31 de mayo de 2013

UNA LECTURA IMPRESCINDIBLE

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Walter Benjamin, El París de Baudelaire,
Trad. de Mariana Dimópulos,
Eterna Cadencia Editora, Buenos Aires, 2012, 288 págs.


por Anna Rossell

Sin duda la publicación de cualquier obra de Walter Benjamin ha de ser aplaudida por la talla intelectual del filósofo y crítico cultural y la trascendencia y hondura de su pensamiento, tanto más si la edición refleja la importancia de la tarea que aborda y está hecha con el rigor profesional y académico que merece. Y curiosamente se da la coincidencia de que la editorial Abada ha emprendido hace unos años (2006) la largamente esperada y necesaria tarea de abordar la publicación en español de la obra completa del autor, a partir de la prestigiosa edición alemana de Suhrkamp Verlag, de 1974, a cargo de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser, con la colaboración de Theodor W. Adorno y Gershom Scholem. De ella se han publicado hasta ahora sólo algunos de los once volúmenes que abarca (I/1, I/2; IV/1, IV/2 y hay previsión del V/1 para el próximo verano). Huelga decir que ésta es una aportación indispensable para los estudiosos de Benjamin en lengua española, que hasta ahora sólo tenían acceso a una obra dispersa, incompleta, vertida a nuestra lengua por traductores distintos con la consiguiente desigualdad terminológica que ello suponía.
Ante la perspectiva de contar dentro de unos años con el proyecto completo de la editorial Abada surge la pregunta acerca de la utilidad del libro que ahora nos ocupa. Sin embargo no cabe duda de que la tiene, pues ha de interesar tanto a quienes deseen acercarse a la obra de Baudelaire como a la de Benjamin contar con el profundo estudio que el autor alemán hizo del poeta francés sin necesidad de recurrir a la obra completa, que acoge los textos relativos a Baudelaire en volúmenes distintos. Por otro lado, algunos de los textos de El París de Baudelaire, que ahora publica el sello Eterna Cadencia, no han visto aún la luz en los volúmenes de Abada. Así el lector en lengua española tiene en un único tomo los ensayos benjaminianos más importantes sobre Baudelaire, en una edición crítica rigurosa, de excelente traducción por parte de Mariana Dimópulos. La edición, igualmente basada en la mencionada alemana de Suhrkamp, incluye asimismo el impagable prólogo del experto en Benjamin, Rolf Tiedeman -Baudelaire, un testigo en contra de la clase burguesa-, que ya precedió a aquella edición.

Walter Benjamin (Berlín, 1892-Portbou, 1940) había proyectado en un principio el libro Charles Baudelaire. Un poeta lírico en la era del auge del capitalismo, dentro del marco de los Pasajes de París, considerada la obra más importante de Benjamin, un estudio histórico-filosófico del siglo XIX, como parte del Libro de los pasajes, del que sin embargo decidió excluirlo ya en 1937, pero cuyo marco esbozó en el texto “París, capital del siglo XIX”, de 1935, que Eterna Cadencia ha incluido en este libro. Tanto Charles Baudelaire como los Pasajes de París, en los que Benjamin trabajó desde 1927 hasta su muerte, quedaron inconclusos. Sin embargo el autor nos legó algunos textos, ya cerrados, destinados a formar parte de su gran proyecto global: “El París del Segundo Imperio en Baudelaire” (1938) y “Sobre algunos temas en Baudelaire” (1939). Estos textos, además, de “Zentralpark”, que cierra el conjunto, conforman El París de Baudelaire.

Ni que decir tiene que cada uno de estos ensayos es de lectura obligada por su calado para todo aquél que se interese por la sociología del arte y su metodología, pero también para quien desee seguir la evolución del pensamiento benjaminiano, reflejada en el paso de “El París del Segundo Imperio en Baudelaire” a “Sobre algunos temas en Baudelaire”, a la que contribuyó de modo decisivo la carta de Adorno a Benjamin del 10 de noviembre de 1938, quien con su crítica del primero de los dos textos y en calidad de experto en estética y teoría marxista, orientó a Benjamin en cuestiones de procedimiento. A partir de la categoría de la experiencia alienada, el teórico del arte desarrolla una interpretación de Baudelaire como poeta prostituido y su poesía como producto económico-social de su época en el sentido del materialismo histórico y consigue lo que Adorno denominó “uno de los testimonios histórico-filosóficos más grandiosos de la época”. Sus reflexiones sobre la modernidad –encarnada en París como capital del siglo XIX-, el concepto marxista del valor de cambio, el arte como mercancía, el carácter de fetiche de ésta en una sociedad productora, donde todo adquiere naturaleza mercantil, dibujan una interpretación del artista y del fenómeno artístico en la época de La obra de arte en su reproductividad técnica –como rezaba ya un título de 1936-, concretado en la figura de Baudelaire y en el modo novedoso de entender la alegoría, que si bien ya había sido estudiada por el autor anteriormente en El origen del drama barroco alemán, da en Zentralpark (Parque Central) el vuelco definitivo hacia el marxismo, que marcó un hito en el pensamiento cultural de occidente.

En torno a la idea de modernidad y de la alienación Benjamin reflexiona en Zentralpark sobre el spleen y la melancolía en Baudelaire: “El nuevo fermento decisivo que, penetrando en el taedium vitae lo convierte en spleen, es el extrañamiento de sí mismo”. Y del mismo modo que este autoextrañamiento del artista en la sociedad capitalista del siglo XIX deriva en la mercantibilidad de su producción, así también Benjamin se acerca a la integración de la mujer como prostituta en la sociedad como consecuencia de la transformación social de la modernidad y traza su paralelismo con la poesía de Baudelaire: “Que este aspecto de la prostituta haya resultado determinante para Baudelaire: a favor de esta tesis habla, no en último término, el hecho de que en sus múltiples evocaciones de la prostituta el burdel nunca sea el trasfondo de esta figura, sino la calle”. En el estudio del poeta francés Benjamin proyecta su propia idea de la concepción de la historia: “Es muy importante que lo ‘nuevo’ en Baudelaire no aporte ningún tipo de colaboración con el progreso. […]. Es ante todo la ‘fe en el progreso’ lo que él persigue con su odio […]”. Su concepción de la evolución histórica, anticipada proféticamente a su tiempo, hace de Benjamin una lectura indispensable: “Hay un cuadro de Klee (1920) que se titula Ángelus Novus. Se ve en él a un Ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la Historia debe tener ese aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso”. Una lectura en definitiva altamente recomendable.

© Anna Rossell

29 de mayo de 2013

OBITUARIO

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Sarah Kirsch, una visión de la naturaleza desde la poesía

Marcada por el exilio de la antigua RDA, era una de las escritoras más reconocidas de Alemania

por JOSÉ LUIS REINA PALAZÓN, en  EL PAÍS/CULTURA 28 MAY 2013 


Sarah Kirsch, poeta alemana, en 2006. /
INGO WAGNER (CORDON)
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Cuando el escritor Peter Härtling me presentó a Sarah Kirsch, el cálido y decidido saludo de la poeta me hizo intuir una colaboración intensa e interesante. Años más tarde su hijo le comunicó que su obra traducida estaba en las librerías de Madrid y ella me llamó llena de alegría, diciéndome que le encantaba el prólogo porque apenas hacía alusión a su biografía. Creo que también en esta ocasión de su ausencia le alegraría más que se hablara de su obra que de su persona, aunque sea imposible separarlas.

Ingrid Hella Irmelinde Bernstein nació el 16 de abril de 1935 en Limlingerode (Turingia, Alemania) y ha muerto el 5 de mayo del 2013 en Heide (norte de Alemania). Tomó el nombre de Sarah en protesta contra el Holocausto. Se licenció en Biología, fue esposa del poeta Rainer Kirsch de 1960 a 1968 y ya divorciada vivió en Berlín oriental, donde tuvo un hijo, Moritz, con el dramaturgo Karl Mickel. Trabajó como periodista y traductora y al firmar la protesta contra la expatriación de Wolf Biermann fue expulsada de la Asociación de Escritores de la República Democrática Alemana (RDA). En 1977 se trasladó con su hijo a Berlín occidental. Fue miembro del PEN y de la Academia Libre de las Artes en Hamburgo, firmó con Grass y otros escritores cartas de protesta contra la política americana y rechazó por motivos políticos un nombramiento de la Academia de las Artes de Berlín. Fue profesora invitada en las Universidades de Kassel y Fráncfort. Desde 1983 vivía en Tielenhemme (Schlewisch-Holstein), donde se la nombró profesora honoraria.
A lo largo de medio siglo, escribió más de 15 libros de poesía y otros tantos de prosa, por los que recibió los más destacados premios de Alemania y Austria, incluido el Büchner de la Academia Alemana de la Lengua y Literatura. Ha sido la más popular y querida de las poetas de lengua alemana. Todos sus libros han tenido múltiples ediciones y han sido traducidos a numerosas lenguas, entre ellas, a la nuestra.

Desde su primer poemario, Estancia en el campo (1969), la poesía de Kirsch da vida a la visión de una naturaleza comprometida, un contramundo frente a la gran ciudad y a la política. Sin embargo, al lado de la contemplación, hay una voz crítica que indaga sobre su tiempo, sobre las dos Alemanias y su tortuosa historia.
Su gran originalidad se pone de manifiesto sobre todo en los poemas de amor: “Soy muy tierna lláma- / me camomila / mis dedos son tiernos construyen / iglesias en tu mano mis uñas / escamas de alas de ángel acarician soy / el verano el otoño incluso el invierno en primavera / desearía estar contigo tú / me muestras el país vamos / de lago en lago para eso se necesita / una larga vida feliz / los peces son dos / los pájaros hacen nidos nosotros / estamos en la misma hoja”.
Kirsch quiere limitarse a dar al lector pequeños impulsos para que pueda moverse en los versos: “Y no quiero más sino que alguien diga: así me ha ido a mí alguna vez, eso he pensado yo también, una pequeña solidaridad entre lector y autor”.

