada etnocéntrica" y el "esencialismo castizo", que, traducido al ámbito de la relación entre los géneros, llamaríamos el "machismo". Ésta es una combinación que no entienden muchos políticos en Madrid, que confunden la reivindicación del respeto a la diferencia con el enrocamiento nacionalista -por utilizar un concepto muy plástico del ajedrez-, cuando lo que ellos hacen es adoptar precisamente, desde esta postura de enrocamiento, su nacionalismo. El verdadero respeto a la diferencia abre la mirada hacia cualquier otro, y no la cierra, como muchos, erróneamente, piensan.

Y aquí lo dejo -no quiero liar el ovillo más de la cuenta- para facilitar que volvamos a retomar nuestras reflexiones.

Que sigas bien, Marquès, y búscate un ratillo en este día a día tuyo, tan atareado.

Recibe un abrazo muy fuerte. Espero tus letras.

Anna

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