11 de febrero de 2009

Ilustraciones de Pilar Millán, del libro "Mi viaje a Togo", de Anna Rossell









Bagá, festejos en conmemoración de la muerte del padre del obispo católico

















Viaje de Lomé a Kara
















Mujer sentada


Tela recién teñida secándose al sol


Pepe con el arquitecto del Centro Dongoyo y alumnos de su Formación Profesional


















Guillermo entrega su diploma de estudios a un licenciado





















Paco y Manolo





















Xec y uno de sus hijos






















Paco y Anna















Mujer a la orilla del río






Paisaje desde el avión






Playa de Lomé




Lomé con hotel al fondo









Hombre caminando






Telas y mermeladas, regalo de Françoise








Camino del mercado

















Madre e hija haciendo la colada





Marie y Anna










Baobab






Koffi, en la cocina de la Comunidad









De camino








Ollas con agua








Pueblecito al norte de Kara






Pequeño pueblo al norte de Kara







Regresando del río












Mercado Grande de Lomé







Negociando el precio del trayecto









Charlando

Mi libro "Mi viaje a Togo", fruto del viaje realizado en abril del 2004

Contraportada del libro "Mi viaje a Togo"
Sobrecubierta del libro

Con amigos africanos


Fotos de abril del 2004. En Kara (Norte de Togo, África occidental):
El Avililla con Marie, en el "Patio Español" de Kara
Marie y Anna: Aprendiendo español





Marie y Anna en el "Patio Español" de Kara.
Vamos a considerar un "pecadillo", aunque perdonable, la expresión que utilizan los alemanes para referirse a algo que les resulta tan extraño como el garaje al pulpo. Tienen la expresión:

Das kommt mir spanisch vor

que, traducido literalmente, significa:
Esto me parece español (o me suena a español)

Claro que cada uno peca con quien le viene en gusto, porque ¿no decimos nosotros:

Esto me suena a chino?

Aunque no cabe duda de que lo nuestro tiene más perdón, porque no cabe duda de que China está más lejos.

BertolT Brecht, con "t" en el nombre de pila

Otro pecadillo, esta vez sólo de los hispanohablantes, consiste en escribir mal el nombre de pila de Brecht. Escriben BertolD, en lugar de BertolT, que es lo correcto.

Corríjanse los pecadores, porfa.

Un poema que muchos creen de Brecht, y que no lo es

Hay un poema, bastante conocido entre los aficionados a las letras -tanto españoles como alemanes-, que a menudo se atribuye a Bertolt Brecht y que no es suyo. La confusión es comprensible, porque la poesía tiene mucho de brechtiana, pero al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Y nunca mejor dicho, porque su autor es un pastor protestante antinazi, Martin Niemöller (1892-1984), que sufrió persecución y encarcelamiento por Hitler del 1937 al 1945.

Éste es el poema en alemán:

Als die Nazis die Kommunisten holten, habe ich geschwiegen;Ich war ja kein Kommunist.
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Sozialdemokrat. Als sie die Gewerkschafter holten, habe ich geschwiegen; ich war ja kein Gewerkschafter.
Als sie die Juden holten, habe ich geschwiegen, ich war ja kein Jude.
Als sie mich holten, gab es keinen mehr, der protestieren konnte


Traducción al español (de Anna Rossell):

Cuando los nazis fueron en busca de los comunistas, callé; yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, callé; no era socialdemócrata.
Cuando fueron en busca de los sindicalistas, callé; yo no era sindicalista.
Cuando fueron en busca de los judíos, callé; yo no era judío
Cuando fueron a por mí ya no quedaba nadie que pudiera protestar por ello.