En una larga tradición que va de Goethe a Gottfried Benn, Sarah creyó en el sur, en los poemas inspirados en la Provenza, que conoció al recibir el Premio Petrarca y donde retrata la vida plena y real frente al norte alienado y abstracto: “Lavarse el pelo en el campo: Con roja toalla fuera al sol. Calientes sombras de nubes en las piedras hojas de acacias. Miro a través del peine en la luz — Todo familiar”.
Su libro Echar la cometa (1979) refleja dos acontecimientos biográficos importantes, la ruptura del amor y el abandono de la RDA. El poema El resto del hilo es el primero escrito ya en Berlín Oeste: “Echar la cometa. Juego / para grandes llanuras sin árboles ni agua. En el cielo abierto sube / la estrella de papel, imparable / arrancada hacia la luz, más alta, de todos los ojos / y más allá, más allá / A nosotros pertenece el resto del hilo y que te conocimos”.

Pero la verdadera patria electiva de Sarah era la imaginación, un espíritu obstinado que de entrada solo se afirma en la negación. A partir de Tierra (1982), obra en la que refleja un viaje a América, comienzan una serie de poemas donde la queja sobre la violación de la naturaleza imita a veces el tono trágico de Hölderlin. La amenaza del mundo cotidiano, incluso por la guerra, es clara, pero no cunde en ella la desesperación, sino el ánimo. En el precioso libro Vida de gato (1984) hay más de 50 clases de pájaros y otras tantas de plantas. A pesar de las alusiones a lo real todo está siempre unido a lo imaginario en una curiosa mezcla artística. Lo inquietante se muestra en la naturaleza, que a su vez es también algo protector, un ámbito en el que hasta la nieve es cálida y cariñosa. De esa naturaleza toma su seguridad el yo poético.

La hija del rey de los elfos (1992) es quizá el libro más impresionante de la obra de Sarah Kirsch, en el que la naturaleza aparece amenazada y amenazante: “He sembrado ira en finos granos / contra la influencia del planeta de la roña… nadie sabe en qué estación estamos. Y la muerte se iguala a un amor que no puede volver: solo sé que espero algo / o bien a ti o a la muerte”.
En Amor de cisnes (2001), pone en juego el valor existencial de un yo que encuentra en la palabra la mejor posibilidad de enfrentar vida y muerte. La poeta canta aún el único universo salvable de la permanente destrucción: la naturaleza del amor y el amor de la naturaleza.

Autor: José Luis Reina Palazón es poeta. Obtuvo el Premio Nacional a la Obra de un Traductor en 2007 y ha traducido la Poesía reunida (EDA Libros, 2006) de Sarah Kirsch.

22 de mayo de 2013

CORRESPONDENCIA XEC MARQUÈS - ANNA ROSSELL

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CARTA D'ANNA ROSSELL AL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS (22-05-2013) /
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CARTA DE ANNA ROSSELL AL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS (22-05-2013)
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Al original catalán sigue su traducción al español
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D'esquerra a dreta: Felipe Sérvulo, Anna Rossell, Pere Maragall, Albert Tugues i Goya Gutiérrez al Claustre de Sant Miquel de la Facultat de Teologia de Barcelona (maig 2013) / De izquierda a derecha: Felipe Sérvulo, Anna Rossell, Pere Maragall, Albert Tugues y Goya Gutiérrez en el Claustro de San Miguel de la Facultad de Teología de Barcelona (mayo 2013)

El Masnou, 22-05-2013

Estimat Xec,

L’eix central de la teva última carta gira entorn d’una pregunta crucial:

et demanes “si hi ha en la nostra societat un diàleg entre les generacions”,

i ho fas donant a entendre que tu penses que aquest diàleg no existeix, perquè també dius:

“L’antic sistema feia que els intel·lectuals engendraven intel·lectuals [...], l’àmbit familiar podia ser un lloc on la reflexió entre les generacions trobava un lloc de confrontació; ara els fills i filles diplomats, superformats i deslligats de l’àmbit familiar o social de la reflexió per ajudar-los a fer memòria i ensenyar-los els conceptes i els termes de referència vers a un mateix i als altres han canviat.”

D’això es desprèn que tu penses que el nexe entre les generacions -el nexe del diàleg- s’ha trencat i que abans sí que existia aquest nexe.

Ignoro si una visió panoràmica dels esdeveniments et donaria la raó en aquests dos supòsits, però la meva experiència personal (i la meva intuïció quan penso en la dels/les altres) m’obliguen seriosament a posar-ho en dubte: no crec pas que les generacions passades dialoguessin gens amb la dels seus respectius pares. Ben al contrari, si podem parlar d’alguna progressió en aquest sentit, és la generació jove d’ara –parlo sempre de les nostres cultures europees i segurament també nordamericanes- la que ha tingut i té més oportunitats i situacions propícies al diàleg amb els seus pares. Personalment –i crec que no sóc cap cas aïllat, sinó un prototípic exemplar de la meva generació-, “diàleg”, en cap mena de sentit, era impensable en el si de la meva família i menys amb els meus pares; en canvi, sí que ho era entre nosaltres, com a pares, i els nostres fills.

No, el diàleg no s’ha trencat, perquè mai no va existir (parlo en termes generals, com és natural, i ja sabem que l’excepció confirma la regla). Per tant, aquest no pot ser el problema. Sí és cert que d’alguna manera el problema rau en l’evolució que ha anat fent la societat -no sé ben bé per què-, probablement per causa del comportament que la gent que la conformem, que també ha anat canviant en funció d’uns valors que –tampoc sé ben bé per què- han sofert una evolució en una direcció negativa. L’exemple d’una generació deu haver contaminat l’altre, i així en cadena. Però això del diàleg no n’ha pas estat la causa, ben segur que no.

D’altra banda, ho formules de manera com si l’educació només pogués anar en una direcció, és a dir, de pares a fills, i no vice-versa. També quant a això m’agradaria fer algun comentari:
És clar que per raons biològiques i cronològiques els pares/les mares som en primer lloc i en els primers moments de la seva vida els educadors dels/les fills/es; però això no és així tota la vida i la cosa pot ser a l’inrevés molt més aviat del que segurament ens pensem: jo (i torno a dir que no sóc cap cas aïllat, sinó que represento tota una generació) recordo que em rebel·lava contra el que no m’agradava de la generació dels meus pares, plantava cara al que em semblava malament i estava disposada a prendre el rumb de la meva vida per mi mateixa i allunyar-me de la seva protecció. I era ben jova quan m’ho plantejava. No podem culpar eternament la generació de pares i avis, en cadena retroactiva, dels problemes amb què es troba la generació següent; també aquesta té l’opció de canviar coses i, si és responsable, sempre ho ha de fer, sigui quin sigui el bagatge que ha heretat dels més grans. La història ens diu que totes les revolucions han estat liderades per les generacions joves, encara que els grans els hagin donat el seu suport (o tant si els hi ha donat com no). És per això que quan dius, més avall:

“[...] farà falta que els avis ens expliquin per què les coses no han funcionat com ells preveien i pensaven i per què avui són els avis els que han de fer la revolució i no els/les joves.”

No hi estic massa (o gens) d’acord. Jo penso que també ho podem formular d’una altra manera:

Farà falta que els néts expliquin als seus avis/es per què les coses no han funcionat com ells/es [els/les avis/es] preveien i pensaven –malgrat la seva lluita i l’educació que van donar als/les seus/ves fills/es i per què avui són els/les avis/es els/les que han de seguir fent la revolució.

És una pregunta aquesta que es fa moltíssima gent de la meva edat.
Estic d’acord en que no és gens fàcil la resposta, jo al menys no la tinc pas, ni tan sols n’intueixo de lluny la causa. Però ara m’agradaria portar aquest mateix tema al terreny de l’Església Catòlica, perquè penso que, en aquesta materia, pel que fa a la institució eclesial, l’evolució ha anat paral·lela, i segurament deu tenir la mateixa explicació, aquesta que jo no intueixo ni de lluny:

Per què entre les joves generacions (segueixo parlant sempre d’Europa i els EEUU) gairebé no hi ha vocacions en l’Església Catòlica? Seguint el tarannà de les teves preguntes de més amunt, ens podem plantejar: Què va fer malament la generació dels seus majors? (em refereixo a la generació de sacerdots, corresponent a la dels seus pares i a la dels seus avis). Potser es va trencar el diàleg entre les dues generacions? També diries que la generació dels “avis-capellans” ha de donar explicacions?

Força complicat, Xec. Quan es vol, hi ha canvis. Mira tu el moviment del 15 M. Aquesta és la meva esperança: que la gent, tingui l’edat que tingui, es mobilitzi davant de la injustícia. Jo em considero responsable dels meus actes, també d’aquells devers els/les meus/ves fills/es, quant a la seva educació. Però arriba un moment en què ells/es són responsables de les seves actuacions i són lliures per actuar, en una direcció o en una altra.

Una forta abraçada,

Anna
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CARTA DE ANNA ROSSELL AL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS (22-05-2013). Traducción al español de Anna Rossell

El Masnou, 21-05-2013

Querido Xec,

el eje central de tu última carta gira en torno a una pregunta crucial:

te preguntas "si hay en nuestra sociedad un diálogo entre las generaciones",

y lo haces dando a entender que tú piensas que este diálogo no existe, porque también dices:

"El antiguo sistema hacía que los intelectuales engendraban intelectuales [...], el ámbito familiar podía ser un lugar donde la reflexión entre las generaciones encontraba un lugar de confrontación, ahora los hijos diplomados, superformados y desligados del ámbito familiar o social de la reflexión para ayudarles a hacer memoria y enseñarles los conceptos y los términos de referencia hacia uno mismo y los demás han cambiado."

De ello se desprende que tú piensas que el nexo entre las generaciones -el nexo del diálogo- se ha roto y que antes sí existía este nexo.

Ignoro si una visión panorámica de los acontecimientos te daría la razón en estos dos supuestos, pero mi experiencia personal (y mi intuición cuando pienso en la de los/las demás) me obligan seriamente a ponerlo en duda: no creo que las generaciones pasadas dialogaran nada con la de sus respectivos padres. Al contrario, si podemos hablar de alguna progresión en este sentido, es la generación joven de ahora -hablo siempre de nuestras culturas europeas y seguramente también norteamericanas- la que ha tenido y tiene más oportunidades y situaciones propicias al diálogo con sus padres. Personalmente -y creo que no soy ningún caso aislado, sino un prototípico ejemplar de mi generación-, "diálogo", en ningún sentido, era impensable en el seno de mi familia, y menos con mis padres, en cambio, sí lo era entre nosotros, como padres, y nuestros hijos.

No, el diálogo no se ha roto, porque nunca existió (hablo en términos generales, como es natural, y ya sabemos que la excepción confirma la regla). Por lo tanto, éste no puede ser el problema. Sí es cierto que de alguna manera el problema radica en la evolución que ha ido haciendo la sociedad -no sé muy bien por qué-, probablemente por causa del comportamiento de la gente que la conformamos, que también ha ido cambiando en función de unos valores que -tampoco sé muy bien por qué- han sufrido una evolución en una dirección negativa. El ejemplo de una generación debe haber contaminado a la otra, y así en cadena. Pero esto del diálogo no ha sido la causa, seguro que no.

Por otra parte, lo formulas de manera como si la educación sólo pudiera ir en una dirección, es decir, de padres a hijos, y no viceversa. También en relación con esto me gustaría hacer algún comentario:
Está claro que por razones biológicas y cronológicas los padres/madres somos en primer lugar y en los primeros momentos de su vida los educadores de los/las hijos/as, pero eso no es así toda la vida, y puede ser a la revés mucho antes de lo que seguramente pensamos: yo (y vuelvo a decir que no soy ningún caso aislado, sino que represento a toda una generación) recuerdo que me rebelaba contra lo que no me gustaba de la generación de mis padres, hacía frente a lo que me parecía mal y estaba dispuesta a tomar el rumbo de mi vida por mí misma y alejarme de su protección. Y era muy joven cuando me lo planteaba. No podemos culpar eternamente a la generación de los padres y abuelos, en cadena retroactiva, de los problemas con que se encuentra la siguiente generación; también ésta tiene la opción de cambiar cosas y, si es responsable, siempre debe hacerlo, sea cual sea el bagaje que ha heredado de sus mayores. La historia nos muestra que todas las revoluciones han sido lideradas por las generaciones jóvenes, aunque los mayores les hayan dado su apoyo (o tanto si se lo ha dado como si no). Es por ello que cuando dices, más abajo:

"[...] Hará falta que los abuelos nos expliquen por qué las cosas no han funcionado como ellos preveían y pensaban y por qué hoy son los abuelos los que tienen que hacer la revolución y no los / las jóvenes"

no estoy mucho (o nada) de acuerdo. Yo pienso que también lo podríamos formular de otra manera:

Hará falta que los nietos expliquen a sus abuelos / as por qué las cosas no han funcionado como ellos / as [los / las abuelos / as] preveían y pensaban-a pesar de su lucha y la educación que dieron a los / las sedes / vas hijos / as y por qué hoy son los / las abuelos / as los / las que tienen que seguir haciendo la revolución.
Es una pregunta ésta que se hace muchísima gente de mi edad.

Estoy de acuerdo en que no es nada fácil la respuesta, yo al menos no la tengo en absoluto, ni siquiera intuyo de lejos la causa. Pero ahora me gustaría llevar este mismo tema al terreno de la Iglesia Católica, porque pienso que, en esta materia, con respecto a la institución eclesial, la evolución ha ido paralela, y seguramente debe de tener la misma explicación, ésta que yo no intuyo ni de lejos:

¿Por qué entre las jóvenes generaciones (sigo hablando siempre de Europa y EEUU) casi no hay vocaciones en la Iglesia Católica? Siguiendo el talante de tus preguntas de más arriba, nos podemos plantear: ¿Qué hizo mal la generación de sus mayores? (me refiero a la generación de sacerdotes correspondiente a la de los padres y abuelos) ¿Quizás se rompió el diálogo entre las dos generaciones? ¿También dirías que la generación de los "abuelos-curas" debe dar explicaciones?

Bastante complicado, Xec. Cuando se quiere, hay cambios. Mira tú el movimiento del 15 M. Ésta es mi esperanza: que la gente, tenga la edad que tenga, se movilice ante la injusticia. Yo me considero responsable de mis actos, también de aquellos hacia los/las mis hijos/as, en lo que refiere a su educación. Pero llega un momento en que ellos/as son responsables de sus actuaciones y son libres para actuar, en una dirección o en otra.

Un fuerte abrazo,

Anna

20 de mayo de 2013

CORRESPONDENCIA XEC MARQUÈS - ANNA ROSSELL

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CARTA DEL TEÒLEG I SALESIÀ XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (19-05-2013) /
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CARTA DEL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (19-05-2013)
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Al original catalán sigue su traducción al español
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Conakry, 19 maig 2013
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Catalán
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Xec Marquès parlant amb joves a una escola de la província de Barcelona (març 2013) / Xec Marquès charlando con jóvenes en un colegio de la provincia de Barcelona (marzo 2013)
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Estimada i benvolguda :
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El text que vas escriure a la teva col·lega escriptora, que em vas enviar, em va semblar molt bé [la resposta a Noemí Trujillo sobre "la marca de l'escriptor"]. Sentia una dona d’una certa edat adreçant-se a joves que no han tingut la sort d’escoltar una altra manera de comprendre la seva pròpia història, si més no, el context en el que la seva història s’ha desenvolupat.
Al mateix temps, penso en aquesta iniciativa de la Teresa [Forcades] i de l’Arcadi[Oliveras]... deixem dir:  dos “avis”.
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La qüestió que se’m planteja és si hi ha en la nostra societat un diàleg entre les generacions.
L’antic sistema feia que els intel·lectuals engendraven intel·lectuals (els fills d’advocats anaven a la universitat, com els fills dels metges o de professors), l’àmbit familiar podia ser un lloc on la reflexió entre les generacions trobava un lloc de confrontació; ara els fills i filles diplomats, superformats i deslligats de l’àmbit familiar o social de la reflexió per ajudar-los a fer memòria i ensenyar-los els conceptes i els termes de referència vers a un mateix i als altres han canviat.
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Llegint també el llibre que em vas deixar [Daniel Jover, Educar, trabajar, emprender. Cuaderno de esperanza, ed. Icaria, 2012],  trec la conclusió que la generació que ha viscut una altra manera de viure el món i les relacions socials, i la cultura i la política encara està vivint i que té tot el bagatge intel·lectual, tota l’experiència de vida i tota la il·lusió per dir a les generacions el sentit de les coses (la cultura, la societat, la política).
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Al mateix temps, farà falta que els avis ens expliquin per què les coses no han funcionat com ells preveien i pensaven i per què avui son els avis que han de fer la revolució i no els/les joves.
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Xec
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CARTA DEL TEÓLOGO Y SALESIANO XEC MARQUÈS A ANNA ROSSELL (19-05-2013). Traducción al español de Anna Rossell

Querida y estimada:

El texto que escribiste a tu colega escritora, que me enviaste, me pareció muy bien [la respuesta a Noemí Trujillo sobre "la marca del escritor"]. Me parecía oír a una mujer de cierta edad dirigiéndose a jóvenes que no han tenido la suerte de escuchar otra manera de comprender su propia historia, al menos, el contexto en el que su historia se ha desarrollado.

Al mismo tiempo, pienso en esta iniciativa de Teresa [Forcades] y de Arcadi [Oliveras] ... permíteme la expresión: se trata de dos "abuelos".

La cuestión que se me plantea es si hay en nuestra sociedad un diálogo entre las generaciones.
El antiguo sistema hacía que los intelectuales engendraban intelectuales (los hijos de abogados iban a la universidad, como los hijos de los médicos o de profesores), el ámbito familiar podía ser un lugar donde la reflexión entre las generaciones encontraba un lugar de confrontación, ahora los hijos diplomados, superformados y desligados del ámbito familiar o social de la reflexión para ayudarles a hacer memoria y enseñarles los conceptos y los términos de referencia hacia uno mismo y los demás han cambiado.

Leyendo también el libro que me prestaste [Daniel Jover, Educar, trabajar, emprender. Cuaderno de esperanza, ed. Icaria, 2012], saco la conclusión de que la generación que ha experimentado otra manera de vivir el mundo y las relaciones sociales, la cultura y la política aún está ahí y que tiene todo el bagaje intelectual, toda la experiencia de vida y toda la ilusión para decir a las generaciones el sentido de las cosas (la cultura, la sociedad, la política).

Al mismo tiempo, hará falta que los abuelos nos expliquen por qué las cosas no han funcionado como ellos preveían y pensaban y por qué hoy son los abuelos quienes tienen que hacer la revolución y no los / las jóvenes.