CÓMO ADQUIRIR MIS LIBROS

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CÓMO ADQUIRIR MIS LIBROS
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1) Librería Altaïr, de BARCELONA: Gran Vía de les Corts Catalanes, 616 (entre C./ Balmes y Rbla. de Cataluña), 08007 Barcelona, Tel. (34) 933427171, Fax (34) 933427178, Horario de lunes a sábado: 10:00 - 20:30 h, Correo-e: http://www.altair.es/.
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2) Librería Laie, de BARCELONA, C./ Pau Clarís, 85, Tel. 933181739
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3) Librería Library (Lili), de EL MASNOU (BARCELONA)
(pasaje delante del quiosco de prensa, ante la estación de Ocata)
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4) Librería Altaïr, de MADRID:
C./ Gaztambide, 31 (entre C./ Alberto Aguilera y Princesa), 28015 Madrid, Tel. 915435300, Fax 915443498, Correo-e: altair.m@altair.es
Horario de lunes a viernes: 10:00-14:00 h i 16:30-20:30 h, sábado: 10:30-14-30 h
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5) Librería Primado, de VALENCIA,
Avda. Primado Reig, 102, Tel. 963616064 (Miguel Morata)
Correo-e: libreriaprimado@hotmail.com
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6) Librería Céfiro, de SEVILLA, C./ Virgen de los Buenos Libros, 1, 41002 SEVILLA, Tel. y Fax: 954 215 883, Correo-e: cefiro@cefiro-libros.com (Luis)
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7) Librería La Fuga, de SEVILLA, C./ Conde de Torrejón, 4 (al final de la C./ Amor de Dios), Alameda de Hércules, 41003 SEVILLA, Tel.: 954 382 340, Correo-e: lafuga@nodo50.org (Luis)
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8) Editorial ACEN, de CASTELLÓN:
www.acencs.org
Correo-E: info@acencs.org
Tel.: 662606550
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9) Librería Argot, de CASTELLÓN, C./ San Vicente, 16, 12002 Castelló de la Plana,
Tel.: 964 250 498, Fax: 964 240 368, Correo-e: argot@argot.es
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10) Envía un correo a la dirección annarossell@masnou.jazztel.es con tu nombre y tu domicilio postal. Lo recibirás en tu casa, previo el pago de su precio (más los correspondientes gastos de envío -España-) al número de cuenta:

Titular: Anna Rossell
Cuenta nº: 2100 1341 24 0200171951
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LISTA DE PRECIOS:

Mi viaje a Togo (Libro de viajes) 18,50 Euros

La ferida en la paraula (poemario) 12 Euros

Mondomwouwé (novela) 12 Euros

Quadern malià / Cuaderno de Malí (poemario) 12 Euros

Aquellos años grises (España 1951-1975) (novela) 14 Euros

La ilustración y el romanticismo como épocas literarias en contextos europeos está descatalogado. Si os interessa adquirirlo, poneros en contacto con Bernd Springer: bernd.springer@uab.cat