Xec

17 de mayo de 2013

ENTREVISTA A ANNA ROSSELL

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Al original catalán sigue su traducción al español
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Entrevista feta per: Ester F. Matalí.
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Pregunta: Com a lectors ens interessa molt el procés creatiu: com es fa un poemari? És a dir, comença a fer poemes sobre una temàtica concreta? Recull poemes que ja tenia escrits?
Quin ordre segueixen els poemes, per exemple a Àlbum d’absències, el seu nou poemari publicat amb Playa de Ákaba?
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Resposta: En els meus inicis com a escriptora de poesia escrivia poemes solts –d’això ja fa molts anys-, hi havia una idea que m’impactava i jo mirava de donar-li ànima poètica; però, amb el temps, el procés de l’escriptura arriba a madurar i es concep d’una altra manera, més com una reflexió aprofundida sobre un tema concret, és llavors quan sorgeix el poemari. Penso que el poemari és l’expressió de la maduració del pensament i el sentiment, perquè també el sentiment fa el seu procés i madura. A diferència dels poemes solts, el que caracteritza un poemari és la seva qualitat d’obra, la seva unicitat, el poemari es desenvolupa entorn d’un eix de reflexió, tots els poemes estan lligats per un fil conductor.
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En el cas d’Àlbum d’Absències, el meu últim poemari, el títol ja dóna a entendre quin és aquest fil conductor: ‘àlbum’ fa referència a recull de records –estem acostumats a relacionar la paraula amb les fotografies que són per a nosaltres els puntals de la nostra biografia, que en representen allò més essencial-. És per això que he elegit aquesta paraula. Àlbum d’absències remet a aquesta idea: vol ser el recull de les absències de la vida de la veu poètica. Les absències són tot un ventall, n’hi ha de moltes menes: la distància física d’un ésser estimat, la mort, la soledat interior, la impossibilitat d’una relació, l’allunyament espiritual d’algú... . Sovint són doloroses, però cal identificar-les, nomenar-les i així digerir-les, fer el dol que cal per superar-les, que en cap cas vol dir oblidar-les.
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P: Quines són  les lectures “imprescindibles” per a un (bon) poeta?
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R: Quan parlem de poesia, com quan parlem de literatura en general, estem parlant del món, el món reflectit en la paraula escrita, en el suport que sigui. I, és clar, en el món hi ha de tot i molt de tot. Cal, doncs, fer una tria, perquè la vida és massa curta per llegir-ho tot i, d’altra banda, tampoc no tot val la pena. De manera que ens calen uns criteris bàsics. La valoració de la literatura ve determinada pels mateixos factors que determinen els valors de qualsevol estètica: en el decurs de la història veiem que la crítica literària ha valorat en una època textos que en una altra han estat menystinguts i viceversa; així és difícil parlar de valors absoluts. Però sí que és cert que el pas del temps posa les coses més al lloc que correspon, les modes passen i es consagra allò més universal, que resisteix per alguna raó fundada el pas del temps. És llavors quan parlem de ‘cànon literari’. En aquest sentit penso que cal conèixer els clàssics, la qual cosa no vol dir que haguem de mantenir el seu estil, les seves formes ni els seus camps d’interès temàtic. Però la seva lectura –en tant que bona escriptura- ens ajuda a aprendre els matisos, ens ajuda a diferenciar, a conèixer diferents registres i a reflexionar sobre temes universals que afecten l’ésser humà. Parlar d’autors concrets ja entra dintre dels gustos personals de cadascú. A mesura que ens acostem als temps moderns la valoració es fa més difícil perquè encara no ha passat el temps suficient com per destriar el gra de la palla. Llegir els nostres contemporanis, sobre tot els últims dels últims, depèn més d’una qüestió del gust de cadascú.
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P: Quines són les lectures “imprescindibles” per a qualsevol lector?
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R: Aquí respondria el mateix que a la pregunta anterior. La poesia és una forma de literatura i el que val per a l’una val en general.
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P: La seva poesia és, en aquest recull, melangiosa, trista fins i tot. Per què?

R: Bé, penso que les absències ho són sempre. Quan sentim una absència sentim un buit, que ens manca alguna cosa que desitjaríem. Com ja he dit, les absències de què parlo en el poemari són de moltes menes, una d’elles és la mort, però no és l’única ni molt menys, ni tampoc potser la més important. Per posar un exemple d’aquesta mena d’absència: sovint sentim dir que quan mor algú, que ha estat d’alguna manera lligat a nosaltres, mor també una part de nosaltres mateixos. Això és així, i passa amb totes les classes d’absència. Ho podríem formular també recordant aquell pensament –crec que era de Montaigne- que deia Je suis parce que tu es (Jo sóc perquè tu ets). El jo no és absolut, existeix en tant que es contraposa a l’altre i necessita de l’altre per definir-se, per ser. És per això que ens colpeixen les absències, és per això que ens produeixen sentiments com la melangia, la tristesa. Però són sentiments que ens calen per guarir la ferida que ens produeixen. Els psicòlegs parlarien de fer el procés de dol per superar-lo i poder seguir vivint sense el dolor, sinó incorporant el fet a la nostra vida.
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P: Què és absència? O, en altres paraules, què ha volgut transmetre amb aquests poemes?
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R: En gran part ja ho dit en les respostes anteriors. Quan definim un sentiment com ‘absència’ és que detectem una mancança que ens fa mal, és una ferida sagnant. En aquest poemari la veu poètica experimenta les seves absències com a ferides obertes. El procés de l’escriptura ajuda a analitzar-ne les raons, l’escriptura és en aquest cas un alliberament, una catarsi. Hi ha diverses maneres d’abordar el fet de l’escriptura i aquesta pot tenir objectius diferents: hi ha processos d’escriptura que són guaridors, es tracta més d’una necessitat de qui escriu que no pas d’una intenció de comunicar-ho a un públic concret. El cas d’aquest poemari correspon més a una necessitat de depuració i alliberament.
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P: S’atreveix a definir la literatura en 140 caràcters?
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R: Amb menys: literatura és creació, art amb paraules; així, ha de ser original i agosarada, és una aventura absoluta, tot hi és permès, tot hi és possible.
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P: Parli'ns de la seva obra. Què té publicat? Està treballant en algun llibre?
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R: He publicat un llibre de viatges, Mi viaje a Togo, dues novel·les, Mondomwouwé i Aquellos años grises –en espanyol-, alguns microrelats en coautoria –en espanyol i en català- i els poemaris La ferida en la paraula –en català-, Quadern malià / Cuaderno de Malí, bilingüe, i Àlbum d’Absències –en català-. Tinc escrit un poemari, Us deixo el meu llegat per si algun dia (Oratori en XVII cants), que és un sol poema de principi a fi, estructurat en disset cants i que pretén ser una reflexió filosòfica sobre la condició humana i la relació de l’ésser humà amb la idea de Déu, que veurà la llum d’aquí uns mesos. Ara estic treballant en un poemari sobre el genocidi nazi, que duu per títol Auschwitz-Birkenau, El verger dels bedolls.
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P: Com treballa? És a dir, té alguna metodologia, mania...
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R: No sóc conscient de tenir-ne cap. Sobre la meva manera de treballar fins ara: He experimentat en alguns moments dos ritmes diferents de treball, crec que, al menys en el meu cas, vénen condicionades pel gènere de què es tracta: les novel·les, per exemple, em permeten pausar la manera de treballar, el mètode és més disciplinat, menys febril, més respectuós d’uns horaris. La poesia, en canvi, em posseeix, m’obliga, m’imposa molt més les seves regles; quan estic amb una idea haig de treballar-hi gairebé obsessivament fins perfilar-la.
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P: Què opina de les plataformes com la nostra on els lectors comparteixen les seves lectures? Les xarxes socials, arribaran a canviar la manera de llegir? I la d’escriure?
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R: Aquestes plataformes són una eina molt bona de difusió i comunicació. Pel que fa a la segona part de la pregunta, és difícil preveure quelcom que està encara en ple procés. Les xarxes socials han canviat ja la manera quotidiana d’escriure, el que no és tan clar és si han canviat la manera d’escriure literatura, al menys no de moment. Sí que s’han incorporat les xarxes socials en la temàtica que tracta la literatura, una temàtica que, en tant que forma part protagonista de les nostres vides, ha d’acollir forçosament també la literatura. Quant als hàbits de lectura, penso que també els ha modificat: a les xarxes socials hi predomina la lectura transversal, ràpida i superficial dels textos, cosa que també es pot dir de l’escriptura en aquestes xarxes: hi predominen les abreviatures, la manca de puntuació, les faltes d’ortografia (que no són sempre ni molt menys errors ortotipogràfics), en molts cassos la manca de reflexió i d’argumentació. És clar que no estem parlant de literatura, sinó de comunicació corrent, però Internet –en general, no només les xarxes socials- ha fet possible (per bé i per mal) que qualsevol es consideri editor d’una revista que es pretén literària, per exemple, i que no passaria la prova més elemental de rigor de qualitat literària. No sé si això a la llarga acabarà per fer més laxa la consciència de la correcció lingüística i la qualitat literària.
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Publicat a: Llibres per llegir: http://www.llibresperllegir.cat/entrevistes/anna-rossell
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Español

ENTREVISTA A ANNA ROSELL
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Entrevista realizada por: Ester F. Matalí.
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Pregunta: Como lectores nos interesa mucho el proceso creativo: ¿cómo se hace un poemario? Es decir, ¿empieza a hacer poemas sobre una temática concreta? ¿Recoge poemas que ya tenía escritos?
¿Qué orden siguen los poemas, por ejemplo en Álbum d'absències (Álbum de ausencias), su nuevo poemario publicado con Playa de Akaba?
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Respuesta: En mis inicios como escritora de poesía escribía poemas sueltos -de eso hace ya muchos años-, había una idea que me impactaba y yo miraba de darle alma poética, pero, con el tiempo, el proceso de la escritura llega a madurar y se concibe de otra manera, más como una reflexión profundizada sobre un tema concreto, es entonces cuando surge el poemario. Pienso que el poemario es la expresión de la maduración del pensamiento y el sentimiento, porque también el sentimiento hace su proceso y madura. A diferencia de los poemas sueltos, lo que caracteriza un poemario es su calidad de obra, su unicidad, el poemario se desarrolla en torno a un eje de reflexión, todos los poemas están ligados por un hilo conductor.
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En el caso de Álbum d'absències (Álbum de ausencias), mi último poemario, el título ya da a entender cuál es este hilo conductor: el 'álbum' hace referencia a colección de recuerdos -estamos acostumbrados a relacionar la palabra con las fotografías que son para nosotros los puntales de nuestra biografía, que representan lo más esencial-. Es por eso por lo que he elegido esta palabra. Álbum de ausencias remite a esta idea: quiere ser la recopilación de las ausencias de la vida de la voz poética. Las ausencias son todo un abanico, las hay de muchos tipos: la distancia física de un ser querido, la muerte, la soledad interior, la imposibilidad de una relación, el alejamiento espiritual de alguien ... . A menudo son dolorosas, pero hay que identificarlas, nombrarlas y así digerirlas, hacer el duelo necesario para superarlas, que en ningún caso quiere decir olvidarlas.
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P: ¿Cuáles son las lecturas "imprescindibles" para un/a (buen/a) poeta?
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R: Cuando hablamos de poesía, como cuando hablamos de literatura en general, estamos hablando del mundo, el mundo reflejado en la palabra escrita, en el soporte que sea. Y, claro, en el mundo hay de todo y mucho de todo. Es necesario, pues, hacer una elección, porque la vida es demasiado corta para leerlo todo y, por otra parte, tampoco todo vale la pena. De modo que necesitamos unos criterios básicos. La valoración de la literatura viene determinada por los mismos factores que determinan los valores de cualquier estética: en el transcurso de la historia vemos que la crítica literaria ha valorado en una época textos que en otra han sido despreciados y viceversa, así es difícil hablar de valores absolutos. Pero sí es cierto que el paso del tiempo pone las cosas más en el lugar que corresponde, las modas pasan y se consagra lo más universal, que resiste por alguna razón fundada el paso del tiempo. Es entonces cuando hablamos de 'canon literario'. En este sentido pienso que hay que conocer a los clásicos, lo cual no quiere decir que tengamos que mantener su estilo, sus formas ni sus campos de interés temático. Pero su lectura -como buena escritura que es- nos ayuda a aprender los matices, nos ayuda a diferenciar, a conocer diferentes registros y a reflexionar sobre temas universales que afectan al ser humano. Hablar de autores concretos ya entra dentro de los gustos personales de cada uno. A medida que nos acercamos a los tiempos modernos la valoración se hace más difícil porque todavía no ha pasado el tiempo suficiente como para separar el grano de la paja. Leer a nuestros contemporáneos, sobre todo los últimos de los últimos, depende más de una cuestión del gusto de cada uno.
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P: ¿Cuáles son las lecturas "imprescindibles" para cualquier lector?
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R: Aquí respondería lo mismo que en la pregunta anterior. La poesía es una forma de literatura y lo que vale para una vale en general.
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P: Su poesía es, en esta recopilación, melancólica, triste incluso. ¿Por qué?
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R: Bueno, pienso que las ausencias lo son siempre. Cuando sentimos una ausencia sentimos un vacío, que nos falta algo que desearíamos. Como ya he dicho, las ausencias de las que hablo en el poemario son de muchos tipos, una de ellas es la muerte, pero no es la única ni mucho menos, ni tampoco quizá la más importante. Por poner un ejemplo de este tipo de ausencia: a menudo oímos decir que cuando muere alguien, que ha estado de alguna manera ligado a nosotros, muere también una parte de nosotros mismos. Esto es así, y pasa con todas las clases de ausencia. Podríamos formularlo también recordando aquel pensamiento -creo que era de Montaigne- que decía Je suis parce que tu es (Yo soy porque tú eres). El yo no es absoluto, existe en tanto que se contrapone al otro y necesita del otro para definirse, para ser. Es por ello que nos afectan las ausencias, es por eso que nos producen sentimientos como la melancolía, la tristeza. Pero son sentimientos que nos hacen falta para curar la herida que nos producen. Los psicólogos hablarían de hacer el proceso de duelo para superarlo y poder seguir viviendo sin el dolor, para incorporar el hecho a nuestra vida.
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P: ¿Qué es la ausencia? O, en otras palabras, ¿que ha querido transmitir con estos poemas?
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R: En gran parte ya lo he dicho en las respuestas anteriores. Cuando definimos un sentimiento como 'ausencia' es que detectamos una carencia que nos hace daño, es una herida sangrante. En este poemario la voz poética experimenta sus ausencias como heridas abiertas. El proceso de la escritura ayuda a analizar las razones, la escritura es en este caso una liberación, una catarsis. Hay varias maneras de abordar el hecho de la escritura y ésta puede tener objetivos diferentes: hay procesos de escritura que son sanadores, se trata más de una necesidad de quien escribe que de una intención de comunicarse a un público concreto. El caso de este poemario corresponde más a una necesidad de depuración y liberación.
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P: ¿Se atreve a definir la literatura en 140 caracteres?
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R: En menos: literatura es creación, arte con palabras, así, debe ser original y atrevida, es una aventura absoluta, todo está permitido, todo es posible.
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P: Háblenos de su obra. ¿Qué tiene publicado? ¿Está trabajando en algún libro?
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R: He publicado un libro de viajes, Mi viaje a Togo, dos novelas, Mondomwouwé y Aquellos años grises -en español-, algunos microrrelatos en coautoría-en español y en catalán-y los poemarios La herida en la palabra-en catalán-, Quadern malià / Cuaderno de Malí, bilingüe, y Álbum de Ausencias -en catalán-. Tengo escrito un poemario, Us deixo el meu llegat, per si algún dia (Oratori en XVII cants) (Os dejo mi legado por si algún día (Oratorio en XVII cantos)), que es un solo poema de principio a fin, estructurado en diecisiete cantos y que pretende ser una reflexión filosófica sobre la condición humana y la relación de el ser humano con la idea de Dios, que verá la luz en unos meses. Ahora estoy trabajando en un poemario sobre el genocidio nazi, que lleva por título Auschwitz-Birkenau, El verger dels bedolls (Auschwitz-Birkenau, El vergel de los abedules).
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P: ¿Cómo trabaja? Es decir, ¿tiene alguna metodología, manía ...?
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R: No soy consciente de tener ninguna. Sobre mi manera de trabajar hasta ahora: he experimentado en algunos momentos dos ritmos diferentes de trabajo, creo que, al menos en mi caso, vienen condicionadas por el género de que se trata: las novelas, por ejemplo, me permiten pausar la manera de trabajar, el método es más disciplinado, menos febril, más respetuoso de unos horarios. La poesía, en cambio, me posee, me obliga, me impone mucho más sus reglas, cuando estoy con una idea tengo que trabajar casi obsesivamente hasta perfilarla.
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P: ¿Qué opina de las plataformas como la nuestra, donde los lectores comparten sus lecturas? ¿Las redes sociales, llegarán a cambiar la manera de leer? ¿Y la de escribir?
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R: Estas plataformas son una herramienta muy buena de difusión y comunicación. En cuanto a la segunda parte de la pregunta, es difícil prever algo que está todavía en pleno proceso. Las redes sociales han cambiado ya la manera cotidiana de escribir, lo que no es tan claro es si han cambiado la manera de escribir literatura, al menos no de momento. Sí se han incorporado las redes sociales en la temática que trata la literatura, una temática que, en tanto que forma parte protagonista de nuestras vidas, debe acoger forzosamente también la literatura. En cuanto a los hábitos de lectura, pienso que también los ha modificado: en las redes sociales predomina la lectura transversal, rápida y superficial de los textos, lo que también se puede decir de la escritura en estas redes: predominan las abreviaturas, la falta de puntuación, las faltas de ortografía (que no son siempre ni mucho menos errores ortotipográficos), en muchos casos la falta de reflexión y de argumentación. Está claro que no estamos hablando de literatura, sino de comunicación corriente, pero Internet -en general, no sólo las redes sociales- ha hecho posible (para bien y para mal) que cualquiera se considere editor de una revista que se pretende literaria, por ejemplo, y que no pasaría la prueba más elemental de rigor de calidad literaria. No sé si esto a la larga terminará por hacer más laxa la conciencia de la corrección lingüística y la calidad literaria.
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Publicado en: Llibres per llegir (Libros para leer): http://www.llibresperllegir.cat/entrevistes/anna-rossell

15 de mayo de 2013

PRESENTACIÓ DEL POEMARI D'ANNA ROSSELL "ÀLBUM D'ABSÈNCIES"

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PRESENTACIÓ DEL POEMARI D'ANNA ROSSELL
 
ÀLBUM D'ABSÈNCIES
 
DIMARTS, 21 DE MAIG 2013
 
LLIBRERIA LAIE, Pau Clarís, 85, Barcelona
 
A càrrec del poeta: Josep Anton Soldevila
 
Hi intervindran: Noemí Trujillo (Ed. Playa de Ákaba) i l'autora



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Hi sou tots/es convidats/des
 
Gràcies per fomentar la poesia.

MUTILACIÓN COMO ESENCIA NATURAL DEL SER HUMANO

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Hermann Ungar, Los mutilados, Trad. de Ana María de la Fuente,
Siruela, Madrid, 2012, 158 págs.


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Publicada en España en español y catalán por Seix Barral y Eumo respectivamente en 1989, Los mutilados de Hermann Ungar (1893, Boskovice/Mähren-1929, Praga) recupera para el lector hispanohablante un tema universal en el espacio y en el tiempo, el de los bajos instintos del ser humano, el mundo anímico irracional e incontrolado bajo la apariencia de corrección moral y compostura del buen ciudadano burgués cumplidor de sus obligaciones ciudadanas. Los mutilados, que vio la luz en 1923, es la novela más emblemática de este autor checo de expresión alemana y ascendencia judía, que, como Kafka, sabe trasladar al mundo de la ficción los descubrimientos del psicoanálisis a través de ambientes y personajes que recuerdan muy de cerca los de su compañero de letras praguense. Como éste, de ascendencia judía, conocedor del checo y del alemán y formado en ciencias jurídicas, Ungar se dedicó sin embargo al teatro y a la literatura: algunos ensayos además de novelas y relatos: Knaben und Mörder, 1920; Die Klasse, 1930; Colberts Reise, 1930 -, de los que se han publicado en nuestro país los dos primeros: Chicos y asesinos, La clase, Nens i assassins (en Seix Barral aquéllos y en Eumo el catalán), todos en 1991.