Para consultas Tel.: 647730405

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19 de enero de 2009

Perfil: Adalbert Stifter, pintor de modelos de noble humanidad

PERFIL
Adalbert Stifter, pintor de modelos de noble humanidad


ANNA ROSSELL

Rendir culto a lo pequeño (“Andacht zum Kleinen”), éste fue el ideal estético de Adalbert Stifter (Oberplan –Bohemia-, 1805 – Linz –Austria-, 1868), cuyas obras, precisamente por ello, no alcanzaron pleno reconocimiento hasta después de la Primera Guerra Mundial. Las consecuencias del Congreso de Viena -la constitución de Alemania en nuevos Estados y la configuración de Austria como potencia continental a partir de 1815- tuvieron su repercusión en el arte y la literatura, cuyos representantes –agotados ya los idearios del clasicismo y del romanticismo y guiados por interpretaciones opuestas de la filosofía hegeliana- adoptaron posiciones radicalmente contrarias ante el ambiente prerrevolucionario de 1848. Frente a la toma de partido político progresista de la Joven Alemania, que se sentía atraída por los centros urbanos, los autores de la burguesía conservadora de la época, que la historia de la literatura conoce como Biedermeier, prefirieron la soledad de la vida retirada en el campo, un aislamiento buscado tras el cansancio y el desencanto por los fracasados intentos de liberalizar el régimen absolutista. Sin que mediara ninguna voluntad programática entre ellos, los autores Biedermeier creyeron poder conciliar lo reaccionario con lo revolucionario, reconocieron el alejamiento de la realidad del idealismo romántico sin abjurar de él y buscaron la armonía en la síntesis, un camino a media distancia entre ambos extremos, tarea imposible que les condujo pronto a la renuncia, el pesimismo y la resignación ante el destino. Ello cristalizó en torno a los valores de la religión, el Estado, la patria chica y la familia y dio como producto una literatura ensalzadora de lo tradicional, de raigambre localista, que impidió su divulgación más allá de sus fronteras lingüísticas, contrariamente a lo que sucedía en esta misma época en Francia o Gran Bretaña, que practicaban una literatura de cuño universal. Por ello nombres como Annette von Droste-Hülshoff, Franz Grillparzer, Karl Immermann, Nikolaus Lenau, Eduard Mörike, Ferdinand Raimund o Adalbert Stifter, por nombrar sólo los más destacados, no han trascendido apenas fuera del ámbito de conocimiento de los especialistas. Por ello llama la atención la coincidencia ahora de la publicación de cuatro obras de Adalbert Stifter, el que probablemente llegó a ser el prosista Biedermeier más destacado, por parte de cuatro editoriales distintas: Abdías (Editorial Nórdica), Brigitta (Bienza), El sendero en el bosque (Impedimenta) y Verano tardío (Pre-textos).
Stifter, hijo de un tejedor y comerciante de lino, criado en los bosques de bohemia, para quien el arte consistía en “trabajar en lo que este mundo tiene de celestial”, fue heredero de la religiosidad católica burguesa y de los ideales humanistas y estéticos de Goethe. A su escritura preciosista, que rendía culto a la vida honrada y sencilla del humilde creyente que encuentra la paz interior en una recta conducta moral sin pasiones ni ambiciones al servicio de la pequeña comunidad, se le reprochó con razón la idealización del mundo rural hasta la afectación, pero precisamente esta devoción suya por los paisajes naturales y las situaciones idílicas constituye al propio tiempo el punto débil y el fuerte de su literatura. Su capacidad de observación y el cuidado de lo nimio dieron a su pluma la agilidad del pincel. Stifter, pedagogo, pintor y autor literario, se consideraba a sí mismo antes pintor que escritor y son sin duda sus descripciones del paisaje lo más logrado de su literatura. El escritor austríaco pinta con maestría bosques, montañas, lagos, ríos, valles y campos, penetra en los ambientes y consigue sincronizar las percepciones sensoriales, de modo que el olfato y el oído acompañan al lector en la visualización de cuadros, que le retrotraen a las pinturas del romanticismo de Caspar David Friedrich o le anticipan estilos posteriores, como los de Max Ernst o Arnold Böcklin, que se inspiró indudablemente en un pasaje de la narración El solterón para componer su obra más conocida La isla de la muerte (1886). Los textos de Stifter nacen animados de un espíritu moralizador, edificante, a partir de vidas que pretenden ser modélicas, rezuman melancolía del pasado y adoptan a menudo la forma de cuentos, narraciones de otro tiempo o recuerdos de la infancia. Sus primeras narraciones, algunas con reminiscencias románticas al estilo de Jean Paul, que vieron la luz de modo aislado en revistas y publicaciones periódicas y editadas más tarde bajo la denominación de “estudios” en seis volúmenes (1844-1850), reflejan ya su concepción humanística del hombre y de la naturaleza. Sus dos grandes novelas, Witiko (1865-1867) y Verano tardío (1857), son claro testimonio de su propósito moldeador de la conciencia individual. La primera, ubicada en la Bohemia del siglo XII, es una aportación importante al desarrollo de la novela histórica en lengua alemana, influida por Walter Scott, y se propone la educación de toda una colectividad en el sentido de la filosofía de la historia de Herder, la idea de que cada pueblo constituye una manifestación del plan divino y que su desarrollo sólo puede ser entendido en su pleno sentido en la medida en que se capte su "espíritu". La segunda, una novela de formación al estilo del Wilhelm Meister de Goethe, en la que el joven protagonista, hijo de un comerciante, va adquiriendo paso a paso las virtudes cristianas necesarias para llegar a ser un hombre de bien. Imbuido de espiritualidad intimista, Stifter sintetiza los principios fundamentales que han de orientar la conducta del ser humano en lo que él llama la “dulce ley” (“das sanfte Gesetz”, como aclara en la introducción a su antología Piedras de colores), que él anima a buscar en las manifestaciones de la naturaleza paisajística y humana, para conseguir el idilio de equilibrio y armonía en que se manifiesta la divinidad. La publicación ahora de estos cuatro libros, que abarcan un amplio espectro cronológico de la obra creativa de este autor –de 1842 a 1857- nos ofrece la posibilidad de conocer este período de la literatura de expresión alemana a partir de uno de sus exponentes más representativos.