Al igual que sucede con Kafka, la temática de Ungar es obsesivamente recurrente, y la novela que nos ocupa condensa lo más característico de su obra: el instinto destructor y autodestructor del ser humano a través del sadismo, el masoquismo y la misoginia. Ungar se complace en estudiar los deseos más inconfesables del alma humana, en sus deformaciones, lo cual le valió elogios de Thomas Mann y la reserva de Stefan Zweig, quien consideraba que su obra rozaba el límite de la depravación. En una atmósfera asfixiante, circunscrita estrictamente a la regulada vida de un personaje mediocre, psicológicamente enfermo a causa de las vivencias traumáticas de su infancia, el autor crea un mundo cerrado de siete personajes Franz Polzer, Klaus Fanta, Dora Fanta, Franz Fanta, la viuda Klara Porges, la amiga Kamilla y el enfermero Sonntag, más algunos secundarios, a partir del cual expone una curiosa teoría sobre la necesidad de revivir nuestros pecados para expiarlos. Si bien la acción transcurre en Praga, es sintomática la ausencia de paisajes o entornos abiertos; lo que interesa al autor son las relaciones interpersonales que parecen darse de modo generalizado a partir del modelo que él presenta. Todo sucede en espacios pequeños y cerrados, habitaciones donde transcurre la sofocante existencia de los personajes, que no necesitan más para nutrirse que el alimento que les da vida: su perversión. El protagonista, Franz Polzer, un empleado de banca gris y acomplejado por su origen humilde, que no soporta la más mínima alteración de sus hábitos cotidianos sin que por ello peligre su exiguo equilibrio, mantiene con su único amigo de la infancia un vínculo de dependencia mutua que constituye el eje de su razón de ser y de la narración, alrededor del cual se irá tejiendo la red de acontecimientos. Sin embargo el lenguaje de Ungar no se recrea en lo exuberante morboso, al contrario, su estilo tiende al laconismo sintáctico y a la sobriedad adjetiva, su léxico no es explícito sino calculadamente contenido. Es sospechosamente significativa la semejanza que se da en los nombres de algunos de los personajes –Porges / Polzer- y hasta el hecho de que el único niño –Franz Fanta- se llame igual que el protagonista. Narrada en tercera persona, Ungar consigue transmitir la mezcla confusa de la mente obcecada del trastornado Polzer entre momento actual y pasado infantil en un registro que a veces transgrede la frontera entre el realismo y lo onírico y que recuerda mucho a Kafka. Reveladoramente metafórico es, además del título de la novela, el hecho de que el cínico amigo de Polzer, Klaus Fanta, sufra de una enfermedad degenerativa que deriva asimismo en una progresiva amputación de sus extremidades.

Anna Rossell

(Publicado en Palabras Diversas, Nº 41, 15 mayo 2013)

LA SOLITUD INTERIOR COM A ABSÈNCIA

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Al original catalán sigue la traducción al español
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Àlbum d’Absències,
Anna Rossell
Playa de Àkaba, Barcelona, 2013, 55 pàgs.
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Per Manolo Ávila
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Reivindico el dret al silenci / per escoltar les més senzilles veus / d’aquest planeta en el que visc immersa…

Així comença a parlar un ànima que lluita contra la solitud interior i que vol aferrar-se a qualsevol estímul que converteixi les seves absències en presències. Perquè el fil conductor d'aquest poemari és l'esquinçament espiritual d’algú que en realitat no es resigna a veure el que li envolta com alguna cosa que està a l'altre costat, impermeable, com una projecció en un altre plànol.

Anna Rossell carrega la seva veu d'un ànsia que explota reclamant una proximitat que no es realitza: Les sents, com amb les boques foradades / clamen pel dret de fer real el somni? / Incorpòries, amb ànsia de cos, / busquen la teva concreció, la meva. […] / per penetrar aquell món d’intimitat serena / d’on mai no et sortiré, / perquè tu em pensis. (Desig de realitat), i ho fa amb una lírica escruixidora, manifestant-se com algú a qui no li serveix el deixar passar, l'esdevenir sense més de la vida, no, ella exigeix concreció, i l'exigeix amb majúscules, amb la impaciència de qui no es resigna a coexistir. Enyorança i frustració: Forçosament ha de vagar, / condemnat, l’espectre, / si la seva mirada / no té ulls, / si la seva besada / no troba la concreció precisa / de dos llavis / que li diguin el nom, / el seu.

Llegir aquest Àlbum d’Absències i llegir-ho furgant fins a l'últim rastre del mínim significat, intentant veure a través dels seus versos, porta al lector a extrems en els quals ha d'interrompre la lectura, tan denses i esquinçadores poden ser les seves paraules. No malgasta en la seva densitat ni una síl·laba. Tot és imprescindible, com quan diu Concretament, / exactament em sento / desplaçada, / fora del centre, / desficiada, / obscenament llançada / lluny de mi per una mà / entranyable i familiar. (Anhel de viatge)… o bé, Descobrir el tu: / percebre el jo. / És per això que descobrir-te / és veure’m. (Cosa de dos)… i també, Quins buits et cal omplir amb tanta insistència / que de neguit no vius fins no pots veure’ls plens? (Vertigen)

El joc que manté en una apel·lació directa a algú que habita en un altre plànol vital, com absent, és en realitat un reclam vehement: Quin ofec em sent l’esperit, d’un punt / al mateix punt! Quin alè de mort / m’arriba per l’esquena, mentre tu, / davant meu, inútilment, em mostres / la teva ànima! (Obsessió). Escruixidores i extremadament poètiques són les imatges que evoca la visió de la seva pròpia mort: Perdre la llum dels ulls teus, / la teva imatge meva, / la flor inútil que em respires / quan penso l’aigua, / això és morir. (La meva mort)

I malgrat tot Anna Rossell no deixa de jugar a embullar paraules i idees, una mostra de la seva capacitat per expressar-se: Descobrir el tu: / percebre el jo. / És per això que descobrir-te / és veure’m. / Dibuixar el tu: / definir el jo. / És per això que definir-te / és fer-me. (Cosa de dos), sense oblidar la profunda tendresa, elegantment sensible, de les seves estrofes d'amor, en absolut equiparables als versos buits que volen passar per amorosos: Les veus que em sento a dins / parlen de tu, / em diuen cada bri / de l’herba del teu cos / perquè m’hi ajaci. I aquests altres: Si et penso el cos, / els meus ulls dibuixen contorns de follia / nítidament certs: / els bucles dels cabells que et besen / les espatlles brunes / acompanyen la carícia del vent al teu perfil. (Dibuix a l’aire lliure)

Es pot dir molt més d'Anna Rossell, tant pel que fa a aquest Àlbum d’Absències com tota la seva producció en general, però ho deixo per a millors plomes. Només em quedo amb el regust final d'aquesta denúncia: parlen milions de morts des del ciment / des de la pedra freda i uniforme de l’horror / […] el camí de la mort és ben igual diferentment igual / prové de distints llocs aboca al mateix lloc (Berlín, Porta de Brandemburg).

© Manolo Ávila

(Publicat a: Diari Maresme: http://diarimaresme.com/2013/album-dabsencies-danna-rossell/)
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(Español)

Àlbum d’Absències,
Anna Rossell
Playa de Àkaba, Barcelona, 2013, 55 págs.
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Por Manolo Ávila

Reivindico el dret al silenci / per escoltar les més senzilles veus / d’aquest planeta en el que visc immersa…

Así comienza a hablar un alma que lucha contra una soledad interior y que quiere aferrarse a cualquier estímulo que convierta sus ausencias en presencias. Porque el hilo conductor de este poemario es el desgarro espiritual de alguien que en realidad no se resigna a ver lo que le rodea como algo que está al otro lado, impermeable, como una proyección en otro plano.

Anna Rossell carga su voz de un ansia que explota reclamando una cercanía que no se realiza: Les sents, com amb les boques foradades / clamen pel dret de fer real el somni? / Incorpòries, amb ànsia de cos, / busquen la teva concreció, la meva. […] / per penetrar aquell món d’intimitat serena / d’on mai no et sortiré, / perquè tu em pensis. (Desig de realitat) y lo hace con una lírica estremecedora, manifestándose como alguien a quien no le sirve el dejar pasar, el devenir sin más de la vida, no, ella exige concreción, y la exige con mayúsculas, con la impaciencia de quien no se resigna a coexistir. Añoranza y frustración: Forçosament ha de vagar, / condemnat, l’espectre, / si la seva mirada / no té ulls, / si la seva besada / no troba la concreció precisa / de dos llavis / que li diguin el nom, / el seu.

Leer este Àlbum d’Absències y leerlo hurgando hasta el último rastro del mínimo significado, intentando ver a través de sus versos, lleva al lector a extremos en los que ha de interrumpir la lectura, tan densas y desgarradoras pueden ser sus palabras. No desperdicia en su densidad ni una sílaba. Todo es imprescindible, como cuando dice Concretament, / exactament em sento / desplaçada, / fora del centre, / desficiada, / obscenament llançada / lluny de mi per una mà / entranyable i familiar. (Anhel de viatge)… o bien, Descobrir el tu: / percebre el jo. / És per això que descobrir-te / és veure’m. (Cosa de dos)… y también, Quins buits et cal omplir amb tanta insistència / que de neguit no vius fins no pots veure’ls plens? (Vertigen).

El juego que mantiene en una apelación directa a alguien que habita en otro plano vital, como ausente, es en realidad una reclamo vehemente: Quin ofec em sent l’esperit, d’un punt / al mateix punt! Quin alè de mort / m’arriba per l’esquena, mentre tu, / davant meu, inútilment, em mostres / la teva ànima! (Obsessió) Estremecedoras y extremadamente poéticas son las imágenes que evoca la visión de su propia muerte: Perdre la llum dels ulls teus, / la teva imatge meva, / la flor inútil que em respires / quan penso l’aigua, / això és morir. (La meva mort)

Y a pesar de todo Anna Rossell no deja de jugar a enredar palabras e ideas, una muestra de su capacidad para expresarse: Descobrir el tu: / percebre el jo. / És per això que descobrir-te / és veure’m. / Dibuixar el tu: / definir el jo. / És per això que definir-te / és fer-me. (Cosa de dos) Sin olvidar la profunda ternura, elegantemente sensible, de sus estrofas de amor, en absoluto equiparables a los versos vacíos que quieren pasar por amorosos: Les veus que em sento a dins / parlen de tu, / em diuen cada bri / de l’herba del teu cos / perquè m’hi ajaci. Y estos otros: Si et penso el cos, / els meus ulls dibuixen contorns de follia / nítidament certs: / els bucles dels cabells que et besen / les espatlles brunes / acompanyen la carícia del vent al teu perfil. (Dibuix a l’aire lliure)

Se puede decir mucho más de Anna Rossell, tanto en lo que se refiere a este Àlbum d’Absències como a toda su producción en general, pero lo dejo para mejores plumas. Sólo me quedo con el regusto final de esta denuncia: parlen milions de morts des del ciment / des de la pedra freda i uniforme de l’horror / […] el camí de la mort és ben igual diferentment igual / prové de distints llocs aboca al mateix lloc (Berlín, Porta de Brandemburg).

© Manolo Ávila

Publicado en: http://diariopoliticoyliterario.blogspot.com.es/2013/05/album-dabsencies-de-anna-rossell.html#links

12 de mayo de 2013

REINVENTAR-HO TOT / REINVENTARLO TODO

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Català (sigue su traducción al español)
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Jordi Jané-Lligé, Del jardí botànic i altres balades
Emboscall, Tordera, 2011, 93 pàgs.

por Anna Rossell

Peculiar i original aquest llibre d’en Jordi Jané-Lligé, que segueix la mateixa pauta d’escriptura personalíssima a què ens té acostumats. També aquesta és una obra difícilment classificable. A l’autor li agrada sorprendre els lectors donant-nos expectatives que no s’acompleixen, anomena balades textos que difícilment s’avenen amb les definicions tradicionals del terme, en replanteja la definició. Els seus escrits no encaixen amb la concepció que tenim de la poesia i, malgrat tot, ho són essencialment. Però la singularitat de Jané-Lligé no s’esgota en allò formal, ben al contrari, si la forma ens resulta sorprenent, molt més el contingut, que es resisteix més encara a qualsevol descripció.

Com insinua el títol, el llibre està dividit en dues parts: la primera, que enceta La Balada del Jardí Botànic, i la segona –més extensa-, que l’autor dedica al personatge més present, La Mosca, el qual resideix a Copons Street –Balada de La Mosca i Copons Street-, d’ambientació inspirada en el carrer Copons de Barcelona. Per bé que ambdues parts estan clarament diferenciades hi ha connexions entre elles. Com si ens volgués donar una clau d’orientació per al recorregut de la lectura, la veu poètica ens diu de bell antuvi que Dels espais urbans protagonitzats per la vida vegetal, / sempre he sentit especial atracció pel Jardí Botànic. Lliurat / a si mateix, en estat de perpètua reflexió i auto- / contemplació, el Jardí Botànic és un mirall ideal per a / l’autoconeixement. (La Balada del Jardí Botànic). Així el jardí botànic se’ns presenta com a metàfora de la diversitat de la vida, no només vegetal, que serveix al subjecte poètic i, amb ell, als lectors, per a la reflexió i l’autoconeixement. El fil conductor de tot aquest llibre de balades és sens dubte aquest, la capacitat de la veu poètica per posar-se en el lloc de l’ALTRE, de l’altre ésser viu –planta o animal-, doncs tot sovint la veu es desdobla en dos subjectes en un exercici de veure i conèixer des de la perspectiva de l’altre: Sóc orquídia. // [...].// Si m’escabello al vent. Si el vent em despulla.// Sóc cactus. // Sóc baobab. [...] (La Balada del Jardí Botànic), o bé: [...] Algú crida el seu nom enmig del carrer: ¡Mosca! Algú crida / el meu nom enmig del carrer: ¡Mosca! Ben fort, Eixordant- / me: ¡Mosca! [...] (Final de la Mosca), o encara: La puça, mentre saltava inexorablement, es preguntava: / ¿Per què tu, que em mires, no saltes? (Balada de la puça). Hi ha però alguna altra connexió entre ambdues parts: és l’experiència de la veu poètica d’estades a diferents parts del món, que esdevenen, a través de l’evocació emocional i la reflexió derivada, una sola i única experiència: així es succeeixen ambients de Nova York amb estades a Gàmbia o a Barcelona, atmosferes que, sent diferents, no estan del tot diferenciades perquè es fonen en l’estat anímic del cantador de balades, que en un moment de nostàlgia evoca sempre la mateixa melodia trista, simptomàticament en anglès, com a signe d’allò que esdevé un sentiment fos en el gresol d’una ànima: I will be remembering the shadow of your smile. (Balada del ‘mercadillo’, La comptadora de bitllets d’un dòlar, El casalot de La Mosca), anglès que, com a símptoma, esquitxa el llibre des del principi a la fi - Copons Street, La fabricadora d’essències (The Nose), La Balada dels LOST BOYS-.
Aquesta escenografia serveix al subjecte poètic per a l’experimentació i l’autoconeixement: experimentació formal i temàtica, autoconeixement a través d’un món fantasiós il·limitat, com és il·limitat el nivell de desig d’experimentació vital de la veu poètica: [...] L’experimentació amb el meu cos m’acosta a la sensació de desintegració / en l’absolut. [...]. La vida radical = l’experimentació radical No hi ha res que ens aturi. Ho hem de provar tot. La vida és l’experiment més gran que / mai hagi existit. (La Balada dels LOST BOYS). Aquest punt de partida contundent pressuposa l’acceptació que entrar en el món de les balades de Jané-Lligé equival a una aventura també radical on la convenció és absolutament absent, és el cosmos paral·lel  que es crea el subjecte poètic a mida per alliberar-se de les imposicions de la realitat quotidiana: Desacostumat com estic a l’absència de filtres / civilitzatoris, abaixo els ulls cap a terra. / Nego la visió. (Del dolor), l’únic que li dóna la llibertat d’expressar-se i d’aprendre sense lligams ni impediments.

Però el llenguatge que gasta l’autor no és complex; els registres de Jané-Lligé traspuen sempre, això sí, una matisada sensibilitat que, a força d’imatges, no necessita sintaxi per transmetre la sensació immediata, del moment: Obrir una magrana. Obrir un meló. Obrir una figa. / Els límits del cos, els límits de la pell. Aquest voler / estendre la pell fins que ho abraci tot. (Balada de la Segona Avinguda). Qualsevol ambient li serveix de matèria poètica, tant la visió del paisatge tempestuós d’una illa (Densitat atmosfèrica) com el temps d’espera en una pizzeria, que li és un impuls reflexiu, excusa per a manifestar la interioritat: El moment és a-presencial. Poètic. / Un dels cuiners toca la campaneta. // [...] L’atmosfera . / Convida a quedar-s’hi, a perdre’s en pensaments. (Pizzeria). Sovint és la contemplació d’escenes el que mou la veu poètica a l’escriptura, llavors el registre és essencialment descriptiu, concís, sobri, enumeratiu, fotogràfic, directe, l’observador evita conscientment la interpretació, malgrat deixa sempre la seva empremta sensible en allò que hi fa constar: Les clavegueres obertes de Bakau. Els carrers enfangats / de Barra. Una truja que dorm enmig d’un bassal. Un / baobab centenari que talla la línia horitzontal del paisatge / mariner. [...]. L’olor de mar. La gent negra. El verd del riu, del / cel, del mar. (Amadou a la carretera costanera de Gàmbia). És quan l’objecte d’observació és el propi subjecte poètic que el discurs es fa més filosòfic: l’actitud passiva davant el televisor li serveix per meditar sobre el temps, sobre el tedi: Com el temps vist des de lluny, aliè a un mateix, sense / experimentar-lo directament. / Havent-me separat del temps. (Balada del temps davant el televisor), o sobre la paradoxal percepció del temps, que no es deixa encabir en paraules tradicionals i que obliga al subjecte poètic a la innovació lingüística: Amb la veritat televisiva de rerefons / intento refer el meu passat / fent un esforç d’esquizofrènia titànic, / abandonant el tedi / que em té paralitzat. // Intento definir momentanoinfinitament / les nostres vides. [...]. // ¿és plausible una poesia / que aspiri a la reconstrucció del passat, / a la fixació verbal del temps? (Caràcter momentanoinfinit de la vida).

Sense canviar el registre lingüístic la veu poètica ens introdueix a la segona part del llibre de la mà del seu gran protagonista: La Mosca, personatge, però, masculí, que observa el paisatge des de l’altura del seu vol. (La Mosca). El reialme de La Mosca és Copons Street i la seva prolongació, el barri del casc antic de Barcelona, transmutat en l’imaginari del subjecte poètic en un elenc de personatges que burlen les lleis de l’espai i sobre tot del temps, perquè els habitants de Copons Street són multitemporals, l’univers és atemporal: Els habitants de Copons Street entrant de ple en l’enigma del / temps, abandonant la seva condició humana. (Copons Street, el dia de la mort de La Mosca).
Així per aquest escenari d’inspiració barcelonina hi desfilen figures que semblen sortides de les pàgines d’una novel·la de Dickens, com l’anciana entranyable de qui la veu poètica enyora la veu estalviada un dia: Avui no has / omplert el carrer amb la teva  veu plena de llum, plena de / nostàlgia (La comptadora de bitllets d’un dolar), els nens que poblen eternament els carrers del barri i són testimonis del pas del temps: Només ells saben veure les / antigues pedres que s’amaguen sota les noves. [...] (Els infants recordadors), o els que, tornant de la platja, passen hores fent tombarelles, saltant des dels espigons a l’aigua, / perseguint-se per la sorra (Els nens saltimbanquis), o, en contrast amb aquests, aquells que Es miren les sabates, es miren els / pantalons. Tot net, tot endreçat (Els nois silenciosos), La veïna que té dents i demà no en té, La fabricadora d’essències, La guardiana miop de Copons Street, La família noucentista, El trucador d’amics, El corredor de fons de Copons Street, són els herois i heroïnes humans que, juntament amb les animals: les paneroles, les rates, la Madame Crisàlide, els gossos i els coloms, poblen l’univers imaginari i grotesc d’aquest carrer del barri vell de Barcelona, reinventat. Elles són, com diu la veu poètica, les figures llegendàries de Copons Street reunides (El casalot de la Mosca). I, enmig de totes, l’home gris, el subjecte poètic, que surt de si mateix i es troba a si mateix, i que, semblantment al personatge Eduard Raban, del conte de Kafka Preparatius de noces al camp, que afirma que no necessito desplaçar-me jo mateix al camp. Hi enviaré el meu cos vestit, també l’home gris afirma: Surto de casa, però m’ho repenso i em quedo aturat al / llindar de  la porta. La porta queda oberta de bat a bat i jo / em quedo aturat dubtant. De cop, del meu interior, com / desdoblant-me, surt l’home gris de l’abric fosc i es posa a / caminar amb decisió pel replà, baixa les escales amb el / cap cot. L’home gris de l’abric fosc se’n va sense dir adéu. (La balada de l’home gris).

I com que Jané-Lligé no ha parat de sorprendre els seus lectors, sabem (i esperem) que el pròxim llibre ens tornarà a sorprendre.