(En: La Vanguardia / Culturas, núm. 343, 14 de enero 2009)

1 de septiembre de 2008

Cecilia Dreymüller, Incisiones. Panorama crítico de la narrativa en lengua alemana desde 1945

LETRAS ALEMANAS DESDE LA POSGUERRA

Cecilia Dreymüller,
INCISIONES
PANORAMA CRÍTICO DE LA NARRATIVA EN LENGUA ALEMANA DESDE 1945

Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2008, 392 págs.

Anna Rossell

No es tarea fácil la que se propone Cecilia Dreymüller (1962, Nohn, Eifel, Alemania) con este ensayo, que, como reza el subtítulo, quiere ofrecer al lector hispano un panorama crítico de la narrativa en lengua alemana desde 1945. Presentar una visión de sesenta años de producción literaria sin caer en la soporífera e inútil enumeración etiquetada, de la que pecan a menudo este tipo de libros, ya es mérito suficiente. Pero Incisiones no sólo no se deja llevar por esta tendencia, sino que logra mantener hasta el final el interés de un texto que se lee con inusual placer.
En tres grandes apartados, que subrayan los momentos más significativos de esta literatura, “Ninguna hora cero”, “La repercusión del 68” y “La caída del muro”, Dreymüller nos ofrece una selección de autores y obras altamente depurada, que en sí misma supone ya un virtuoso ejercicio de equilibrio y objetividad y que osa romper “la reverencia académica”. En este amplio recorrido la autora se plantea cuestiones fundamentales y busca las respuestas escrutando las trayectorias creativas de los narradores: estudia con mirada crítica y revisionista a autores consagrados, reflexiona sobre la influencia de la historia y la política en la recepción de algunos y se pregunta por el papel que jugó el Grupo 47 en el ostracismo de autores no afines a él. Ajena a modas y clamorosos éxitos, Dreymüller dibuja el paisaje de las buenas letras alemanas con trazo decidido y minucioso. Más allá de los más grandes, que figuran en el índice y que Dreymüller trata con mayor detenimiento, la autora se sirve de los subcapítulos -cuyos epígrafes, sopesadamente definitorios, reflejan el constante diálogo con la historia que caracteriza a esta literatura- para hacer la oportuna introducción a cada uno de los momentos significativos de una cesura, al tiempo que aprovecha para presentar la correspondiente pléyade de escritores notables que no puede tratar tan extensamente, sin dejar por ello de hacerlo a conciencia. Dreymüller, hispanista de formación afincada en España, que ejerce la crítica literaria en medios españoles y alemanes, muestra en esta obra la misma soberanía que denotan sus reseñas literarias, domina la materia que aborda y mantiene una exigencia de criterio que sabe transmitir afinadamente gracias al uso magistral de la lengua española que la caracteriza. Dreymüller consigue realmente incidir, con la exactitud de un cirujano, en la anatomía de la literatura en la que opera. La preciosista y diferenciada prolijidad con que la autora analiza cada una de las obras seleccionadas, testimonio indiscutible de que conoce de primera mano y en profundidad cada una de ellas, logra condensar en cuatrocientas páginas, con su precisa concisión, más de medio siglo de panorama narrativo.
El libro, que no pretende ser ni un manual al uso ni una historia de la literatura, es finalmente mucho más que esto, pues, más allá de proyectar una idea global de la narrativa en lengua alemana desde 1945 hasta nuestros días, intenta responder a las preguntas esenciales que se han ido planteando en su evolución, incita a la lectura de los textos y autores que analiza y sirve a la vez de obra de consulta. De gran utilidad para el lector hispano resulta, además, la relación de autores y títulos citados donde se especifica si existe traducción al español.
Uno de los muchos méritos de este trabajo reside en el hecho de que Dreymüller afronta su tarea sin los prejuicios con que se suelen tratar a autores mitificados y, en su objetivo y ponderador celo analítico, señala tanto los aspectos más encomiables como los puntos más débiles de autores y obras.
En el epílogo, conciso y contundente, en el que Dreymüller diagnostica la desaparición de aquella raza de escritores que han influido en la realidad de su tiempo, de los que hoy no se avistan sucesores, la autora pasa revista a algunos de los factores que impiden que medre la literatura de calidad, señalando como causas el cambio de orientación de la política editorial y los métodos actuales de incentivación de la literatura creativa, causas que lamentablemente no afectan sólo a la literatura en lengua alemana. Una obra indispensable de la que es probablemente una de las voces más acreditadas de este ámbito en España.

8 de agosto de 2008

Ruby Slipperjack, Honrar al sol

PARAÍSO ROTO

Ruby Slipperjack, HONRAR AL SOL
(Fragmento revisado del diario de la Lechuza)

Trad. de Laura Brasó Fàbregas, Takusan Ediciones, Barcelona, 2007, 304 págs.

Anna Rossell

Se leen con relajación y placer las trescientas páginas de esta novela, la primera de la escritora canadiense Ruby Slipperjack (Whitewater Lake, Ontario, 1952), con la que se ganó amplio reconocimiento de los lectores de su país. Y es que de sus páginas emana fuerza, convicción y autenticidad. No cabe duda de que el privilegiado marco natural de la pequeña localidad al norte de Ontario, donde transcurre la acción de la historia narrada, es un lugar venerado por su autora, un lugar que ella erige en la quintaesencia de sí misma, el crisol donde se formó, siendo como es una novela sin duda en buena parte autobiográfica. Honrar al sol transporta en el título el lema programático con el que la autora rinde homenaje a la cultura que la engendró, la ojibwa, que le proporciona una infancia feliz en consonancia y armonía con la naturaleza. Construida al estilo de un diario en el que la protagonista anota en primera persona los acontecimientos importantes en función de las cuatro estaciones del año, la narración abarca desde el verano de 1962 al de 1968. El lector se convierte así casi más en actor y coprotagonista que en espectador, deviene un miembro más de la numerosísima familia que habita la cabaña de la niña y la acompaña en su desarrollo desde sus diez a sus dieciséis años. El estilo vivo y fresco de la prosa, redactada siempre en presente, fruto de la elevada capacidad de observación de la protagonista y sensible reflejo de sus estados de ánimo y de los cambios que se obran en su evolución, proporciona la empatía necesaria para zambullirse en la trama de principio a fin. Lechuza, sobrenombre que recibe la niña, es, como la autora, una aborigen ojibwa, que crece en un pueblecito al norte de Ontario donde vive con su madre, sus hermanos y otros tres niños, que se crían y educan bajo el mismo techo. El generoso espacio de libertad que supone la vida de la pequeña en constante convivencia con otros muchos niños en el espléndido marco natural de esta región canadiense, con su clima extremo, agudiza los sentidos y potencia el carácter despierto y resuelto de la protagonista, que se refleja en la prosa asimismo inteligente, decidida y simpática de sus anotaciones, muy bien traducida al español. Sin embargo el pequeño pueblo de cabañas dispersas en las cercanías de un lago y una isla, rodeado de bosque, adonde llega el tren, no es en ningún momento una pintura idílica, un paraíso propiciador de virtudes y de buenas almas rousseaunianas. Lejos de idealizar el lugar de sus orígenes, la autora describe con mirada lúcida la realidad y presenta la dureza de la vida tal cual es, y, si bien esto sucede desde el principio, la crudeza y la degeneración van en aumento a medida que avanza la novela. Así el alcoholismo y sus consecuencias –el abandono de los hijos y los malos tratos a los más débiles-, que antes amenazaba desde fuera la paz y la felicidad en casa, acaban por minarlas desde dentro y van haciendo mella en sus círculos más íntimos de manera progresiva. Honrar al sol reúne las cualidades de la buena literatura y es por sus características una novela ideal para cualquier adolescente, aunque no sólo para él. No es de extrañar que forme parte de los programas de lectura de muchas de las escuelas de su país. Celebramos la publicación de esta novela, lo único de la autora que ha visto la luz en español, y animamos desde aquí a Takusan Ediciones a editar otros títulos de Slipperjack.