© Anna Rossell 
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REINVENTARLO TODO

(Español)

Jordi Jané-Lligé, Del jardí botànic i altres balades (Del jardín botánico y otras baladas)*
Emboscall, Tordera, 2011, 93 págs.

Peculiar y original este libro de Jordi Jané-Lligé, que sigue la misma pauta de escritura personalísima a que nos tiene acostumbrados. También ésta es una obra difícilmente clasificable. Al autor le gusta sorprender a los lectores dándonos expectativas que no se cumplen, llama baladas a textos que difícilmente se avienen con las definiciones tradicionales del término, replantea la definición. Sus escritos no encajan con la concepción que tenemos de la poesía y, a pesar de todo, lo son en lo esencial. Pero la singularidad de Jané-Lligé no se agota en lo formal, por el contrario, si la forma nos resulta sorprendente, mucho más el contenido, que se resiste más aún a cualquier descripción.

Como insinúa el título, el libro está dividido en dos partes: la primera, que inicia La Balada del Jardín Botánico, y la segunda -más extensa-, que el autor dedica al personaje más presente, La Mosca, que reside en Copons Street -Balada de La Mosca y Copons Street-, de ambientación inspirada en la calle Copons de Barcelona. Si bien ambas partes están claramente diferenciadas, hay conexiones entre ellas. Como si nos quisiera dar una clave de orientación para el recorrido de la lectura, la voz poética nos anuncia que De los espacios urbanos protagonizados por la vida vegetal, / siempre he sentido especial atracción por el Jardín Botánico. Entregado / a sí mismo, en estado de perpetua reflexión y auto-/ contemplación, el Jardín Botánico es un espejo ideal para / el autoconocimiento. (La Balada del Jardín Botánico). Así el jardín botánico se nos presenta como metáfora de la diversidad de la vida, no sólo vegetal, que sirve al sujeto poético y, con él, a los lectores, para la reflexión y el autoconocimiento. El hilo conductor de todo este libro de baladas es sin duda éste, la capacidad de la voz poética para ponerse en el lugar del OTRO, del otro ser vivo -planta o animal-, pues a menudo la voz se desdobla en dos sujetos en un ejercicio de ver y conocer desde la perspectiva del otro: Soy orquídea. / / [...]. / / Si me despeino al viento. Si el viento me desnuda. / / Soy cactus. / / Soy baobab. [...] (La Balada del Jardín Botánico), o bien: Alguien grita su nombre en medio de la calle: ¡Mosca! Alguien llama / mi nombre en medio de la calle: ¡Mosca! Bien fuerte, ensordece-/ me: ¡Mosca! [...] (Final de la Mosca), o: La pulga, mientras saltaba inexorablemente, se preguntaba: / ¿Por qué tú, que me miras, no saltas? (Balada de la pulga). Aunque existe alguna otra conexión entre ambas partes: es la experiencia de la voz poética de estancias en diferentes partes del mundo, que se convierten, a través de la evocación emocional y de la reflexión derivada, en una sola y única experiencia: así se suceden ambientes de Nueva York con estancias en Gambia o en Barcelona, atmósferas que, siendo diferentes, no están del todo diferenciadas pues se funden en el estado anímico del cantador de baladas, que en un momento de nostalgia evoca siempre la misma melodía triste, sintomáticamente en inglés, como signo de lo que se convierte en un sentimiento fundido en el crisol de un alma: I will be remembering the shadow of your smile. (Balada del 'mercadillo', La contadora de billetes de un dólar, El caserón de La Mosca), inglés que, como síntoma, salpica el libro desde el principio al fin - Copons Street, La fabricante de esencias (The Nose), La Balada de los LOST BOYS-.
Esta escenografía sirve al sujeto poético para la experimentación y el autoconocimiento: experimentación formal y temática, autoconocimiento a través de un mundo fantasioso ilimitado, como es ilimitado el nivel de deseo de experimentación vital de la voz poética: La experimentación con mi cuerpo me acerca a la sensación de desintegración / en lo absoluto. [...]. La vida radical = la experimentación radical No hay nada que nos detenga. Lo tenemos que probar todo. La vida es el experimento más grande que / nunca haya existido. (La Balada de los LOST BOYS). Este punto de partida contundente presupone la aceptación de que entrar en el mundo de las baladas de Jané-Lligé equivale a una aventura también radical donde la convención está absolutamente ausente, es el cosmos paralelo que se crea el sujeto poético a medida para liberarse de las imposiciones de la realidad cotidiana: desacostumbrado como estoy a la ausencia de filtros / civilizatorios, bajo la mirada hacia el suelo. / Niego la visión. (Del dolor), el único que le da la libertad de expresarse y de aprender sin ataduras ni impedimentos.

Pero el lenguaje que gasta el autor no es complejo, los registros de Jané-Lligé rezuman siempre, eso sí, una matizada sensibilidad que, a fuerza de imágenes, no necesita sintaxis para transmitir la sensación inmediata, del momento: Abrir una granada . Abrir un melón. Abrir un higo. / Los límites del cuerpo, los límites de la piel. Este querer / extender la piel hasta que lo abrace todo. (Balada de la Segunda Avenida). Cualquier ambiente le sirve de materia poética, tanto la visión del paisaje tormentoso de una isla (Densidad atmosférica) como el tiempo de espera en una pizzería, que le sirve de impulso reflexivo, excusa para manifestar la interioridad: El momento es a-presencial. Poético. / Uno de los cocineros toca la campanilla. / / [...] La atmósfera. / Invita a quedarse, a perderse en pensamientos. (Pizzeria). A menudo es la contemplación de escenas lo que mueve la voz poética a la escritura, entonces el registro es esencialmente descriptivo, conciso, sobrio, enumerativo, fotográfico, directo, el observador evita conscientemente la interpretación, si bien deja siempre su huella sensible en lo que hace constar: Las cloacas abiertas de Bakau. Las calles embarradas / de Barra. Una cerda que duerme en medio de un charco. Un / baobab centenario que corta la línea horizontal del paisaje / marinero. [...]. El olor de mar. La gente negra. El verde del río, del / cielo, del mar. (Amadou en la carretera costera de Gambia). Sólo cuando el objeto de observación es el propio sujeto poético el discurso se hace más filosófico: la actitud pasiva frente al televisor le sirve para meditar sobre el tiempo, sobre el tedio: Como el tiempo visto desde lejos, ajeno a uno mismo, sin / experimentarlo directamente. / Habiéndome separado del tiempo. (Balada del tiempo frente al televisor), o sobre la paradójica percepción del tiempo, que se resiste a las palabras tradicionales y obliga al sujeto poético a la innovación lingüística: Con la verdad televisiva de trasfondo / intento rehacer mi pasado / haciendo un esfuerzo de esquizofrenia titánico, / abandonando el tedio / que me tiene paralizado. / / Intento definir momentanoinfinitamente / nuestras vidas. [...]. / / ¿Es plausible una poesía / que aspire a la reconstrucción del pasado, / la fijación verbal del tiempo? (Carácter momentanoinfinito de la vida).

Sin cambiar el registro lingüístico la voz poética nos introduce en la segunda parte del libro de la mano de su gran protagonista: La Mosca, personaje, sin embargo, masculino, que observa el paisaje desde la altura de su vuelo. (La Mosca). El reino de La Mosca es Copons Street y su prolongación, el barrio del casco antiguo de Barcelona, trasmutado en el imaginario del sujeto poético en un elenco de personajes que burlan las leyes del espacio y sobre todo del tiempo, porque los habitantes de Copons Street son multitemporales, el universo es atemporal: Los habitantes de Copons Street entrando de lleno en el enigma del / tiempo, abandonando su condición humana. (Copons Street, el día de la muerte de La Mosca).
Así por este escenario de inspiración barcelonesa desfilan figuras que parecen salidas de las páginas de una novela de Dickens, como la anciana entrañable cuya voz añora el sujeto poético el día en que se ausenta: Hoy no has / llenado la calle con tu voz llena de luz, llena de / nostalgia (La contadora de billetes de un dólar), los niños que pueblan eternamente las calles del barrio y son testigos del paso del tiempo: Sólo ellos saben ver las / antiguas piedras que se esconden bajo las nuevas. [...] (Los niños recordatorios), o los que, volviendo de la playa, pasan horas haciendo volteretas, saltando desde los espigones en el agua, / persiguiéndose por la arena (Los niños saltimbanquis), o, en contraste con estos, aquellos que se miran los zapatos, se miran los / pantalones. Todo limpio, todo ordenado (Los chicos silenciosos), La vecina que tiene dientes y mañana no tiene, La fabricante de esencias, La guardiana miope de Copons Street, La familia decimonónica, El llamador de amigos, El corredor de fondo de Copons Street, son los héroes y heroínas humanos habitantes del barrio, que, junto con los animales: las cucarachas, las ratas, Madame Crisalide, los perros y las palomas, pueblan el universo imaginario y grotesco de esta calle del casco antiguo de Barcelona, reinventado. Ellas son, como dice la voz poética, las figuras legendarias de Copons Street reunidas (El caserón de la Mosca). Y, en medio de todas, el hombre gris -el sujeto poético-, que sale de sí mismo y se encuentra a sí mismo, y que, de modo similar al personaje Eduard Raban, del cuento de Kafka Preparativos de boda en el campo, quien afirma que no necesito desplazarme yo mismo al campo. Enviaré mi cuerpo vestido, también el hombre gris afirma: Salgo de casa, pero titubeo y me quedo parado en el / umbral de la puerta. La puerta queda abierta de par en par y yo / me quedo parado dudando. De repente, de mi interior, como / desdoblándome, sale el hombre gris del abrigo oscuro y se pone a / caminar con decisión por el rellano, baja las escaleras con la / cabeza gacha. El hombre gris del abrigo oscuro se va sin decir adiós. (La balada del hombre gris).

Y puesto que Jané-Lligé no para de sorprender a sus lectores, sabemos (y esperamos) que el próximo libro volverá a sorprendernos.

© Anna Rossell
(Publicado en: “Pluma y Tintero” – Nº 23 – ABRIL-MAYO - 2014, pp. 57-59 http://revistaliterariaplumaytintero.blogspot.com.es/

* El libro se ha publicado en el original catalán; las traducciones del título y de las citas son mías (Nota de la autora)