19 de julio de 2008

Última esperanza

(publicado en VVAA, Microscopios Eróticos, Ediciones de la Univ. De Salamanca, 2006), en: Microrrelato I

Anna Rossell

No temas, no voy a hacerte nada, dijo el chico. La mujer palideció.

Adiós a la infancia, adiós

(publicado en VVAA, Microscopios Eróticos, Ediciones de la Univ. De Salamanca, 2006), en: Microrrelato I

Anna Rossell


Se habían descubierto una a otra una mañana de verano cuando Marga, como todos los años, pasaba parte de las vacaciones estivales en la casa de campo de sus abuelos. Estaba allí, agazapada e inmóvil entre la maraña de hierba que rodeaba la alberca, mirándola con ojos fijos. Marga recordaba vivamente aquel momento: había permanecido un buen rato a su lado, en silencio, y sólo transcurrido un tiempo se había atrevido a aproximarse, lentamente. Con inmensa cautela acercó su mano izquierda hasta tocarla y palpó con dedos temblorosos su piel húmeda. Estaba fría. El leve estremecimiento de aquel cuerpo le cambió la vida para siempre. Entonces la besó, y perdió al instante su inocencia cuando comprobó que la rana no se había transformado en príncipe. A pesar de la pata herida, la vio desaparecer de un enorme brinco por detrás de la tapia.

Intimidad

(publicado en VVAA, Microscopios Eróticos, Ediciones de la Univ. De Salamanca, 2006), en: Microrrelato I

Anna Rossell

Un escalofrío recorrió su cuerpo, como cada vez que, de nuevo, percibía su presencia y su voz le susurraba al oído las palabras que siempre habían provocado en ella aquel sentimiento de lenta e imparable excitación. Después sobrevenía el vértigo abismal al que ambos se entregaban y que ella sabía conducir con la impúdica decisión de su preciso tacto hasta perder el control y la noción del tiempo. Ahora era él quien estudiaba atento cada estremecimiento apenas imperceptible cuando su mano acariciaba la yerma calidez debajo de la sábana. Sentía aquel leve erizamiento del vello, que el primer día había creído pura imaginación. Desde que había adquirido la certeza acudía regularmente a la cita. Con la respiración aún agitada se incorporó, exhausto, y salió antes de que la enfermera entrara para la inspección rutinaria y les sorprendiera. Era su secreto desde el día en que él se había negado a aceptar el estado de coma profundo en que la había sumido el trágico accidente.

Vida de mort

Anna Rossell
(publicada en El Clavell. Revista de Cultura, núm. 1, primer trimestre, 1997, p. 2)


Acariciaves l’ombra de l’abisme
de límits nuvolosos
i amb un bes profund
de terra buida
avui l’has abastat.

Abraçada amorosa de tenebra,
t’has fos amb l’amant que desitjaves,
anhel obert de temps etern,
melangia d’un món en clau de tu.

Era aquest el secret que tu guardaves,
malalt de vida per besar la mort?
Infinita tendresa empresonada,
has deslliurat els lligams d’aquell dolor?

La teva mà ha llevat la reixa que el tancava;
closa, no hi creixia la llavor,
la vida no neixia de la vida.
Només has regat flors després de mort.

(Anna Rossell, Octubre, 1991. Del poemari La veu per companya)